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'iI\'ano 984, en que fueron destt'uidos por AlnH\nr.ol'.Masdeu dice que en esta ocasión los enemigos,sin dudn. PO!' falta de tiempo, «sólo tronclml'on lastorres y los más altos mw'os, dejando lo IJI'incipalde la ciudad como qu edil.ba desde el tiempode los romanos. (i); pero e l historiador ú1'll.bc Al­Makkal'Y nfil'nuL terminantemente, que to ma.da laciudad, no sin pOl'riada resistencia, «sus defensorestralHLja t'On en vano; pues Dios destruyó susfuertes mUI'os y grucsos tOI't"cottes ... ; de donde scsigue que Astorga, COmo di ce Marian ll" . padecióentonces el mismo desastre qu e León-, cuyos habitantes, después de heroica defensa, fuel'on pasadosá cuchillo, y cuyos I'ollustos muros, flanqueadosde elevadilS tones y defenclldos por puertas debrouce y de hierro, fucron demolidos con las máquinasde batir que el tenible hagib habla hechoconstruir ni efecto en Cordoha soll re e l modelo delas romanas, y que seguntmente sirvieron t!lmbiénparn. batir y demoler los de Astorga. Las actualesmura.llas, en cuya construcción tuvo gran parteel obispo asturicense D. Nufio 1 (1226-124.2), quegozalla de mucho favor y valimiento con el reyFernando UI el Santo, sólo conservan, en el a rranquede dos o tt'es cubos, ligel'os restos de las anteriores.De la época roma.na. no queda.n, ni dentroni fuem de su recinto, otros vestigios dignos deespecial mención, que la red de grandes cloacasutilizada hoy en parte para el desagüe de la ciudad;una h~ l'ga y espaciosa gtLlel'la above d [l.di~, destruiday cortada, por desgracia, en varios puntos,que pasa por el mismo sitio que en la Plaza Mayorocupó h~ cárcel vieja, donde sirvió de calabozos,(') fli s/'JI'ia "¡'í/jea de EspmiCl, IOlno XII, I'á~. 2i2.