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Scherzo. Núm. 81

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ACTUALIDADSEVILLADe excelente podríamos calificar larelación entre orquesta y públicoen Sevilla Cada semana dos citasa las que acuden muchos dispuestos aapoyar una formación que consideranparte de su forma de vida. Es gratificanteeste entusiasmo, y de é! deriva buenaparte del interés por la música en generalque en estos años está experimentandola ciudad. Sin la base de la Sinfónicano creo que llegara a valorarse enigual medida la visita de otras formacionesni otras actividades musicales. Unaorquesta permanente es la mejor manerade formar a un público para que juzguepor sí mismo. Quienes van a la Sinfónicavan también a escuchar las grandesorquestas europeas. Las comparan,sacan sus conclusiones. La más positiva,la de apoyar y exigir al conjunto sevillanopara potenciarlo hasta alcanzar nuevasalturas. Se parte de una buena base,de una buena selección de músicos, deun material costoso (ochocientos millonesal año), pero necesario. Y en él hayque poner los cinco sentidos para quecobre pleno sentido la creación de laorquesta. ¿Lo entienden así las instituciones?Bueno sería entonces que solucionarande una vez por todas la vergonzantesituación de interinidad del Teatrode la Maestranza y que la orquesta pudiesetambién programar óperas, y no limitarsea conciertos y giras. Bueno queel dinero llegara, sin demora y no dieselugar a malos presagios. Bueno que laorquesta se integrara en un proyecto depolítica musical que aún no existe, ni sevislumbra. La orquesta programa sólo loque la dejsn hacer y no cuanto pudierasi esas carencias se superasen.Apoyo a la SinfónicaDe los catorce conciertos que conformanla segunda parte de la temporadade enero a julio, seis contarán consu titular, Vjekoslav Sutej. Su presencia,más continuada en esta ocasión, serásin duda beneficiosa para una formaciónque necesita esa referencia para consolidarse.Entre las obras que dirigirá figuranel Stot>ot Mater de Dvorak con elOrfeón Donostiarra (19-20 de marzo);el estreno absoluto de la Sinfonía ¡f 3«Poemas de luz» del sevillano ManuelCastillo (5-6 de mayo), y la Novena deBeethoven. con coro pendiente aún deconfirmación, que cerrará la temporada(30 de junio-1 de julio). Como invitadosocuparán el podium john de Mam (13-14 de enero), Chnstian Badea (20-21),Antoni Ros Marbá con doble programa(7-8 y 14-15 de abnl), David Shallon(28-29). Krzysztof Penderecki, con suConcierto para v\ota, pero en nueva versiónpara violonchelo, que interpretaráAndrzej Bauer (14-15 de mayo), y el jerezanoJuan Luis Pérez, que se presentacon el estreno de la Fantasía para orquesta(Premio Turma) de L I. Marín(17-18 de junio). Entre los solistas: AldoCiccolmi (piano). Silvia Marcovici (violín),Patrick Gallois (flauta). Tabea Zimmermann(viola), José Enrique Ayarra(órgano), y john Williams (guitarra).Esperemos que en la temporada 94-95 la orquesta ocupe, por fin, tambiénel foso. El buen nombre de Sevilla así loexige,Discrepancias y transfiguraciónJacobo CortinesSevilla. Teatro de la Maestranza. Ciclo Música de las Naciones. 29-XI-93. SchubertSinfonía n° 5; Mahlert Sinfonía n° I, «Tttánii. Philharmonia Orchestra. Director GuseppeSinopoli,No recuerdo un concierto dondetantos aficionados hayan mostradocon tanta vehemencia susdiscrepancias. No me refiero al públicoen general, que tributó una de las ovacionesmás largas y cálidas, sino a esegrupo de habituales, cuyos rostros alterminar la audición de una pieza suelencoincidir en su satisfacción o rechazo.No fue así esta vez. Tras finalizar laQuinto de Schubert, en unos se leía elcontento y la dicha, en otros el repudioy desaire. Para unos Sinopoli habíaatacado la sinfonía con una velocidaddesproporcionada, para luego cargarlade trascendencia, desproporcionadatambién, contrastar en exceso los ritmos,y darle al final una energía desmedida.Una borrosa exageración, ensuma, lejos del cristalino dibujo casimozartiano de la partitura. Otros, sinembargo, encontraron la versión delveneciano en sus tiemposjustos, rica en maticesy extraordinariamentebien fraseada.Las discrepancias seharían mucho mayoresno ya al terminar, sino alo largo de la ejecuciónde la Titán de Mahler. Inclusoa quienes les habíagustado el Schubert fruncieronel ceño, y viceversa.Ha sido un espectáculoentre el exhibicionismoy la cursilería -decíancon pasión-; un alardede técnica y malgusto, sin entender nada.Ese es Mahler -replicabancon no menor pasiónquienes se habíanentusiasmado con esalectura-; locura, desgarramiento,tnunfalismo,escenificación. Aflicción yburla. Tragedia y parodia.FOTO: S.KECKIDG Se entiende que Mahlerirritara en su época, como sigue irritandoahora cuando se llega al fondo de sumúsica, cuando se radicaliza cuando nose domestican sus extremos.Yo creo que el entusiasmo le ganóla partida a la decepción, de la mismamanera que los partidarios de VíctorHugo triunfaron sobre los neoclásicosen el estreno de Hemam, Como aquelloes historia, ya no es cuestión detomar posturas, pero en los tiempospresentes no dudo en contarme entrelos seguidores de un director que,como pocos, sabe insuflar vida a loque lee, que hace música con la cabezay el corazón, con rigor y riesgo. Sientre sus manos tiene además un instrumentocomo la Philharmonia, lanoche puede convertirse en una transfiguración.jacobo Cortines32 SCHERZO

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