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La Proxeneta De La Mafia

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hijo de Don Miguel, que está por recobrar la libertad luego<br />

de una condena en una cárcel de los Estados Unidos. Él<br />

supo de las “reuniones sociales”, pero por boca de terceros.<br />

Ellos decían que lo que más les preocupaba era que sus<br />

familias quedaran limpias de cualquier escándalo, no les<br />

importa el escándalo político, en últimas decían “es grave<br />

y nos vamos de extradición”. Cuando ganó las elecciones<br />

el presidente Álvaro Uribe Vélez, yo les escuché decir<br />

insistentemente que no tenían otro camino que la<br />

extradición, nunca lo dudaron, sabían con claridad<br />

meridiana que el nuevo “dictador”, como lo calificaron<br />

desde el principio, no les perdonaba nada. Yo jamás supe el<br />

por qué sabían con tanta certeza lo que les venía.<br />

El día de su despedida en la cárcel de Palmira, antes de<br />

ser confinados en la Cárcel de Máxima Seguridad de<br />

Cómbita, a pocos minutos de la ciudad de Tunja en el<br />

departamento de Boyacá, centro de Colombia, los Rodríguez<br />

Orejuela me invitaron a cenar. Ese día sacaron a su séquito<br />

de abogados para atenderme a mí, esa fue una reunión muy<br />

triste.<br />

Don Gilberto tenía una camisa tipo guayabera muy fina,<br />

pantalón negro y zapatos tan finos que por debajo estaban<br />

contramarcados con las iniciales GR de Gilberto Rodríguez,<br />

él y su hermano del alma, Miguel, estaban muy bien<br />

arreglados, yo tuve que esperar un buen rato en la celda de<br />

Jairo “El Mocho” García, a quien le decían así porque le<br />

faltaba un dedo de la mano, mientras despachaban a sus<br />

abogados. “Mochito”, atiéndanos a Madame Rochy un<br />

momento, mientras arreglamos unos ‘asunticos’ le dijo Don<br />

Miguel, quien me había acompañado tomada de la mano.<br />

Ya vuelvo dijo y se marchó hacia sus celdas.<br />

Ellos sabían que me encantaba la comida de mar,<br />

mandaron a preparar unos suculentos langostinos a su chef<br />

de confianza Vladimir, el famoso paramilitar. Ellos siempre<br />

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