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El Cine - Santa Fe Ciudad

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12 | EL CINE EN SANTA FE • FASCÍCULO 6Aprender a escuchar una películapor Damián Rodríguez Kees *La música - el sonido. Para no caer en sobrentendidos,comenzaremos con una breve reflexión sobre elconcepto de música e intentaremos acceder desde allíal mundo de este campo del arte en el cine. Esta discusiónes importante ya que en nuestra práctica comocreadores de cine o de música, o de ambas, se verá reflejadala manera en que concebimos esta disciplinaartística.Las definiciones tradicionales y más aceptadas concibena la música como el arte de la combinación uorganización sonora. En tanto, los conceptos más recientes,aportados por importantes compositores, serefieren a la necesidad de ampliar los márgenes de ladisciplina y replantear la música desde la misma prácticasocial de la escucha. Tal es el caso de la definicióndel compositor y pedagogo Murray Schaffer (1964)que define la música como una “organización de sonidosproducidos con la intensión de ser escuchados”.Sumando otra voz al debate, Coriún Aharonián (1981,2002) nos dice que la música “es un hecho cultural: esdecir que responde a un código compartido por la comunidadque lo produce y a la cual está dirigido.” En estalínea de pensamiento podemos decir que la músicano es un lenguaje universal. En cada cultura variarásu función social, los parámetros de lo agradable, ladiscriminación entre los sonidos musicales y los otros(los ruidos), etc.Avanzaremos observando que las definiciones concuerdanen que la materia prima de la música es elsonido. Sin embargo, el hecho sonoro es ante todoun fenómeno acústico que será percibido como “sonido”o como “ruido” por razones culturales y no físicas.Los gemidos de mujeres esquimales pueden, amuchos oídos occidentales, parecer señales acústicasindeseables, pero para esa cultura forman parte de lospocos recursos sonoros con que cuentan y consolidansu práctica musical.<strong>El</strong> sonido no es sólo una señal acústica, es depositarioy transmisor de significados. A esta carga semánticaque le otorga cada cultura se le suman aquellasconnotaciones que le damos desde nuestras vivenciaspersonales. En síntesis, difícilmente podremos hablarde sonidos “neutros” en su significación. De hecho,en la práctica, se ha intentado en diferentes corrientesestéticas a lo largo de la historia de la música, trabajarcon la “neutralidad” del sonido, aprovechando,por ejemplo en la segunda mitad del siglo XX, la generaciónde sonidos a través de medios electrónicos.Pero pasado un tiempo estas músicas y estos sonidostambién tienen su carga histórica y su referencia significativa.Como la imagen, el sonido no es ingenuo. Este puedecargar a aquella de significados y viceversa, puedencontradecirse, reforzarse o jugar a manera de un contrapuntode significaciones. Sin duda el sonido puedeestructurar la visión.Lo mismo cabe para la relación de la música y la imagen.La música tampoco es “neutra”, sería una ingenuidadrestarle poder significante en un filme. Hastaun empleo de mero “acompañamiento” o “relleno” deun texto musical en un filme introduce connotacionesasociativas que pueden enriquecer su interpretación oconfundirla absolutamente.<strong>El</strong> silencio. Entendamos como entendamos la músicasabemos que no podemos prescindir del sonido, ypor lo tanto también debemos discutir sobre el silencio.Algunos lo piensan como la “negación del sonido”,pero para muchas culturas, y numerosos compositoresdel siglo XX y XXI ya no se trata de un “hueco”que puede solamente limitarse a articular una piezamusical, sino un material más al que se puede recurriry cargar de expresividad y múltiples significados.Es decir que el silencio puede ser pensado como unespacio acústico lleno y no necesariamente un “vacío”de sonido. En la práctica, aún si nos concentramos enquerer “escucharlo” nos daríamos cuenta que siempreaparecerá, inevitablemente, un sonido (como el del latidodel corazón o de las agudísimas vibraciones quese producen en el cerebro). En otras palabras, el silencioabsoluto como tal no existe en nuestra dimensión,pero podemos lograr la sensación o la “magia”de escucharlo si sabemos trabajar correctamente conlos sonidos ya que nuestro sistema auditivo es parcialmente“selectivo”, puede priorizar unas señales y, enciertas condiciones, descartar otras. En diversas oportunidadesde su filme Detrás de los olivos, Kiarostamilogra una percepción sumamente profunda del silen-

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