ACTUALIDADUna fiesta de familiaMadrid. Auditorio Nacional. I6-XII-93. Obras de Galuppi. Caccini. Pergoiesi, Falconien,Schumann. Strauss, Albéniz, García Morante. García Abril. García Lorea. Mompou y Falla. Victoriade los Angeles, con Geoffrey Parsons al piano, y Alicia de Larrocha.Muchos melómanos, alrededordel mundo, hemos convividocuatro o cinco décadas con elarte de Victoria y Alicia. Las hemos incorporadoa nuestras familias. Soncomo dos tías que, en lugar de consagrarseal ganchillo y al culebrón, viajaronpor el mundo, nos enviaron postales deciudades exóticas, se tomaron fotoscon trajes de soirée y, colmo de la extravagancia,se dedicaron a cantar ytocar el piano. Todo ello, sin perder suaire de familia, de buenasseñoras tocadaspor la gracia. Una tardeveraniega, que el malde amores hacía interminable,la resolvieroncon su arte: tía Vickycantó el adiós a la mesitade Manon y echamosfuera la congoja;tía Ah tocó las Danzasfantásticas de Tunna ymontamos una juergaimaginaria.Como quien noquiere la cosa, nuestrastías han decidido cumplirsetenta años cadaquien y celebrarlo conun concierto al que fuimosinvitados todossus parientes. Bueno.sólo los de Madrid,pero, fantásticamente,la tertulia incluyó a gente de Moscú.Ciudad del Cabo. Buenos Aires y SanFrancisco, sm ir más lejos.Victoria, en una tarde feliz, lució unavoz timbrada, de alturas [ustas, que comofácilmente por la sala. Alguna notaraspada (los nervios de todo cumpleaños)no logró empañar el grado deconcentración, la perfección del fraseo,la nitidez del decir y el inconmovibleencanto que tía Vicky atesora trasmedio siglo largo de carrera. Hastaalgún trino impecable, un filado áureo yun regulador astuto revivieron el metalde los mejores tiempos. En Pergolesi, íacanción hebraica de Schumann, las piezascatalanas y una propina de desgarradachulería (las seguidillas de Carmen)bordó miniaturas magistrales, sin excederla contención vocal y el prudenterepertorio que ahora le corresponde.Otro viejo y admirable amigo. Parsons.vino de Inglaterra a soplar velitas.En cuanto a tía Ali, es capaz de encararla Fantasía bética de Falla, obraendemoniada y casi siempre anda, conuna fuña flamenca y un virtuosismo flamígeros,así como en Mompou se recogea la penumbra melancólica de unatorre barcelonesa. Depropina conjunta, volvieronMompou y Granados,porque las tíasson dos chicas de Barcelonacapaces de mostrartodo el cosmopolitismoy la universalidadde su gente, cuandoabandona la sombra delcampanario y echa a corrermundo,Al final, aplaudimoscon entusiasmo. Las admiramos,las queremosy, como nos han ordenadolos sentimientos ynos han enseñado a escucharla música, nosestamos preparandopara el próximo cumpleaños.Victoria de los Angeles y Geoffrey Parsons FOTO: RAFA MARTIN Bfos MatamoroLos «Premios Guerrero»Ejemplar programa el que llevó el23 de noviembre al escenario dela sala grande del Auditorio Nacionalla Fundación Jacinto e InocencioGuerrero. Por los interpretados y porlos intérpretes; todos, aquéllos y éstos,nuestros, con la excepción, que no loes, del pianista cubano Leonel Morales.Porque la Fundación que pocas horasantes de ese concierto había hecho públicala concesión de su III Premio deMúsica Española al compositor turolenseAntón García Abril, redondeandoasí la hermosa y nutnda suite de homenajesrendida al gran músico en su sesentacumpleaños por todo tipo de institucionesy entidades- tuvo la excelente¡dea de conformar toda una sesióncon los dos nombres que habían precedidoa García Abril en el galardón,traducidos, en las partes solistas, portres de los ganadores en otra de las facetaspremiadoras de la Fundación, lainterpretativa. La elección de la magnífica,y siempre cumplidora. OrquestaSinfónica de Madrid, nada menos quecon Antom Ros Marbá al frente, acababade garantizar los resultados.No hubo sorpresas. La Zarabanda lejanay villancico y el Concierto de Aranjuez,ambos títulos de Joaquín Rodrigo, volvierona mostrar su enorme capacidad deatracción, mientras que, por su parte, elConcierto breve y la Sinfonía de réquiemdemostraron otra vez más, la tambiénenorme raza de compositor que se escondeen el modesto y natura! talantede Xavier Montsatvatge. Y si la segundaparte oída me permite afirmar que laSinfónica Arbós y Ros Marbá supieronestar a la altura de las circunstancias,tanto por un cuidado, casi preciosista,acompañamiento en el Concierto rodriguero.como por la acertada visión macroconstnjaorade la Sinfonía de Montsalvatge,también me posibilita aplaudircon calor la contribución solista, en elprimero, del guitarrista Alex Garrobé.musical y orfebre al mismo tiempo, yponderar muy positivamente la brevepero importante aportación, en la segunda,de la soprano Catalina Moncloa.Leopoldo Hontañón28 SCHERZO
ACTUALIDADLa visita del egregioMadrid. Teatro Monumental. I9-XI-93 ORTVE. Director: Yehucji Menuhin. Ha/dn: Smfanía«Londres». Elgar Stnfonío n° 2, Op. 63 en mi bemol mayor.slempre esbueno comen -zar un programasinfónico conHaydn, máxime si secuenta con 'a presenciaen el podiode Yehudí Menuhin,músico íntegro e integral.Su Haydnpresente, contra loque pueda parecer,no es otoñal; se diríamás bien que tira avitahsta, Notablemusicalmente la Introducción,salvo unSir Yehudi Menuhinerror en los violines, y también el Andante,basculando bien las líneas y captandocon acierto los movimientos deflujo y reflujo del fragmento, montadosobre el cararterístico esquema de tensión-rela|adón-modulacióninesperada.Lo demás aceptable, con detalles resueltosdignamente desde el prisma técnicoen el Menuetto, como los trinos de lasmaderas previos a la apertura del Trío.Aunque Elgar está en las antípodasde Haydn. en forma y fondo, este últimono desentona con ningún sinfonistapor haber sido la madre que enseñó ahablar a todos. La Segunda Sinfonía deaquél comienza con la cuerda cantandocomo una ebna y en muchos momentosse mantiene dicha intensidad emo-La orgía perpetuaFOTO: RAt-A MAK1INcional, aunque a veces se rastreen enexceso oropeles de oro viejo. El tercertiempo incluso -y esto es raro enElgar- permite oír acentos inequívocamentedemoníacos. Precisamente fue eldifícil final de éste uno de los logrosmás sobresalientes de Menuhin y la orquesta,teniendo en cuenta su dificultadtécnica, un momento que igualó enemoción a la exaltadísima brega del iniciode la obra. Y pienso que sólo en eldivagador Larghetto se dejó confundiralgo por el fárrago discursivo, o en el Finalepor un cierto formalismo, siendoambas carencias en parte imputables ala obra.J.M.S.Madrid. Auditorio Nacional. I7-XII-93. Joaquín Achúcarro, piano. Orquesta Sinfónica de RadiotelevisiónEspañola. Director Sergiu Comissiona. Obras de Turina, Falla y Ravel. Conciertoa beneficio de Cruz Roja.Programa trillado, con cierto sabor aimprovisación y en el que hubo detodo. En la Exaltoaón de las danzasturinianas el acendrado miste no de losprimeros compases hacía presagiar unamayor vitalidad interpretativa inmediata.La hubo sólo en parte; algunos ataquescarecieron de energía y la calidad de losarcos fue escasa. Lo mejor de Ensueñofue la definición, por parte de Comissiona,de algunos planos sonoros. En el di 1max de Orgío previo a la coda, bien planificado,sin atronar, no pudo evitarse ciertasensación de ser obra trilladísima porparte de la orquesta. Algunas puntualesfaltas de concertación se dieron, empero,en Noches en los jardines de España, enlas que hubo pocos momentos de intimidadque pueda llamarse genuina Achúcarrohizo sus deberes con paciente calmaencontrando, aquí y allá, lugar para algúnprecioso bordado. Seguro e impertérrito,como acostumbra, muy especialmenteen los desplazamientos paralelos.Interpretativamente hablando, Ravelfue más flexible que Falla y Tunna. mássinuoso también. Cierto que faltó lirismoen el Preludio de la Rapsodia española,que Malagueña y Habanera no fuerontampoco nada del otro mundo pero,inesperadamente, Comissiona hipnotizóa la orquesta durante todo el númerofinal y pudieron vivirse algunos momentosde altura y duende excepcionales.En el célebre Sofero conservó tambiénparte de este impulso, Fuen planificado ysin caer en el efectismo, recuperó degolpe todas sus cualidades rítmicas yEnsueñosmenoresMadrid. Teatro Monumental. 3-XII-93. Geir Braaten. piano; Linda Ovrebo,soprano. ORTVE. Director Ole K. Ruud.Concierto Monográfico 150° AniversanoEdvard Grieg.Según mi jefe de fias, ClaudeDebussy, la música de Griegviene a ser un producto amable,algo blando y, en el fondo, deficienteen su construcción. Hay algode injusto, sin embargo, en el juiciodel insuperable músico galo, ya quelas brumas de Grieg, sus tonos suavesy nunca ofensivos lo hacen siempregrato al oído. El Teatro Monumentaly la ORTVE por otra parte,saben algo de homenajes al noruego,ya que hace tres años los asiduostuvieron oportunidad de escucharun estupendo Peer Gynt en versióncompleta a un sano director local,Per Dreier. En el caso que nosocupa, Ole K. Ruud presentó únicamentelos fragmentos más famososde la surte que el propio Grieg realizara,en versión digna aunque algoruidosa y menos estimulante queaquélla.Bastante más interés tuvo el restodel concierto, en el que se presentaronante el público otros dos jóvenesmúsicos noruegos nada desdeñables,En el célebre e irregular Concierto parapiano -sucesión de bellas melodíasquizá débilmente trabadas, con un primertiempo de desarrollo sonatísticoescasamente amplio-, el especialistaGeir Braaten encontró casi siemprejustos acentos. Es poco rebuscado, arpegiacon gusto y sabe desentrañar elmeollo de los momentos líricos, sobretodo en el lento, donde logró, lo aseguro,un mágico clima no siemprecomplementado adecuadamente porla orquesta. También la soprano Ovrebo,de voz bella y fresca, gratamenteincorpórea, tuvo parte en el éxitogeneral. Su Primavera y Canción de Solveigposeyeron encanto, aunque el filado,a su vez. tenga poco cuerpo.También El cisne halló el adecuadohalo nostálgico.J.M.S.acertó a narramos el desarrollo de unaobsesión con pulso firme y sin titubeos.Hay que señalar el ajustado rigor de lacaja y el hecho de que la nota jazzísticala pusiera, esta vez, el saxo.J.M.S.SCHERZO 29