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más de lo acostumbrado. No tiembles me decía ella, tómate<br />
otro trago, y el viejo disfrutaba y decía que lindo, eso es<br />
magnífico.<br />
Ese día Alberto volvió a ser feliz”.<br />
Cuando acabó ese nuevo relato de su entrañable amigo<br />
Alberto Giraldo, Madame, se levantó y se retiró al baño de<br />
mujeres, al cabo de unos quince minutos volvió con su maquillaje<br />
bien retocado, en el camino no dejaba de ser atracción por su<br />
pinta, su cuerpo, su edad y su forma de ser.<br />
“PACHECO”<br />
“El famoso Fernando González “Pacheco”, fue uno de<br />
mis asiduos demandantes de mis bellas amigas durante<br />
cuatro años. Él venía a buscarme cuando era trabajaba con<br />
Coestrellas. A él me lo presentó una de mis chicas.<br />
Para esa época yo vivía en un apartamento del barrio<br />
Palermo. Él me llamaba y yo le tenía presentaba mis amigas,<br />
él llegaba a una habitación de mi apartamento, yo le<br />
prestaba mi casa a contadas personas a Alberto Giraldo, a<br />
“Pacheco” y a un ingeniero que le gustaban las mujeres<br />
mayores”.<br />
REUNIÓN DE VILLAVICENCIO<br />
“Rodrigo Vargas, junto con otra gente, nos invitaron a una<br />
finca y resulta que dentro del récord de las peladas que llevaba<br />
iba una llamada Angélica que había sido reina del café.<br />
Yo en ese tipo de reuniones me inventaba concursos para<br />
pasarla bien y de paso para que los personajes hicieran gala<br />
de su poder.<br />
Entonces ese día me inventé el concurso para escoger<br />
las mejores piernas, los mejores senos, la mejor cara, los<br />
mejores ojos, ese día llegamos a ese lugar, pero no sabíamos<br />
de quién era la finca.<br />
Una de mis amigas salió a hacer un show de strip-tease,<br />
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