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Algo se mueve en Alemania - Viento Sur

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por partida doble (por un lado, tras la ‘modernización’ socialdemócrata a finales delos cincu<strong>en</strong>ta, y por otro con la declaración pública de derrota que significaba parael comunismo oficial la construcción del Muro a lo largo de <strong>Alemania</strong>, destinado a<strong>en</strong>cerrar <strong>en</strong> su interior a los ciudadanos), dejando espacio considerable para una“izquierda alternativa” que <strong>se</strong> imaginaba a sí misma no nacional y libre para inv<strong>en</strong>taro construir líneas de tradición con las que id<strong>en</strong>tificar<strong>se</strong> /5- ha sido mucho másimaginaria de lo que nunca imaginaron qui<strong>en</strong>es participaban <strong>en</strong> ella.Más allá de la simple afirmación de que no hay mejor forma de apr<strong>en</strong>dizaje estratégicoque el análisis de las derrotas y fracasos del pasado, considero que <strong>se</strong> pued<strong>en</strong>extraer algunas lecciones específicas de esta experi<strong>en</strong>cia histórica /6. Resultaránmás claras usándolas para com<strong>en</strong>tar dos reci<strong>en</strong>tes interv<strong>en</strong>ciones <strong>en</strong> el nuevo debateque sobre la construcción de partidos que parece abrir<strong>se</strong> internacionalm<strong>en</strong>te y <strong>en</strong>los Estados Unidos.La “problematique” del nuevo partido tras losaños <strong>se</strong><strong>se</strong>nta del siglo XXPara muchos fue una sorpresa que tras la rebelión juv<strong>en</strong>il de alcance mundial <strong>en</strong> losaños <strong>se</strong><strong>se</strong>nta, la construcción de partidos <strong>se</strong> convirtió <strong>en</strong> una cuestión de primer ord<strong>en</strong><strong>en</strong> todos los lugares donde las iniciativas espontáneas de la “nueva ola” deoposición radical no podían <strong>se</strong>r aplastadas. Resulta útil distinguir dos razones paraeste inesperado giro por parte de g<strong>en</strong>tes que pocos años antes parecían meros “hippies”o “rebeldes culturales”. De hecho, son dos cuestiones profundam<strong>en</strong>te distintasaunque habitualm<strong>en</strong>te <strong>se</strong> las agrupe bajo la rúbrica de “el partido”: el problemade organizar la práctica de una multitud de manera que <strong>se</strong>a posible desbordar deforma duradera los límites de la cla<strong>se</strong> media urbana y bohemia, y desafiar las relacionesde poder establecidas <strong>en</strong> una sociedad dada, y el problema de participar deforma efectiva <strong>en</strong> la política electoral como un mecanismo c<strong>en</strong>tral de la reproducciónde esas relaciones de poder. La izquierda tradicional, <strong>en</strong> realidad, había desarrolladodos formas distintas de conectar ambas cuestiones: por una parte, creandoun <strong>en</strong>torno organizativo y cultural integrado que sust<strong>en</strong>taba una contracultura obreracapaz de conectar la vida diaria con “el partido” a través de un <strong>se</strong>ntido de lealtadde cla<strong>se</strong> (lo cual <strong>se</strong> tornaría difícil cada vez que la escisión <strong>en</strong>tre los partidos comunistay socialdemócrata reveló fracturas d<strong>en</strong>tro de la cla<strong>se</strong> obrera, tal como sucediera<strong>en</strong> la <strong>Alemania</strong> de la República de Weimar). Y por otra parte, a través de unarelación <strong>en</strong>tre organizaciones de “fr<strong>en</strong>te legal” y organizaciones conspirativas depolíticos profesionales (desarrollada por la izquierda europea <strong>en</strong> las represionesque siguieron a los movimi<strong>en</strong>tos revolucionarios de1848, después cultivada por elSPD -Partido Socialdemócrata de <strong>Alemania</strong>- contra la per<strong>se</strong>cución de Bismarck aprincipios de los años nov<strong>en</strong>ta del siglo XIX, y finalm<strong>en</strong>te sistematizada por L<strong>en</strong>in<strong>en</strong> sus ideas acerca del “partido de nuevo tipo”).Pero ambas conexiones habían dejado de funcionar. La primera, porque -y <strong>en</strong> lamisma medida <strong>en</strong> que- la cultura de masas “fordista” del consumismo capitalistaVIENTO SUR Número 90/Enero 2007 7

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