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los diez mandamientos. entre el precepto y la sabiduría

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22LOS DIEZ MANDAMIENTOSTemplo de Isra<strong>el</strong>. Para él Dios vive en <strong>el</strong> monte Garizim, y noen <strong>el</strong> monte Sión de Jerusalén. Y Jesús cuenta <strong>la</strong> historia de unsacerdote que pasa de <strong>la</strong>rgo ante un hombre mal herido queencuentra en <strong>el</strong> camino: desea llegar puntualmente, como Diosmanda, al templo, y seguir <strong>el</strong> servicio r<strong>el</strong>igioso tal y como loprescribe <strong>el</strong> ritual. Prefiere presentar su ofrenda a Dios antes queasistir a un necesitado. Pero un samaritano, un hombre al quedescalifican acusándolo de impiedad, tiene ojos en <strong>la</strong> cara y uncorazón en <strong>el</strong> pecho. Jesús, en cualquier caso, cuenta que él sehizo cargo d<strong>el</strong> herido y lo asistió. El sacerdote, que cumple todos<strong>los</strong> <strong>mandamientos</strong> de <strong>la</strong> ley, ha perdido a Dios, en cambio <strong>el</strong>samaritano, que niega al Dios de <strong>los</strong> escribas judíos, lo encuentraen su humanidad: esta es <strong>la</strong> nueva interpretación de <strong>los</strong> DiezMandamientos, sobre todo en <strong>el</strong> Sermón de <strong>la</strong> Montaña.Allí donde <strong>el</strong> Dios d<strong>el</strong> Sinaí, <strong>entre</strong> rayos y truenos, anunciabasus <strong>mandamientos</strong>, Jesús, sobre una montaña, hab<strong>la</strong> –Mateo, en<strong>el</strong> capítulo 5, dice literalmente: “a <strong>los</strong> pobres de espíritu”. Los dossiguientes capítu<strong>los</strong> constituyen una terapia para <strong>los</strong> enfermos,para <strong>los</strong> que están abatidos, con <strong>el</strong> fin de que se yergan. Esto eslo que Jesús desea con su Dios, y lo anuncia en <strong>el</strong> Sermón de <strong>la</strong>Montaña. Todo queda de repente interiorizado. Cierto: uno tambiénpuede interpretar <strong>la</strong> continuación d<strong>el</strong> Decálogo d<strong>el</strong> Sermónde <strong>la</strong> Montaña desde un punto de vista meramente legal. “Habéisoído que se dijo a <strong>los</strong> antepasados: no matarás. Yo os digo: <strong>el</strong>que se encolerice contra su hermano, irá a <strong>la</strong> gehenna de fuego”.Tomado literalmente, como “<strong>la</strong>” ley, sería aún más terrible que<strong>el</strong> Decálogo. Pero lo que Jesús desea es llegar al corazón de <strong>los</strong>hombres. Lo que le preocupa es: ¿de qué modo se consigue queun hombre comience a respirar en <strong>el</strong> aire de Dios, a amar en <strong>la</strong>gracia de Dios, a vivir en <strong>la</strong>s manos de Dios? Si se cumple estedesignio, <strong>los</strong> <strong>mandamientos</strong> se convierten en algo que va de suyo.Ya ni siquiera se perciben, al igual que un hombre sano respirasin darse cuenta de que tiene pulmones. Sólo cuando se presentandificultades para respirar, en ataques de asma o cuando estamosmuy resfriados, nos percatamos de que tenemos pulmones.

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