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C. William Barclay, Apocalipsis vol.

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ESMIRNA,LA CORONA DE ASIA<strong>Apocalipsis</strong> 2:8-I1Si era inevitable que Éfeso ocupara el primer lugar en la lista de las Siete Iglesias, era igualmente natural que Esmirna,su gran rival, ocupara el segundo. De todas las ciudades de Asia, Esmirna era la más encantadora. Se la llamaba el adornode Asia, la corona de Asia y la flor de Asia. Luciano dijo que era « la más bonita de las ciudades de Jonia.» Arístides, quecantó las alabanzas de Esmirna con tal esplendor, habló de «la gracia que la orla como un arco iris... la luminosidad que larodea por todas partes y que alcanza hasta los cielos como el brillo de la armadura de bronce de Homero.» Añadía alencanto de Esmirna el que el viento del Oeste, el céfiro blando, siempre soplaba por sus calles. « El viento -decíaArístides- sopla por toda la ciudad refrescándola como si fuera un soto de árboles.» El continuo viento del Oeste tenía unsolo inconveniente: el alcantarillado de la ciudad vertía en el golfo en cuya orilla estaba construida, y el viento tendía ahacerlo retroceder en lugar de impulsarlo mar adentro.Esmirna estaba maravillosamente situada. Se encontraba al final de la carretera que cruzaba Frigia y Lidia y se dirigíaal lejano Oriente, y controlaba el comercio del rico valle del Hermo. Era inevitable que fuera una ciudad comercial. Lamisma ciudad estaba al final de un largo brazo de mar que acababa en un pequeño puerto encerrado en la tierra y en elcorazón de la ciudad. Era el más seguro de todos los puertos y el más conveniente; y tenía la ventaja adicional de que entiempo de guerra se podía cerrar fácilmente mediante una cadena de lado a lado de la boca. Era apropiado el que en lasmonedas de Esmirna se representara un barco mercante dispuesto a hacerse a la mar.La situación de la ciudad era igualmente hermosa. Empezaba en el puerto; atravesaba el estrecho pie de las colinas, yentonces surgía detrás de la ciudad el Pago, una colina cubierta de templos y nobles edificios que se describían como «Lacorona de Esmirna.» Un viajero moderno lo describe como «una ciudad regia coronada de torres.» Arístides comparaba aEsmirna con una gran estatua con los pies en el mar, el cuerpo en el llano y en las colinas y la cabeza, coronada degrandes edificios, en el Pago trasero. La llamaba «una flor de belleza tal que ni el sol ni la tierra le han mostrado jamás ala humanidad nada igual.»Su historia no tenía poco que ver con la belleza de Esmirna, porque era una de las pocas ciudades del mundoplanificadas a propósito. Se había fundado como una colonia griega allá por el año 1,000 a.C. Alrededor del año 600 a.C.le había sobrevenido una desgracia, porque los lidios la habían asaltado por el Este y destruido. Quedó prácticamenteconvertida en una serie de aldehuelas durante cuatrocientos años, hasta que la reedificó Lisímaco como un conjunto bienplanificado. Se construyó con calles amplias y rectas. Estrabón habla de la belleza de sus calles, la excelencia de supavimentación y los grandes bloques rectangulares de su construcción. La más famosa de sus calles era la Calle del Oro,que empezaba en el templo de Zeus y acababa en el templo de Cibeles. Daba la vuelta al pie de la colina del Pago; y, si losedificios que coronaban el Pago eran la corona de Esmirna, la calle del Oro era el collar que rodeaba el cuello de la colina.Aquí tenemos un hecho interesante y significativo que muestra el cuidado y el conocimiento con que Juan establecesus cartas del Cristo Resucitado. Al Cristo Resucitado se Le llama «El Que murió y <strong>vol</strong>vió a la vida.» Ese era un eco de laexperiencia de la misma Esmirna.Esmirna tenía otras credenciales de grandeza aparte de su ciudad. Era una ciudad libre, y sabía lo que era la lealtad.Mucho antes de que Roma llegara a ser la indiscutible señora del mundo, Esmirna le había dado su voto, y nunca le habíafallado en su lealtad. Cicerón llamaba a Esmirna «una de nuestras más antiguas y fieles aliadas.» En las campañas contra

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