ACTUALIDADSEVILLADe excelente podríamos calificar larelación entre orquesta y públicoen Sevilla Cada semana dos citasa las que acuden muchos dispuestos aapoyar una formación que consideranparte de su forma de vida. Es gratificanteeste entusiasmo, y de é! deriva buenaparte del interés por la música en generalque en estos años está experimentandola ciudad. Sin la base de la Sinfónicano creo que llegara a valorarse enigual medida la visita de otras formacionesni otras actividades musicales. Unaorquesta permanente es la mejor manerade formar a un público para que juzguepor sí mismo. Quienes van a la Sinfónicavan también a escuchar las grandesorquestas europeas. Las comparan,sacan sus conclusiones. La más positiva,la de apoyar y exigir al conjunto sevillanopara potenciarlo hasta alcanzar nuevasalturas. Se parte de una buena base,de una buena selección de músicos, deun material costoso (ochocientos millonesal año), pero necesario. Y en él hayque poner los cinco sentidos para quecobre pleno sentido la creación de laorquesta. ¿Lo entienden así las instituciones?Bueno sería entonces que solucionarande una vez por todas la vergonzantesituación de interinidad del Teatrode la Maestranza y que la orquesta pudiesetambién programar óperas, y no limitarsea conciertos y giras. Bueno queel dinero llegara, sin demora y no dieselugar a malos presagios. Bueno que laorquesta se integrara en un proyecto depolítica musical que aún no existe, ni sevislumbra. La orquesta programa sólo loque la dejsn hacer y no cuanto pudierasi esas carencias se superasen.Apoyo a la SinfónicaDe los catorce conciertos que conformanla segunda parte de la temporadade enero a julio, seis contarán consu titular, Vjekoslav Sutej. Su presencia,más continuada en esta ocasión, serásin duda beneficiosa para una formaciónque necesita esa referencia para consolidarse.Entre las obras que dirigirá figuranel Stot>ot Mater de Dvorak con elOrfeón Donostiarra (19-20 de marzo);el estreno absoluto de la Sinfonía ¡f 3«Poemas de luz» del sevillano ManuelCastillo (5-6 de mayo), y la Novena deBeethoven. con coro pendiente aún deconfirmación, que cerrará la temporada(30 de junio-1 de julio). Como invitadosocuparán el podium john de Mam (13-14 de enero), Chnstian Badea (20-21),Antoni Ros Marbá con doble programa(7-8 y 14-15 de abnl), David Shallon(28-29). Krzysztof Penderecki, con suConcierto para v\ota, pero en nueva versiónpara violonchelo, que interpretaráAndrzej Bauer (14-15 de mayo), y el jerezanoJuan Luis Pérez, que se presentacon el estreno de la Fantasía para orquesta(Premio Turma) de L I. Marín(17-18 de junio). Entre los solistas: AldoCiccolmi (piano). Silvia Marcovici (violín),Patrick Gallois (flauta). Tabea Zimmermann(viola), José Enrique Ayarra(órgano), y john Williams (guitarra).Esperemos que en la temporada 94-95 la orquesta ocupe, por fin, tambiénel foso. El buen nombre de Sevilla así loexige,Discrepancias y transfiguraciónJacobo CortinesSevilla. Teatro de la Maestranza. Ciclo Música de las Naciones. 29-XI-93. SchubertSinfonía n° 5; Mahlert Sinfonía n° I, «Tttánii. Philharmonia Orchestra. Director GuseppeSinopoli,No recuerdo un concierto dondetantos aficionados hayan mostradocon tanta vehemencia susdiscrepancias. No me refiero al públicoen general, que tributó una de las ovacionesmás largas y cálidas, sino a esegrupo de habituales, cuyos rostros alterminar la audición de una pieza suelencoincidir en su satisfacción o rechazo.No fue así esta vez. Tras finalizar laQuinto de Schubert, en unos se leía elcontento y la dicha, en otros el repudioy desaire. Para unos Sinopoli habíaatacado la sinfonía con una velocidaddesproporcionada, para luego cargarlade trascendencia, desproporcionadatambién, contrastar en exceso los ritmos,y darle al final una energía desmedida.Una borrosa exageración, ensuma, lejos del cristalino dibujo casimozartiano de la partitura. Otros, sinembargo, encontraron la versión delveneciano en sus tiemposjustos, rica en maticesy extraordinariamentebien fraseada.Las discrepancias seharían mucho mayoresno ya al terminar, sino alo largo de la ejecuciónde la Titán de Mahler. Inclusoa quienes les habíagustado el Schubert fruncieronel ceño, y viceversa.Ha sido un espectáculoentre el exhibicionismoy la cursilería -decíancon pasión-; un alardede técnica y malgusto, sin entender nada.Ese es Mahler -replicabancon no menor pasiónquienes se habíanentusiasmado con esalectura-; locura, desgarramiento,tnunfalismo,escenificación. Aflicción yburla. Tragedia y parodia.FOTO: S.KECKIDG Se entiende que Mahlerirritara en su época, como sigue irritandoahora cuando se llega al fondo de sumúsica, cuando se radicaliza cuando nose domestican sus extremos.Yo creo que el entusiasmo le ganóla partida a la decepción, de la mismamanera que los partidarios de VíctorHugo triunfaron sobre los neoclásicosen el estreno de Hemam, Como aquelloes historia, ya no es cuestión detomar posturas, pero en los tiempospresentes no dudo en contarme entrelos seguidores de un director que,como pocos, sabe insuflar vida a loque lee, que hace música con la cabezay el corazón, con rigor y riesgo. Sientre sus manos tiene además un instrumentocomo la Philharmonia, lanoche puede convertirse en una transfiguración.jacobo Cortines32 SCHERZO
ACTUALIDADVALENCIAHaendel sin garraValencia. Palau de laMúsica. I6-XII-I993. Haendel,Giuhp Cesare. SolistasCoro de Valencia y CollegiumInstrumental. Director.Francisco Perales.En colaboración conla asociación Opera-Valencia, tuvolugar en el auditorio dela ciudad del Tuna estainteresantísima ópera barroca,integrante de la El Collegium Instruméntalegenial tríada de óperas heroicos junto aTameríono y Rodeltnda, escritas por Haendeldurante los años 1724-1725; conlas cuales coadyuvó a cimentar todavíamás su excelente reputación de embajadorde la ópera italiana en Inglaterra.La ópera se presentó en su versiónde concierto, carente de escenificaciónalguna, dentro de la actual política del directordel Palau, Javier Casal Novoa contmuistaen este apartado con respecto asus antecesores en el cargo. Pese alatractivo titulo anunciado y pese al prestigiode la entidad colaboradora, la asociaciónOpera-Valencia, este Giuho Cesorecausó decepción y frialdad entre los numerososaficionados asistentes. La razónde ello hay que buscarla en el criteriorestrictivo interpretativo de la estética barrocapor parte de la batuta, la del setabenseFrancisco Perales, que -pese a susbuenos propósitos- sesgó el dramatismoy la pasión dionisíaca, la célebreafectación, tan característica al orbe barroco.Ya desde la Obertura, el directorvalenciano mantuvo excesivamente constreñidaa la agrupación orquestal, el CollegiumInstruméntale, futura orquesta decámara del Palau de la Música de Valencia,sometiendo a los instrumentistas decuerda a cortos recorridos de sus arcos,ofreciendo una lectura anodina de opacassonondades, en donde el brío y laampulosidad que permiten los pentagramashaendel i anos en ciertos momentosestuvieron ausentes. Tampoco manejócon habilidad los planos sonoros, con unbasso continuo de presencia casi testimonial,superficial, en la dicción orquestal. Enrigor, y como atenuante, hay que reconocerque el cometido directonal de estaópera entraña una gran dificuttad.Tenso y trágicoValencia. Palau de la Música. 28-XI-93. Mahler Sinfonía n° 9. Philharmonia Orchestra. DirectorGiuseppe Sinopoli.Sinopoli ya había pasado por el auditoriovalenciano como un mediocrebrucknenano (¿quién es hoy ungran brucknenano, excepto Celibidachey, como hecho y promesa, Barenboim?).En la Noveno se mostró como un importantemahlenano, Las etiquetas propagadasdesde las grabaciones discográficasnada tienen que ver con la experienciairrepetible del concierto en directo.Dos ejemplos: los recientes conciertos,en Valencia, de la Orquesta deCámara de Stuttgart, dirigida por GilbertVarga, y del Lindsay Stnng Quartet. consu prestigio discográfico, son quizá losmayores fracasos, reconocidos por unanimidad,del pasado trimestre. La Titán,dmgida por Myung-Whun Chung y estaNoveno de la Philharmonia Orchestra.con Sinopoli, son las dos mejores experienciasmahlerianas que recuerdo en elEl elenco canoro solista m-terviniente acabó contagiándosede esta cierta apatía anímica.A destacar la dignidaddel personaje principal. Cesare,encamado por la mezzosopranoAnne Howells. luciendolos buenos registrosgraves de su gama, de aceptablecoloratura y recrtativos expresivospero le faltó carácteren algunas de sus anas, comola perteneciente a! Acto II. Allampo dell'armí questalmaguerriera, de espíntu marcial, acompañadapor el coro. El buen instrumento de lasoprano Chnstine Weidinger (Cleopatra)no sirvió, sin embargo, para mostrar elmelancólico afecto de anas tan célebrescomo Piangem la soné mia (Acto I). ayudadapor una indolente lectura orquestal.La joven y prometedora mezzo valencianaSilvia Tro Santafé sí se entregó conbrioso voluntarismo a su papel (5esto),pera a costa de esforzar en exceso suscuerdas vocales, bordeando la correctaafinación en algunos momentos. Mejores^resultados obtuvo el contratenor TimothyWilson (Tolomeo) pese a poseerun instrumento de cortas proporciones.El engolamiento y excesivo vibrato fue latónica de la participación de la mezzo HilarySummers (Cornelia).Francisco Bueno CamejoPalau de Valencia Y ambas, curiosamente,cuestionadas por los mahlerianos devotos.En el Andante Commodo Sinopoliencumbró los contrastes dislocadosy concentró magníficamente la tensiónen los compases anotados como «wieein schwerer kunchukt!», acabando conmorosa delicadeza la coda de los violonchelos,trompas y flautas. El <strong>Scherzo</strong> y elRondó los lleva Sinopoli hasta la agitación,explotando la lectura premonitoria,precursora (desde la Escuela de Viena).por la dinámica tensa (en la línea deKlemperer) y la jerarquía de los planossonoros, subrayando los metales hasta laexacerbación. Resultó magistral el Adagio,destacando la expresión extática, elsonido pálido (en las flautas), precisandolos silencios con extrema complacenciacitando con fuerza el pasaje del Lied deCondones a la muerte de tos niños. Sinopolise deleita en la crisis, en la extinción(encuentro precedente discográfico enMitropoulos), se identifica con ese levantaruna y otra vez la cabeza, tanmahlenano, buscando la luz o la mortaja,con frialdad (sin la mano cálida de unGiulini, por ejemplo) incluso en el pianísimode las violas, muy estirado en elcalderón final. Un Mahler inteligentementeinterpretado, con una magníficacolaboración de la Philharmonia OrchestraSi me lo permiten los devotosmahlenanos (este comentarista se declarabelicosamente brucknenano frente alcarácter episódico, discontinuo, apasionante,irritante, ¡esos cencerros de laSexio!) me parece que Sinopoli ha leídobien a Kari Kraus, entre otros estímulospara su lectura de Mahler, pero, en loque interesa, el resultado estrictamentemusical alcanzado en esta Novena meparectó fascinante.Blas CortésSCHERZO 33