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La Proxeneta De La Mafia

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mucho me dijo con voz entrecortada y con lágrimas en los<br />

ojos. Ese fue mi primer hijo, Fernando Rodríguez Mondragón,<br />

a él le di todo lo que necesitaba. Yo nunca quise que mis hijos<br />

tocaran los asuntos que uno infortunadamente ha tocado,<br />

por eso y por ellos uno hace todas estas cosas que tú conoces<br />

mija. Yo he ofrendado mi vida en muchos sitios como tú lo<br />

haces, para sacar ese hijo adelante… para que se te tuerza y<br />

no hay derecho. Pero Don Gilberto mire que los hijos… No<br />

Madame el está desheredado y eso no tiene reversa, indicó<br />

con fortaleza levantándose de la silla, mientras su hermano<br />

Don Miguel miraba en silencio degustando los cangrejos que<br />

mandó a preparar para mi visita.<br />

Eso me partió el alma, verlo mirando al horizonte, en<br />

esa Cárcel de la ciudad vallecaucana de Palmira que por<br />

cierto no era tan fea como las que uno conoce, porque los<br />

Rodríguez Orejuela habían mandado a acondicionar para<br />

sobrellevar, en medio de múltiples comodidades, su paso por<br />

la prisión.<br />

<strong>La</strong> nostalgia era evidente. Uno debe ser fuerte Madame,<br />

porque si uno ve que un hijo va por un abismo uno no puede<br />

ayudarlo a empujar, lo hala, a ellos toca cortarle los servicios<br />

cuando ellos se tuercen. Mira ten todo el cuidado con tu<br />

único hijo, y verás que camina derecho. Yo les decía a todos<br />

mis hijos, pidan lo que quieran y definan en que universidad<br />

y país desean estudiar, no se preocupen por nada, ese es su<br />

trabajo. A ese hijo lo envié a los Estados Unidos y a Francia<br />

a estudiar. En Francia lo ubiqué en un sitio tan exclusivo<br />

que la señora que vivía enseguida de él era la esposa del<br />

famoso Sha de Irán, le monté negocios, pero a los muchachos<br />

no los entiende nadie Madame… ¡qué cosa!<br />

Tóqueles el bolsillo que a ellos les duele eso, mire Madame<br />

esta es la última vez que nos vamos a ver, frase que me cayó<br />

como un balde con agua fría, ¿cómo así señor? ¿Por qué<br />

me dice eso? Sí Madame ésta va a ser nuestra última<br />

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