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repensando las relaciones entre la escuela - AMPA CP Alhambra

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1REPENSANDO LAS RELACIONES ENTRE LA ESCUELAY LOS NUEVOS ESCENARIOS FAMILIARES.Introducción. Una re<strong>la</strong>ción problemática.Las <strong>re<strong>la</strong>ciones</strong> <strong>entre</strong> escue<strong>la</strong> y familia siempre han estado presididas porun cierto recelo. A diferencia de <strong>la</strong> familia, <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> es un escenario altamenteracionalizado. Como decía Talcott Parsons, el mundo de <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> suponepara el alumno una ruptura de <strong><strong>la</strong>s</strong> reg<strong><strong>la</strong>s</strong> de juego que hasta entonces lehabían sido aplicadas. La familia funciona sobre <strong>la</strong> base de elementosbiológicos: sexo, rango de nacimiento, edad. Son elementos adscriptivos quechocan con <strong><strong>la</strong>s</strong> reg<strong><strong>la</strong>s</strong> del funcionamiento esco<strong>la</strong>r. La familia trataincondicionalmente al niño. Es decir, el niño es valorado y querido por el merohecho de pertenecer a <strong>la</strong> familia. Sin embargo, <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> anticipa al niño cómova a ser tratado por <strong>la</strong> sociedad y su cometido consiste en que el niñointernalice esas reg<strong><strong>la</strong>s</strong> de juego, que se <strong>entre</strong>ne en su ejercicio, y quecompruebe los efectos de su aplicación.La escue<strong>la</strong> surge como parte de <strong>la</strong> lucha contra los particu<strong>la</strong>rismos de <strong>la</strong>familia. No en vano, ya desde <strong>la</strong> Ilustración se p<strong>la</strong>ntea <strong>la</strong> existencia de <strong>la</strong>escue<strong>la</strong> como una institución a <strong>la</strong> que corresponde inocu<strong>la</strong>r el espíritu de unosnuevos tiempos caracterizados por el espíritu crítico, <strong>la</strong> cientificidad, el <strong>la</strong>icismo,frente al arcaísmo, los prejuicios y <strong>la</strong> superstición de que se supone imbuidos a<strong>la</strong> familia.Pese a que el pensamiento ilustrado parece dirigirse al conjunto de <strong>la</strong>humanidad, en realidad <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>, tras el triunfo de <strong>la</strong> burguesía a finales delXVIII y comienzos del XIX, solo acoge en su seno a niños –y no niñas- de razab<strong>la</strong>nca hijos de propietarios y de profesionales. Pau<strong>la</strong>tinamente se vanincorporando, con resultados desiguales, a <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> todos los gruposinicialmente excluidos: c<strong><strong>la</strong>s</strong>es trabajadoras, mujeres y minorías étnicas. No sedebe perder de vista que hasta muy recientemente <strong>la</strong> experiencia deesco<strong>la</strong>rización para <strong>la</strong> inmensa mayoría de <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción no iba más allá de <strong>la</strong>alfabetización funcional, lo que se traducía en una permanencia en <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>de poco más de tres años.En el caso concreto de España esta era <strong>la</strong> situación previa a <strong>la</strong> LeyGeneral de Educación de 1970. Antes de esta ley a los diez años de edad losniños eran segregados <strong>entre</strong> <strong>la</strong> minoría de los que iban a cursar el bachilleratoelemental y <strong>la</strong> mayoría de los que acabarían en una vía muerta deesco<strong>la</strong>rización de pocos años más.Para los profesores de Bachiller se trataba de dar c<strong><strong>la</strong>s</strong>es a una minoríare<strong>la</strong>tivamente selecta identificada en cierto grado con el universo de <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>.Incluso en el bachillerato de <strong>la</strong> LGE –el BUP- estos profesores se encuentranante unos estudiantes que vienen ya cribados desde el final de <strong>la</strong> EGB.Quienes tan solo obtienen un certificado de este nivel no tienen más remedioque dirigirse a una devaluada formación profesional. Las cosas cambianradicalmente con <strong>la</strong> aprobación de <strong>la</strong> LOGSE: <strong>la</strong> secundaria es para todos y dacomienzo a los doce años de edad. Este es el origen de <strong>la</strong> perplejidad que hanmanifestado muchos profesores de secundaria: de buenas a primeras se dan


2de bruces con <strong>la</strong> realidad social del país al igual que venían haciendo suscompañeros de educación primaria. Ahora toda <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción de <strong>entre</strong> 6 y 16años ha de permanecer obligatoriamente en <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>. En <strong>la</strong> práctica lo harátoda <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción desde los 3 y el 85% <strong>entre</strong> los 16 y los 18.Cambios en los niveles educativos de <strong><strong>la</strong>s</strong> familias.¿Qué cambios han experimentado <strong><strong>la</strong>s</strong> familias desde esa esco<strong>la</strong>rizaciónreducida a esta esco<strong>la</strong>rización extendida? Quizás lo más destacable es quehasta hace unas décadas <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> era el principal, sino único, escenario en elque los niños y jóvenes podían formarse. Sin embargo, hoy en día los mediosde comunicación se han convertido en una fuente privilegiada de acceso a <strong>la</strong>información y, en ocasiones, al conocimiento. Al mismo tiempo, el niveleducativo de <strong><strong>la</strong>s</strong> familias se ha elevado.He aquí datos recientes sobre niveles educativos de distintos países denuestro entorno por grupos de edad. 1Porcentaje de <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción que ha alcanzado al menos educación secundaria superior, porgrupo de edad (1999).25-64 25-34 35-44 45-54 55-64CanadáFin<strong>la</strong>ndiaFranciaAlemaniaGreciaItaliaEspañaSueciaReino UnidoEstados Unidos79726281504235776287Fuente. OCDE Indicators (2001).86867685715555876688A <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> le gustan especialmente ciertas familias. Lo malo es queparece que <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> se queda en <strong>la</strong> mera celebración de esa diferencia,como si fuera un acontecimiento sobre-humano frente al que no hay nada quehacer.El informe del INCE titu<strong>la</strong>do Aspectos del perfil de los padres de losalumnos de educación primaria que más re<strong>la</strong>ción tienen con el rendimiento(octubre de 2001) ponía c<strong>la</strong>ramente de manifiesto <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción <strong>entre</strong> el niveleducativo de los padres y madres y el rendimiento esco<strong>la</strong>r.Estudios de los padres Conocimiento del medio Lengua MatemáticasSin estudios 210 210 212Estudios primarios 240 240 239Estudios secundarios 259 259 258Estudios universitarios 275 275 2778382658558504181638878675781423725746088624642732421136112531Álvaro Marchesi, El fracaso esco<strong>la</strong>r en España. En www.fundacionalternativas.comDocumento 11/2003. Consultado en octubre de 2004.


3Pero a veces, <strong><strong>la</strong>s</strong> prácticas <strong>la</strong>borales que viven los padres y madres defamilias profesionales pueden chocar con <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>. Esto es lo que se detectóen un estudio etnográfico realizado por Peter Aggleton. 2 Se trata de un estudioreferido a alumnos de c<strong><strong>la</strong>s</strong>e media, cuyas edades osci<strong>la</strong>n <strong>entre</strong> los dieciséis ylos veinte años. La mayoría de sus padres trabajan en <strong>la</strong> docencia en distintosniveles, en <strong>la</strong> asistencia social, en profesiones artísticas, como publicistas, etc.Este grupo fue seleccionado por el hecho de que, a pesar de proceder dehogares de elevado capital cultural, carecía de motivación hacia <strong><strong>la</strong>s</strong> tareasacadémicas y obtenía ma<strong><strong>la</strong>s</strong> notas. Aggleton describe distintos escenarios enque se desenvuelve <strong>la</strong> vida de estos estudiantes. En lo que se refiere alentorno familiar se trata de familias abiertas, tolerantes. La mayor parte de <strong><strong>la</strong>s</strong>actividades de <strong>la</strong> familia tiene lugar en un amplio comedor o sa<strong>la</strong> de estar. Loschavales pueden estar en casa con sus amigos, pueden beber alcohol o fumarhachís. Es decir, estas actividades quedan bajo el control de los padres.También es frecuente <strong>la</strong> autorización para dormir con amigos del sexo opuesto,siempre y cuando los padres sepan detalles con respecto a <strong><strong>la</strong>s</strong> <strong>re<strong>la</strong>ciones</strong> de <strong>la</strong>pareja: tiempo que llevan saliendo, grado de compromiso <strong>entre</strong> ellos, etc. Sinembargo, jamás se da esta autorización cuando se trata de amigos del mismosexo (intolerancia frente a <strong>la</strong> homosexualidad).En el escenario esco<strong>la</strong>r se produce un proceso de tras<strong>la</strong>ción deprácticas desde el hogar: el rechazo a aceptar un horario impuesto, <strong>la</strong>utilización de autojustificaciones para llegar tarde,... )Qué explica que, a pesarde proceder de familias de elevado capital cultural, estos chavales fracasen?Estos jóvenes están habituados, por su experiencia familiar, a <strong><strong>la</strong>s</strong> artesplásticas, al teatro, etc. Estos aspectos de <strong>la</strong> producción artística pertenecen aun mundo que ellos dan por sentado. La especificidad cómo tiene lugar elconocimiento de estas manifestaciones artísticas hace que estos estudiantesperciban <strong>la</strong> producción artística como algo asociado a <strong><strong>la</strong>s</strong> cualidadesintrínsecas del individuo y no a procesos más generales de producción culturalo de esfuerzo abnegado. Esta actitud, a <strong>la</strong> que el autor denonima ideologíaautorial, prioriza los talentos inmanentes de los individuos en tanto quecreadores y, al mismo tiempo, desdeña <strong>la</strong> importancia de <strong>la</strong> formación, de <strong>la</strong>diligencia, de <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor industriosa. A partir de aquí podemos comprender porqué estos estudiantes muestran su profunda antipatía hacia los elementos deabnegación, de trabajo duro,... Actúan como si sus talentos innatos y su capitalcultural fueran suficientes como para que su rendimiento esco<strong>la</strong>r seasatisfactorio.El discurso sobre <strong>la</strong> deserción educativa de <strong>la</strong> familia.Hay una cierta estigmatización de <strong>la</strong> familia por parte de determinadossectores del profesorado. En <strong>la</strong> encuesta realizada para el Informe sobre <strong><strong>la</strong>s</strong>ituación profesional del profesorado (abril de 2004) de <strong>la</strong> Fundación IDEA –dirigido por Alvaro Marchesi- se recogía <strong>la</strong> idea de que <strong>la</strong> implicación de lospadres en <strong>la</strong> educación de sus hijos debería constituir una de <strong><strong>la</strong>s</strong> principalesprioridades de nuestro sistema educativo. Una de <strong><strong>la</strong>s</strong> conclusionesfundamentales es <strong>la</strong> queja de los profesores (más del 65 por ciento) sobre <strong>la</strong>2 Rebels Without a Cause? Middle c<strong><strong>la</strong>s</strong>s youth and the transition from school to work, Londres,Falmer Press, 1987.


4poca co<strong>la</strong>boración y participación de <strong><strong>la</strong>s</strong> familias en <strong>la</strong> educación de sus hijos.Según este estudio “<strong>la</strong> co<strong>la</strong>boración <strong>entre</strong> profesores y padres es un requisitonecesario para mejorar <strong>la</strong> calidad de <strong>la</strong> enseñanza y una asignatura pendienteen el funcionamiento del sistema educativo”. Y son los docentes de Secundaria(48,1 por ciento) los más críticos con esta situación –por encima de los deInfantil y Primaria (35,8 por ciento)–, conscientes de que a partir de <strong>la</strong> ESO loscontenidos educativos comienzan a ser más complejos y por tanto elrendimiento académico comienza a ser más bajo o peores <strong><strong>la</strong>s</strong> notas de losalumnos.Esto es algo que se ha visto con gran c<strong>la</strong>ridad en el foro virtual quehabilitó el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en el primer semestre de2000 con <strong>la</strong> pretendida intención de debatir sobre <strong><strong>la</strong>s</strong> intenciones contrareformistasdel gobierno.Una queja frecuente en este debate ha sido <strong>la</strong> de considerar que <strong><strong>la</strong>s</strong>ociedad, y muy en particu<strong>la</strong>r los padres, desprecia <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor de los profesores ypor extensión <strong>la</strong> cultura académica. Los docentes se consideran profesionalesdesprestigiados y mal pagados. La expansión de <strong>la</strong> educación secundariainferior a toda <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción siempre implica caer en el riesgo de <strong>la</strong> devaluaciónde este título esco<strong>la</strong>r, tanto en el mercado de trabajo como en el del prestigio:más cantidad se hace equivaler a menos calidad. El efecto perverso de estaextensión es que parte de los grupos sociales que anteriormente nofrecuentaban <strong>la</strong> secundaria perciben <strong>la</strong> escasa utilidad instrumental de <strong>la</strong>permanencia de sus hijos en un sistema educativo que con más frecuencia de<strong>la</strong> deseada le <strong>la</strong>nza mensajes recriminatorios. A ello hay que añadir que <strong>la</strong>dimensión expresiva de <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> -<strong>la</strong> relevancia y aplicabilidad de losconocimientos y destrezas esco<strong>la</strong>resen situaciones cotidianas- es más biennu<strong>la</strong>. Por otro <strong>la</strong>do, los grupos sociales que desde hace varias generacionestienen garantizada <strong>la</strong> secundaria abandonan <strong>la</strong> enseñanza pública -cuyacalidad apenas ha mejorado a pesar de los buenos propósitos de <strong>la</strong> reformadirigiéndosehacia centros privados o, por lo menos, concertados. 3Hace unos cuantos años, el sociólogo norteamericano Daniel Bellexplicó en su libro Las contradicciones culturales del capitalismo 4 que <strong><strong>la</strong>s</strong>sociedades capitalistas vivían <strong>la</strong> contradicción que suponía por un <strong>la</strong>do elespíritu frugal, de ahorro y de sacrificio necesarios para <strong>la</strong> inversión capitalistay, por otro <strong>la</strong>do, el desarrollo desde comienzos de siglo de una sociedad deconsumo en <strong>la</strong> que se incentiva el hedonismo, elemento sin el cual no seconsumirían los frutos de <strong>la</strong> frugalidad. Bell seña<strong>la</strong>ba que el principio axial del<strong>la</strong> cultura moderna es el desarrollo del Ayo@.Los padres son uno de los b<strong>la</strong>ncos predilectos. Su preocupaciónprincipal, de acuerdo con el criterio de algunos profesores, no va más allá delibrarse de unos hijos adolescentes a los que ni comprenden ni puedencontro<strong>la</strong>r, traspasando esta <strong>la</strong>bor tan ingrata como difícil a los sufridos3 De hecho uno de los participantes en el debate virtual recomienda a los padres máspreocupados que se lleven a sus hijos a <strong>la</strong> privada.4 Madrid, Alianza, 1982.


5profesores. Sin embargo este traspaso de competencias se efectúa conlimitaciones. Al parecer <strong>la</strong> más importante de el<strong><strong>la</strong>s</strong> sería no exigir demasiado a<strong>la</strong>dolescente de <strong>la</strong> sociedad hedonista.Se denigra <strong>la</strong> capacidad educativa de <strong>la</strong> familia, a pesar de los cambiosque está experimentado últimamente. La familia, desde los peculiares puntosde vista emitidos en esta página web, no es una institución democrática. Noobstante esta afirmación deja sin responder <strong>la</strong> pregunta de si realmente <strong>la</strong>escue<strong>la</strong>, especialmente sus au<strong><strong>la</strong>s</strong>, es una institución democrática.Las crisis familiares se convierten en uno de los elementos c<strong>la</strong>ves delApatente descenso de <strong>la</strong> educación experimentado en esta última década@.Nos encontramos con <strong>la</strong> incapacidad de <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> para tratar con todo aque<strong>la</strong>lumno que no proceda de una familia estable (se supone también queconvencional con padre, madre, algún hermano y quizás también el perro).Late <strong>la</strong> sospecha de que ante <strong>la</strong> menor dificultad los padres optan por <strong><strong>la</strong>s</strong>upuesta vía fácil de <strong>la</strong> separación o del divorcio y, al mismo tiempo, seestablece una re<strong>la</strong>ción causa-efecto con el fracaso esco<strong>la</strong>r.Con todo ello estamos ya un paso de <strong>la</strong> negación de <strong>la</strong> presencia de lospadres y madres en los órganos de control y gestión de los centros esco<strong>la</strong>res.A toda esta batería de pseudo-argumentos, habría que sumar el<strong>la</strong>mentable éxito editorial de libros pseudo-científicos escritos por profesoresque denigran hasta lo intolerable <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor educativa de <strong>la</strong> familia. Así, BárbaraPastor, 5 profesora de secundaria de un instituto de Madrid y doctora enFilología, se despacha sin mesura contra todo lo que le desagrada de <strong>la</strong>escue<strong>la</strong>, trazando una c<strong>la</strong>ra línea de demarcación en <strong>la</strong> que situar al enemigo.Pedagogos y padres forman un f<strong>la</strong>nco. Profesores y alumnos forman el otro (p. 164).No tienen ningún desperdicio afirmaciones del siguiente tenor (dejo queel lector <strong><strong>la</strong>s</strong> juzgue):El padre, que antes imponía autoridad con una simple mirada, ahora no recibe el menorrespeto ni en su propia casa (p. 12).El libro de <strong>la</strong> profesora de primaria Mercedes Ruiz Paz 6 tambiénconsidera que junto a los pedagogos, los padres –y, se entiende que también<strong><strong>la</strong>s</strong> madres- forman el segundo frente del acoso a los sufridos profesores. Sincitar ninguna investigación –opinar no cuesta nada- nos enteramos de que lospadres se han inhibido de <strong>la</strong> educación de sus hijos y de que con <strong>la</strong> “aperturade <strong><strong>la</strong>s</strong> au<strong><strong>la</strong>s</strong> para niños de tres años, <strong>la</strong> presión social ha aumentadoenormemente para que el profesor abandone su trabajo de enseñante y pase aejercer funciones de padre y puericultor” (p. 35). Es decir, <strong>la</strong> existencia de <strong>la</strong>educación infantil se hace equivaler a <strong>la</strong> deserción educativa de los padres. Sinembargo, <strong>la</strong> autora no llega a ser consecuente y pedir <strong>la</strong> supresión de estetramo educativo –y quizás <strong>la</strong> vuelta al hogar de <strong>la</strong> mayoría de <strong><strong>la</strong>s</strong> mujeres-.5 ¿Qué pasa en <strong><strong>la</strong>s</strong> au<strong><strong>la</strong>s</strong>? Crónica de un desastre, Barcelona, P<strong>la</strong>neta, 2002.6 Los límites de <strong>la</strong> educación, Madrid, Grupo Unisón, 2000.


6La familia ha ido vaciándose de cometidos mientras los maestros se han ido enargandoprogresivamente de <strong>la</strong> higiene y el aseo del niño, de su salud y alimentación, de suconocimiento del entorno inmediato (p. 36).La familia tampoco es capaz de disciplinar:Los pudores paternos llevan a no disciplinar a los hijos, a no establecer normas quehagan posible <strong>la</strong> convivencia en el hogar, a no intervenir ante conductasmanifiestamente erradicables, a no promover una formación ética, a no promocionarconductas, actitudes y valores favorables para uno mismo y para su re<strong>la</strong>ción con losdemás (p. 50).Se podrá estar o no de acuerdo con estas afirmaciones, pero incluso ellector más desprevenido se preguntará cuál sea el sustento de estaspropuestas. De ser cierto lo que aquí se dice simplemente no habría sociedad,estaríamos en <strong>la</strong> fase previa al contrato social en el que el hombre es un lobopara el hombre.Los padres han de estar al servicio de los maestros. Véase como botónde muestra esta afirmación:La Administración, una vez más, ha puesto al maestro contra <strong><strong>la</strong>s</strong> cuerdas desoportar a los padres de alumnos exigiendo explicaciones sobre su <strong>la</strong>bor profesional,discutiendo con ellos <strong><strong>la</strong>s</strong> programaciones de au<strong>la</strong> u opinando acerca de si un tema esmejor darlo de uno modo, de otro, o ap<strong>la</strong>zarlo para el curso siguiente protegiendo a losalumnos del esfuerzo (p. 107).De nuevo, caemos en <strong><strong>la</strong>s</strong> afirmaciones gratuitas. Afortunadamente,disponemos de un cierto cuerpo de investigaciones 7 sobre <strong>la</strong> participación deprofesores, alumnos y padres que nos permite colegir que <strong>la</strong> intromisiónpaterna que denuncia Ruiz Paz es absolutamente excepcional. Sin embargo,es fácil imaginar el tipo de padres que le gustan: aquellos que “ayudan en todoaquello para lo que son requeridos con generosidad”. No cabe duda de que lospromotores de estos requerimientos son los profesores.A pesar de que ese cuerpo de investigaciones sobre participación al queme he referido muestra a unas asociaciones de padres por lo generalignorantes de cuál su papel o el marco jurídico en el que se desenvuelven, RuizPaz debe haber tropezado con lo peor de lo peor:Lo habitual son <strong><strong>la</strong>s</strong> asociaciones de padres de alumnos dispuestas a exprimir hasta <strong>la</strong>última de <strong><strong>la</strong>s</strong> competencias que <strong>la</strong> administración les ha otorgado. (pp. 107-8).Todos los mecanismos de decisión colectiva parecen desagradarprofundamente a <strong>la</strong> autora. No le gustan ni <strong>la</strong> programación general anual, ni elproyecto educativo de centro, ni <strong><strong>la</strong>s</strong> programaciones curricu<strong>la</strong>res. Pero lo queparece fastidiarle sin paliativos es <strong>la</strong> existencia del Consejo Esco<strong>la</strong>r, al que7 M. Fernández Enguita, La profesión docente y <strong>la</strong> comunidad esco<strong>la</strong>r: crónica de undesencuentro, Madrid, Morata, 1993; F. Gil Vil<strong>la</strong>, La participación democrática en los centros deenseñanza no universitarios. Madrid, MEC, 1995; M. A. Santos Guerra, El crisol de <strong>la</strong>participación, Madrid, escue<strong>la</strong> españo<strong>la</strong>, 1997; R. Feito, La participación de los padres en elcontrol y gestión de <strong>la</strong> enseñanza; Madrid, UCM (tesis doctoral), 1991.


7tilda, como hizo en su momento <strong>la</strong> Confederación Católica de Padres deFamilia (CONCAPA), de asamblea. Como es habitual en ciertos ambientesideológicos, considera que el c<strong>la</strong>ustro se ha vaciado de poderes a favor delconsejo esco<strong>la</strong>r. Esto es lo que decía Fernández Enguita en una investigaciónsobre el tema:¿Qué es, entonces, lo que da lugar a <strong><strong>la</strong>s</strong> quejas de los profesores? Podríamosdecir que, aunque <strong>la</strong> tarta del poder en los centros era, antes de <strong>la</strong> LODE, miserable,pertenecía casi por entero al profesorado; ahora es una tarta más apetitosa, pero hayque repartir<strong>la</strong> con padres y alumnos, y aunque el pedazo profesoral de hoy pese más yalimente mejor que <strong>la</strong> escuálida tarta de ayer, el hecho de que sea ya sólo un pedazoparece haber producido daños psíquicos irreparables. 8Vuelvo a lo ya seña<strong>la</strong>do. El trabajo de Fernández Enguita aporta análisisde <strong><strong>la</strong>s</strong> leyes que, recientemente, han regu<strong>la</strong>do <strong>la</strong> participación: <strong>la</strong> LGE, <strong>la</strong>LOECE y <strong>la</strong> LODE. Este es el esfuerzo que el libro de opiniones de Ruiz Pazno hace.Sin embargo, los datos son testarudos y muestran una fuerte implicaciónde <strong>la</strong> familia en <strong>la</strong> esco<strong>la</strong>rización de sus hijos. En el informe de ÁlvaroMarchesi, El fracaso esco<strong>la</strong>r en España, 9 se detecta que una alta proporción dealumnos españoles asisten a cursos adicionales o de apoyo fuera de <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>para mejorar sus habilidades. Como promedio de los países de <strong>la</strong> OCDE, el32% de los alumnos seña<strong>la</strong>n que han asistido a algún curso o actividad deapoyo en los últimos tres años. En España, el porcentaje se eleva al 54%.En el estudio de V. Pérez-Díaz, J.C. Rodríguez y L. Sánchez Ferrersobre familia y educación 10 se constata que <strong>la</strong> mayoría de los padres (54%)tiene <strong>la</strong> sensación de estar ocupándose más de <strong>la</strong> educación de sus hijos quelo que hicieron sus padres de <strong>la</strong> de ellos. Un 38% reconoce estar ocupándoseigual que lo hicieron sus padres. Solo un 6% admite que se ocupa menos. 11Valoración social de <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor del profesorado.Buena parte del profesorado se queja de <strong>la</strong> supuesta falta dereconocimiento de su <strong>la</strong>bor profesional. Así, y como botón de muestra, elsindicato ANPE –véase el número 751 de Comunidad Esco<strong>la</strong>r (6 de octubre de2004)- ha iniciado una campaña para “aumentar el reconocimiento social de <strong>la</strong>profesión docente y <strong>la</strong> propia autoestima de los profesores”. En opinión de susecretario general, Juan Miguel Molina, “no son momentos fáciles para losdocentes. Cuantos nos dedicamos a <strong>la</strong> tarea de educar vivimos horas difíciles einciertas por tantos y variados motivos, como un ambiente esco<strong>la</strong>r cada vezmenos favorable, <strong>la</strong> falta de apoyo y de reconocimiento social de losprofesores, <strong>la</strong> pérdida de <strong>la</strong> autoridad magistral, <strong>la</strong> degradación de <strong>la</strong> disciplinay <strong>la</strong> convivencia en muchos centros, y exigencia de nuevos cometidos yresponsabilidades”. Cree que “<strong>la</strong> profesión docente se ha devaluado entérminos de prestigio social en los últimos años, de tal manera que <strong>la</strong> imagen8 M. Fernández Enguita, op. cit., p. 27.9 En www.fundacionalternativas.com Documento 11/2003. Consultado en octubre de 2004.10 La familia españo<strong>la</strong> ante <strong>la</strong> educación de sus hijos, Fundación La Caixa, Barcelona, 2001.11 Op. cit., p. 133


8positiva que tenía el profesor ante <strong>la</strong> sociedad ha palidecido y el juicio socialcontra él se ha generalizado”.Sin embargo, y pese a lo que muchos profesores opinan, por parte de <strong><strong>la</strong>s</strong>ociedad no hay una valoración negativa de su tarea. En el estudio 2452 delCIS (barómetro de marzo de 2002) se incluía <strong>la</strong> siguiente pregunta: ¿cómo creeusted que valoran los padres, los alumnos y <strong>la</strong> sociedad <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor de losprofesores? Y estas son <strong><strong>la</strong>s</strong> respuestas:Sociedad Padres AlumnosMuy bien 4.8 3.6 2.0Bien 46.9 47.9 25.2Regu<strong>la</strong>r 32.5 32.1 34.1Mal 8.1 8.2 22.4Muy mal 0.9 1.2 7.2N.S. 6.5 6.4 8.4N.C. 0.3 0.6 0.6(N) (2498) (2498) (2498)Las encuestas realizadas por el INCE –esta vez solo <strong>entre</strong> padres ymadres de alumnos- recogen unos índices de satisfacción simi<strong>la</strong>res.El estudio de Pérez-Diaz et al. corrobora esta afirmación de <strong>la</strong> que esprueba el siguiente cuadro. 12Por lo que usted conoce del tutor de su hijo en elcurso actual, ¿diría que, en general, se trata de unprofesor con un nivel de preparación muy alto,bastante alto, bastante bajo o muy bajo?Muy alto 19Bastante alto 48Regu<strong>la</strong>r 22Bastante bajo 2Muy bajo 1NS/NC 9N 900Y ese profesor, ¿se ocupa de los alumnos con unnivel de atención muy alto, bastante <strong>la</strong>to, regu<strong>la</strong>rbastante bajo o muy bajo?Muy alto 35Bastante alto 44Regu<strong>la</strong>r 11Bastante bajo 4Muy bajo 1NS/NC 4N 900Diversidad de tipos de familias.Sabemos poco sobre cómo son en estos momentos <strong><strong>la</strong>s</strong> familias pordentro. Recientemente ha aparecido un atractivo estudio que nos permite saber12 Op. cit. p. 221.


9algo acerca de <strong>la</strong> función educadora de <strong>la</strong> familia. 13 En él se distinguen cuatromodelos familiares:a) Familia familista/endogámica. A este modelo podría adscribirse el 23,7% de <strong><strong>la</strong>s</strong> familiasespaño<strong><strong>la</strong>s</strong>. Se caracteriza por tratarse de un núcleo familiar muy unido y en el quepriman <strong><strong>la</strong>s</strong> buenas <strong>re<strong>la</strong>ciones</strong> <strong>entre</strong> sus miembros. Centrada en sí misma yautosuficiente, no parece sentir necesidad de abrirse al exterior.b) Familia conflictiva. Agrupa al 15,05% de <strong><strong>la</strong>s</strong> familias. (…) En el<strong>la</strong> priman <strong><strong>la</strong>s</strong> normasfijas e inflexibles con <strong><strong>la</strong>s</strong> que se choca de continuo. [Hay] escasa comunicación.c) Familial nominal. Puede definir al 42,9% de <strong><strong>la</strong>s</strong> familias españo<strong><strong>la</strong>s</strong>. (…) … impera unacoexistencia pacífica <strong>entre</strong> padres e hijos más que <strong>la</strong> convivencia participativa. (…) Laausencia de conflictos en este modelo de familia no significa que no los haya, solo queha optado por no enfrentarse a ellos.d) Familia adaptativa. Agruparía al 18,4% de <strong><strong>la</strong>s</strong> familias. Los autores del estudio nodudan en calificar<strong>la</strong> de “nueva familia” por <strong>la</strong> “buena comunicación” que se advierte<strong>entre</strong> padres e hijos y por su capacidad para transmitir opiniones y creencias. Además,se muestra abierta al exterior, sin por ello dejar de ponderar <strong>la</strong> dimensión familiar.Es cierto que aparecen distintos tipos de familias en función de qué tiposde familiares <strong>la</strong> componen o de su orientación sexual: monoparentales, dehomosexuales, etc. Pero, a pesar de <strong>la</strong> creciente visibilidad de este tipo defamilias, no se debe perder de vista que más del 90% de <strong><strong>la</strong>s</strong> familias sonconvencionales.Las familias de los inmigrantes llegados masivamente en los últimoscinco años p<strong>la</strong>ntean una problemática particu<strong>la</strong>r. Algunas, caso de ciertossectores musulmanes, p<strong>la</strong>ntean el problema de <strong>la</strong> objeción a que sus hijos –más <strong><strong>la</strong>s</strong> hijas que los hijos- cursen ciertas asignaturas. En muchas ocasiones,cuando los niños llegan a España se encuentran con que <strong>la</strong> familia queconocieron en su país de origen no existe porque los padres se han divorciadoo porque en nuestro país está tan solo <strong>la</strong> madre. Al llegar se pueden encontrarcon que su madre tiene otro compañero y un nuevo hijo con este. Cuandollegan casi no conocen a sus padres a los que pueden no haber visto en losúltimos tres años. Para los niños hay una fuerte ruptura de <strong>la</strong>zos afectivos.Además se produce un cambio brusco en su vida cotidiana. Muchos puedenproceder de zonas rurales con baja esco<strong>la</strong>rización. Allí estaban con susabuelos. De buenas a primeras están en una sociedad consumista,bombardeados por <strong>la</strong> TV. Todo ello da lugar a un bloqueo psicológico, afectivoque solo se supera transcurridos varios meses.Sin lugar a dudas, el gran cambio que se ha producido en <strong><strong>la</strong>s</strong> familiasdesde el inicio de <strong>la</strong> democracia es el de <strong>la</strong> incorporación de <strong>la</strong> mujer almercado de trabajo y lo que esto supone de renegociación de <strong><strong>la</strong>s</strong> <strong>re<strong>la</strong>ciones</strong> depoder dentro de <strong><strong>la</strong>s</strong> familias. Lo que está c<strong>la</strong>ro es que esta incorporación no esnegativa para el rendimiento de los hijos. En el estudio publicado en octubre de2001 por el INCE titu<strong>la</strong>do Aspectos del perfil de los padres de los alumnos deeducación primaria que más re<strong>la</strong>ción tienen con el rendimiento –referido aalumnos de 6º de primaria- se observa un rendimiento esco<strong>la</strong>rsignificativamente más alto <strong>entre</strong> los niños cuyas madres trabajan con respectoa <strong><strong>la</strong>s</strong> que no lo hacen. En ese mismo estudio se aporta el dato de que casi el13 Hijos y padres: comunicación y conflictos, Madrid, FAD, 2002. Utilizo el resumen queapareció en el número 239 de Trabajadores de <strong>la</strong> enseñanza, p. 9.


1090% de los padres trabaja fuera de casa, mientras que ese mismo porcentajede madres se distribuye, prácticamente en partes iguales, <strong>entre</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong> quetrabajan como amas de casa y <strong><strong>la</strong>s</strong> que lo hacen fuera de casa. Hay, por tanto,casi el doble de padres que de madres que trabajan fuera de casa.Uno de los debates más actuales derivados de esta incorporación de <strong>la</strong>mujer al mercado de trabajo es el de <strong>la</strong> compatibilidad <strong>entre</strong> horarios familiaresy esco<strong>la</strong>res. Habitualmente es un desagradable debate en el que sale a relucirel excesivo y disperso número de días en que los centros esco<strong>la</strong>respermanecen cerrados, <strong>la</strong> generalizada inexistencia de comedores esco<strong>la</strong>res en<strong>la</strong> secundaria de los centros públicos, <strong>la</strong> extensión del horario de permanenciade los más pequeños –con programas como Los primeros del cole y otros-, <strong>la</strong>jornada esco<strong>la</strong>r matinal o partida para los centros de educación infantil yprimaria, etcétera.¿Por qué pueden participar los padres?Los límites y alcance de <strong>la</strong> participación de los padres sonproblemáticos. Los padres son legos en cuestiones educativas y, a diferenciade los alumnos no están implicados en <strong>la</strong> cotidianidad del centro. Su derecho aparticipar deriva de <strong>la</strong> patria potestad. Es decir, nuestro modelo constitucional,siguiendo en esto <strong>la</strong> tradición jurídica occidental, consagra <strong>la</strong> participación delos padres en tanto que progenitores y no en tanto que ciudadanos.Hoy en día aceptamos que sean los padres quienes se hagan cargo de<strong>la</strong> educación de sus hijos en lo que se refiere a <strong>la</strong> elección de centro y a <strong>la</strong>implicación en el mismo. Sin embargo, es un tema que se ha resuelto en estesentido no sin intensas discusiones.En <strong>la</strong> época de <strong>la</strong> Revolución francesa se debatió, en diversos informeseducativos y en <strong>la</strong> Asamblea, <strong>la</strong> cuestión de si el responsable de <strong>la</strong> educaciónde los hijos era <strong>la</strong> familia o era el Estado. El objeto de debate era si resultabafactible inculcar un nuevo espíritu a <strong><strong>la</strong>s</strong> gentes de <strong>la</strong> época dejando en manosde <strong>la</strong> familia <strong>la</strong> educación de <strong><strong>la</strong>s</strong> nuevas generaciones. Lo que sí quedó c<strong>la</strong>rofue <strong>la</strong> conveniencia de esco<strong>la</strong>rizar a <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción (a toda o a parte de el<strong>la</strong>). Elobjetivo era construir una sociedad democrática, <strong>la</strong>ica, solidaria y libre. Noresulta extraña <strong>la</strong> proliferación de informes sobre <strong>la</strong> enseñanza. En todos ellos<strong>la</strong>te <strong>la</strong> idea de que el Estado ha de ser el responsable de <strong>la</strong> organización desistema educativo que administre los nuevos conocimientos y actitudes de <strong>la</strong>época.En general los informes del periodo revolucionario conciben a los padrescomo máximos responsables de <strong>la</strong> educación de sus hijos, hasta el punto deser aquellos quienes seleccionen a los maestros. En su informe, Romme serefiere a una asamblea de padres de familia encargada de contratar alprofesorado. Lepeletier propone un consejo general de padres de familia quegestionaría y contro<strong>la</strong>ría los centros educativos. Este informe se ocupafundamentalmente de <strong>la</strong> instrucción primaria y en él el autor se manifiestapartidario de <strong>la</strong> separación de los hijos de sus familias. Saint Just considerabaque los niños pertenecen a <strong>la</strong> madre hasta los cinco años, si el<strong>la</strong> los haalimentado, e inmediatamente después pertenecen a <strong>la</strong> República hasta <strong>la</strong>


11muerte. El niño y el ciudadano pertenecen a <strong>la</strong> patria. Esto hace que <strong>la</strong>instrucción común sea indispensable.La necesidad de contrarrestar el influjo pernicioso y conservador de <strong>la</strong>familia en <strong>la</strong> tarea educativa también fue p<strong>la</strong>nteada por Owen en New Lanark.Owen se quejaba de <strong>la</strong> escasa influencia que <strong>la</strong> educación podía ejercer sobrelos niños si tenemos en cuenta que solo pasan en <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> cinco horas, loque supone que el resto del tiempo lo comparten con personas que ni recibenni han recibido una educación como <strong>la</strong> suya.Las dec<strong>la</strong>raciones sobre derechos humanos, civiles, sociales, culturalesposteriores a <strong>la</strong> Segunda Guerra Mundial han consagrado los derechos de lospadres en materia educativa, de modo que han asentado <strong>la</strong> legitimidad de <strong>la</strong>intervención de estos en los centros esco<strong>la</strong>res.La idea que hoy en día se mantiene en Occidente de los padres comoresponsables de <strong>la</strong> tute<strong>la</strong> de sus hijos, mientras que estos sean menores deedad, proviene del Derecho Romano y ha sido definitivamente asentadagracias a <strong>la</strong> tradición cristiana. El Derecho Romano introduce el concepto depatria potestad, en principio con unas características que hoy en día nospueden parecer chocantes: empezó siendo un poder absoluto queprimitivamente no se diferenciaba del ejercido sobre los esc<strong>la</strong>vos. Se trataba deun poder despótico concebido en provecho de quien <strong>la</strong> ejercía y terminóconvirtiéndose en una autoridad tuitiva, destinada a beneficiar con suprotección a los sometidos a el<strong>la</strong>.Esta categorización del Derecho Romano chocaba con experienciasanteriores como <strong>la</strong> de Esparta, donde <strong>la</strong> educación estaba totalmente enmanos del Estado, el cual se convierte en propietario de sus súbditos. La ley seinteresa por el niño antes de su nacimiento. Al nacer el niño debe serpresentado ante una comisión de Ancianos. El futuro ciudadano sólo esaceptado si es bello, bien conformado y robusto; los enclenques ycontrahechos son condenados a ser arrojados a los apotetas (depósitos deresiduos). El Estado consiente en delegar sus facultades en <strong>la</strong> familia hastaque el niño cump<strong>la</strong> los siete años. Cumplida esta edad, el joven espartano pasadirectamente a <strong><strong>la</strong>s</strong> manos del Estado: desde entonces hasta <strong>la</strong> muertepertenece por entero al Estado (este modelo es el que inspiró el pensamientoeducativo de P<strong>la</strong>tón en <strong>la</strong> República).Desde un punto de vista estrictamente educativo <strong>la</strong> participación de lospadres cobra especial interés cuando se decide esco<strong>la</strong>rizar al conjunto de <strong>la</strong>pob<strong>la</strong>ción. Mientras que, como veíamos al principio, solo permanecían en <strong>la</strong>escue<strong>la</strong> -más allá de los escasos años de <strong>la</strong> alfabetización mínima- losprivilegiados culturalmente, <strong>la</strong> participación no es un problema. Hay un pactoimplícito <strong>entre</strong> familias y escue<strong><strong>la</strong>s</strong>, <strong><strong>la</strong>s</strong> cuales comparten un universo culturalque hace innecesaria <strong>la</strong> participación. Sin embargo, cuando llegan los que son“distintos”, los “diversos culturalmente” se p<strong>la</strong>ntea un serio problema de choquecultural. Téngase en cuenta que el movimiento obrero en sus orígenesdesconfiaba profundamente de <strong>la</strong> educación a cargo del Estado. Se entendíaque el Estado de <strong>la</strong> burguesía acometería un proceso de inculcación ideológica


12para dominar culturalmente al proletariado. Para <strong><strong>la</strong>s</strong> c<strong><strong>la</strong>s</strong>es popu<strong>la</strong>res <strong>la</strong>escue<strong>la</strong> ha supuesto <strong>la</strong> entrada en un sistema de normalización, eninstituciones de domesticación. De algún modo, de esto ya hab<strong>la</strong>ba CarlosMarx en su Crítica del programa de Gotha, donde advertía sobre los riesgos deesco<strong>la</strong>rizar a los niños de c<strong><strong>la</strong>s</strong>es trabajadoras en <strong><strong>la</strong>s</strong> escue<strong><strong>la</strong>s</strong> de <strong>la</strong> burguesía.También me viene a <strong>la</strong> memoria <strong>la</strong> experiencia histórica del MovimientoCartista británico en el primer tercio del siglo XIX, donde se genera una escue<strong>la</strong>alternativa y diferente a <strong>la</strong> que pretende instaurar <strong>la</strong> burguesía: Lo mismo sepodía decir del movimiento obrero en Estados Unidos a finales del XIX ycomienzos del siglo XX. Es un movimiento obrero capaz de e<strong>la</strong>borar uncurrículo completamente distinto con contenidos cognitivos innovadores ynovedosos.La expansión de <strong>la</strong> tarea educativa del Estado corre el riesgo deconvertirse en una imposición. Esto es lo que explica el desarrollo deinterpretaciones particu<strong>la</strong>ristas de <strong>la</strong> educación, de un intento de prolongar <strong><strong>la</strong>s</strong>peculiaridades de <strong>la</strong> familia en el hecho educativo. Junto a ello otro mecanismoque evite <strong>la</strong> imposición estatal es el desarrollo de <strong>la</strong> democracia en los centroseducativos. Aquí tenemos una de <strong><strong>la</strong>s</strong> c<strong>la</strong>ves de <strong><strong>la</strong>s</strong> principales diferencias <strong>entre</strong>derecha e izquierda, <strong>entre</strong> conservadores y progresistas. Para <strong>la</strong> derecha, <strong>la</strong>c<strong>la</strong>ve está en <strong>la</strong> elección de centro, mientras que para <strong>la</strong> izquierda lo está en <strong>la</strong>participación de <strong><strong>la</strong>s</strong> comunidades educativas en el control y gestión de loscentros esco<strong>la</strong>res.La libertad de enseñanza.Para <strong>la</strong> derecha el principal problema educativo consiste en que lospadres tengan libertad para elegir el centro esco<strong>la</strong>r de su preferencia, centroque habitualmente se presupone ha de ser privado. Esto es lo que explica que<strong>la</strong> derecha haya promulgado el principio de subsidiaridad de <strong>la</strong> enseñanzapública. Esta debe llegar allí donde no lo haga <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> privada –o deiniciativa social, como dicen los defensores de esta propuesta-. La razón de serde <strong>la</strong> enseñanza no estatal es <strong>la</strong> necesidad de fomentar el pluralismo social ycultural, hasta el punto de entender que si no existe ese pluralismo no cabehab<strong>la</strong>r de educación. 14 Las escue<strong><strong>la</strong>s</strong> estatales estarían cortadas por el mismopatrón ideológico. No son neutras como pretenden los defensores de <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>pública, sino que son correas de transmisión de <strong>la</strong> ideología del régimenpolítico de turno. Si <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> es pública y única -entendiendo el término únicaen sentido de exclusividad: solo existen escue<strong><strong>la</strong>s</strong> públicas- se garantiza <strong>la</strong>uniformidad ideológica de los ciudadanos. Esto es lo que ha ocurrido en losregímenes comunistas.La idea de libertad de enseñanza ha sido <strong>la</strong> p<strong>la</strong>taforma tradicional de losdefensores de <strong>la</strong> enseñanza privada. Esta libertad se sustenta en el derechonatural de los padres a elegir el tipo de educación -valores, concepcionesfilosóficas, cosmovisión- que desean para sus hijos, derecho natural que esanterior a <strong>la</strong> existencia del Estado y de <strong>la</strong> propia Iglesia siendo su corre<strong>la</strong>tológico <strong>la</strong> existencia de centros dotados de ideario que permitan materializar talopción.14 Ver J. López Medel, ¿A dónde va <strong>la</strong> educación? Zaragoza, Fragua, 1981, pp. 165 y ss.


13La libertad de enseñanza no solo comporta <strong>la</strong> libertad de elección de lospadres, sino que también supone el derecho de <strong><strong>la</strong>s</strong> entidades particu<strong>la</strong>res -trátese de <strong>la</strong> Iglesia o de cualquier otro titu<strong>la</strong>r de centros privados- a crear ydirigir centros educativos. Esta capacidad de dirección, tal y como <strong>la</strong> entiendenlos defensores de <strong>la</strong> libertad de enseñanza, convierte los derechos educativosde los padres en una opción de mercado: <strong>la</strong> capacidad de intervención de estosen <strong>la</strong> gestión esco<strong>la</strong>r concluye con <strong>la</strong> matricu<strong>la</strong>ción de sus hijos.La participación esco<strong>la</strong>r. La “nueva escue<strong>la</strong> pública”.La propuesta de <strong>la</strong> izquierda procede de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>taforma de <strong>la</strong> “nuevaescue<strong>la</strong> pública”, cuyo contenido se sustancia en distintos documentose<strong>la</strong>borados por maestros asistentes a escue<strong><strong>la</strong>s</strong> de verano y profesores desecundaria agrupados en los colegios profesionales de doctores ylicenciados. 15 Todos los textos de <strong><strong>la</strong>s</strong> alternativas inciden en <strong>la</strong> necesidad dedemocratizar <strong>la</strong> gestión de los centros y para ello destacan <strong>la</strong> constitución deun órgano colegiado en el que estén representados fundamentalmenteprofesores, padres y alumnos y, en algunos textos, se incluye <strong>la</strong> presencia delpersonal no docente.Este órgano colegiado recibe distintos nombres: Consejo de escue<strong>la</strong>,Consejo de Dirección, Consejo Esco<strong>la</strong>r, etc. Y, junto a este órgano máximo, seconstituyen o se pueden constituir otros de menor rango donde también estánpresentes profesores, padres y alumnos. Estos órganos pueden ser <strong>la</strong> juntaeconómica, <strong><strong>la</strong>s</strong> comisiones de curso, etc.Las atribuciones que se conceden al máximo órgano colegiado incluyensiempre <strong>la</strong> intervención en temas, tan delicados actualmente para elprofesorado, como <strong>la</strong> definición de <strong>la</strong> línea pedagógica del centro y <strong>la</strong>contratación del personal docente tanto en los centros públicos como en losprivados.… <strong>la</strong> marcha interna de los centros de enseñanza, en lo referente a <strong>la</strong> aplicaciónconcreta de <strong><strong>la</strong>s</strong> normas generales, contratación y selección del personal, control de losfondos económicos, dirección pedagógica, etc., correrá a cargo de los profesores,15Estos serían los documentos básicos –pueden verse en V. Bozal, Una alternativa para <strong>la</strong>enseñanza, Madrid, Centropress, 1977-:- Una alternativa para <strong>la</strong> enseñanza. Se trata de un documento aprobado por <strong>la</strong>Junta General del Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid en el mes deenero de 1976.- Por una nueva escue<strong>la</strong> pública. Dec<strong>la</strong>ración de <strong>la</strong> X Esco<strong>la</strong> d'Estiu. Se aprobóen el verano de 1975 por <strong>la</strong> institución "Rosa Sensat" y el Colegio de Doctoresy Licenciados de Barcelona.- Por una nueva escue<strong>la</strong> pública cata<strong>la</strong>na. Dec<strong>la</strong>ración de <strong>la</strong> XI Esco<strong>la</strong> d'Estiu.Se aprobó en el verano de 1976.- Una alternativa para <strong>la</strong> enseñanza. Anteproyecto. Valencia. Este documentofue e<strong>la</strong>borado por el Colegio de Doctores y Licenciados de Valencia en 1976.- Dec<strong>la</strong>ración de <strong><strong>la</strong>s</strong> Comunidades Cristianas aprobada en junio de 1976.- La escue<strong>la</strong> pública. Primeras jornadas de estudios sobre <strong>la</strong> enseñanza. Setrata de una ponencia presentada en Alcobendas (Madrid) en 1976 por elColegio de Doctores y Licenciados de Madrid.- Una alternativa socialista. FETE-UGT. Texto aprobado en mayo de 1976


14alumnos y padres de una manera democrática (Alternativa del Colegio de Licenciados yDoctores de Madrid. E.C. II, 1978, p. 183).En algunas de <strong><strong>la</strong>s</strong> publicaciones de <strong>la</strong> época escritas por autoresplenamente identificados con <strong>la</strong> Alternativa se concreta con mayor profundidad<strong>la</strong> gestión democrática de <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>. Así Martínez Pereda, O'Maley y Porte<strong>la</strong>hab<strong>la</strong>n de un órgano de gestión:El órgano de gestión estará integrado por el c<strong>la</strong>ustro y representantes depadres y de alumnos, siendo misión suya fijar los objetivos generales, métodos,contenidos y programas, ajustándose a <strong><strong>la</strong>s</strong> normas generales previamente fijadas porlos órganos de p<strong>la</strong>nificación estatales e intermedios. Asimismo, contro<strong>la</strong>rá <strong>la</strong> marchainterna del centro en lo referente al manejo de los recursos económicos y cuestiones<strong>la</strong>borales, fijando un presupuesto interno y p<strong>la</strong>nteando a los órganos de contratacióngeneral de personal <strong><strong>la</strong>s</strong> necesidades y características de dicho centro en esa cuestión.(...)De este modo, el centro esco<strong>la</strong>r se transforma en un núcleo vivo,autorresponsable y crítico, <strong>la</strong> discusión de problemas pedágogicos, administrativos o<strong>la</strong>borales por parte de todos los elementos integradores de un centro permitirán que nilos p<strong>la</strong>nes educativos se escleroticen, al ser puestos en revisión permanente y concretapor educadores, estudiantes y padres, ni que <strong>la</strong> enseñanza sea algo alejado delconjunto social en que está inserta. 16Para <strong>la</strong> alternativa de Valencia <strong>la</strong> democratización de <strong>la</strong> enseñanzahabrá de extenderse a <strong>la</strong> gestión misma de los centros, y en esta capacidad degestión se incluyen el c<strong>la</strong>ustro de los profesores y los padres de alumnos.La alternativa de Alcobendas hab<strong>la</strong> de <strong>la</strong> constitución de un órgano degestión del centro integrado por el C<strong>la</strong>ustro (formado por personal docente y nodocente), representantes de <strong>la</strong> asociación de alumnos y de <strong>la</strong> asociación depadres. Este órgano gestor habrá de determinar <strong>la</strong> línea educativa del centro ytener <strong>la</strong> iniciativa en <strong>la</strong> cuestión de <strong><strong>la</strong>s</strong> contrataciones <strong>la</strong>borales.MIRANDO HACIA EL FUTURO.Desde hace varias décadas sabemos que los niños aprendenincorporando los nuevos conocimientos a los que ya poseen previamente. Esdecir, <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> precisa partir de los mapas conceptuales que los alumnosllevan a <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>. Mientras que <strong>la</strong> esco<strong>la</strong>rización prolongada solo afectaba a<strong>la</strong> minoría de <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción más identificada con <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> este problema noexistía. Sin embargo, hoy en día <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> acoge al conjunto de <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción, aquienes proceden de familias con altos niveles de educación y a quienescarecen de el<strong>la</strong>. Por este motivo, <strong>la</strong> reforma educativa que amparó <strong>la</strong> LOGSEpromovía que todos los centros debieran adaptar <strong><strong>la</strong>s</strong> prescripcionescurricu<strong>la</strong>res del Estado y de <strong>la</strong> Comunidad Autónoma correspondiente a <strong><strong>la</strong>s</strong>peculiaridades del tipo de alumno que esco<strong>la</strong>riza. Esto significaba preguntarse,<strong>entre</strong> otras cosas, sobre cómo son sus alumnos, sus familias y el entorno delcentro. Por desgracia, todo esto, y salvo excepciones, no ha pasado de ser unmero deseo.16 R. Martínez Pereda, P. Porte<strong>la</strong> y P. O’Malley, La enseñanza ante un futuro democrático.Educación y sociedad/2, Madrid, Ayuso, 1977, p. 177.


15Concebir <strong>la</strong> enseñanza de este modo implica un cambio sustancial en <strong>la</strong>concepción de lo que debiera ser <strong>la</strong> profesión docente. Como indicabaFernández Enguita debiera pasar del modelo liberal o burocrático aldemocrático.Lo l<strong>la</strong>mo democrático —versus burocrático— por dar cabida a <strong>la</strong> participación, a<strong>la</strong> elección y a <strong>la</strong> opción de <strong>la</strong> cliente<strong>la</strong> para hacer un servicio público de lo que, enprincipio, correría el riesgo de limitarse a ser una imposición estatal; y también versusliberal, por estar sujeto a este propósito de servicio público igualitario, en vez de quedaral albur de <strong>la</strong> distribución individual de los recursos”. 17Lamentablemente, el documento ministerial para el debate educativoUna educación de calidad <strong>entre</strong> todos y para todos apenas ofrece atisbo deque <strong><strong>la</strong>s</strong> cosas vayan a mejorar. La participación de los padres y de <strong><strong>la</strong>s</strong> madresposiblemente permanecerá tal y como estaba con <strong>la</strong> LODE. No se va muchomás allá de <strong>la</strong> retórica vacía de <strong>la</strong> importancia de los padres y de una genéricaparticipación familiar. No hay ninguna reflexión sobre el funcionamiento de losConsejos Esco<strong>la</strong>res de centro y del modo en que el férreo corporativismo delprofesorado ha <strong>la</strong>minado cualquier avance en <strong>la</strong> participación de los padres yde los alumnos. Se dice que centros y profesores han “de desarrol<strong>la</strong>r un climainstitucional que favorezca <strong>la</strong> implicación de los alumnos y <strong>la</strong> participación de<strong><strong>la</strong>s</strong> familias” (p. 22) o de crear comunidades de aprendizaje (p. 23) –que, porcierto, tal término se corresponde con una experiencia de innovación educativaen España que no se cita como tal-, pero no se aporta ningún conato desolución. Se hab<strong>la</strong> de <strong>la</strong> posible creación de contratos pedagógicos <strong>entre</strong> <strong><strong>la</strong>s</strong>familias y los centros “que expliciten los compromisos que ambas partesaceptan a favor de <strong>la</strong> educación de los niños y niñas” (p. 34). SI no se amplía yprofundiza en <strong>la</strong> democracia es más que probable que tales contratos no pasende ser una mera imposición del profesorado a <strong><strong>la</strong>s</strong> familias.No se piensa en un escenario extra esco<strong>la</strong>r en consonancia con elesco<strong>la</strong>r. Un ejemplo c<strong>la</strong>ro de ello es el de <strong>la</strong> enseñanza de idiomas cuyo éxitose confía solo a <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>. No se p<strong>la</strong>ntea en partir de <strong>la</strong> experiencia de paísescon bilingüismo de inglés: Suecia, Dinamarca, Ho<strong>la</strong>nda. No basta con <strong>la</strong>introducción temprana de sesiones de inglés. El informe Thélot en Francia sepropone empezar a subtitu<strong>la</strong>r todas <strong><strong>la</strong>s</strong> pelícu<strong><strong>la</strong>s</strong> y programas en inglés que seemitan en <strong>la</strong> televisión.Los padres son acusados muy frecuentemente de ingerencia, deconsumismo o, por el contrario, de no preocuparse por <strong>la</strong> educación de sushijos. Por el contrario, los padres reprochan a <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> su incapacidad dehacer triunfar a sus hijos y de protegerles de todos los males de <strong>la</strong> sociedad. Elinforme Thélot en Francia propone que <strong>la</strong> “inscripción de un alumnos en uncentro es un momentos que debería ser sistemáticamente solemnizadodespués de una <strong>entre</strong>vista individual <strong>entre</strong> los padres, el alumno y unrepresentante del centro” (p. 113). El informe no se olvida de que hay padresque por razones diversas (culturales, de comodidad o lo que sea) no acuden al17 “A <strong>la</strong> busca de un modelo profesional para <strong>la</strong> docencia: ¿Liberal, burocrático odemocrático?”, Profesión docente, 25. Abril 2001.


16centro. Corresponde al centro pensar estrategias para conseguir que vayan alcentro.En este sentido, en una <strong>entre</strong>vista personal, una orientadora de un IESindicaba <strong>la</strong> ausencia de una visión empresarial en <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción con los padres, enel sentido de que hay que estar a su servicio, escuchar sus demandas. Elprofesor no puede decir que se va al centro a dar c<strong><strong>la</strong>s</strong>es de Matemáticas. Esresponsabilidad del profesorado trabajar con lo que hay. Los padres son losque son, pueden ser apáticos, estar en <strong>la</strong> cárcel o lo que sea. A pesar de elloses fácil llevarse bien con ellos, pese a que hay excepciones. Sabe que no todoslos padres son aceptables (de hecho, unos padres le sacaron una navaja paraque llevara a su hijo a integración). Hay que ser consciente de que el padreabandona momentáneamente su trabajo y va al centro debido a un problemacon su hijo que, en muchas ocasiones, se le escapa de <strong><strong>la</strong>s</strong> manos. Los padressuelen responder muy bien y estar agradecidos. Por desgracia, estánhabituados al “maltrato” por parte de algunos docentes.El Concejo Educativo de Castil<strong>la</strong>-León propone implicar a <strong><strong>la</strong>s</strong> familias “en<strong>la</strong> dinámica del centro (a <strong>la</strong> vez que del centro en <strong>la</strong> de casa). Por ejemplo,creando instrumentos concretos como un diario de intercambio de anécdotasfamilia-profesorado; enseñar trabajos en casa o con un contacto máspermanente, mediante visitas frecuentes al au<strong>la</strong> en <strong>la</strong> que se expongantrabajos, <strong>entre</strong>vistas, crear un espacio de información “cotidiana” en el au<strong>la</strong> ofuera. Todo ello con el fin de crear una mayor y mejor comunicación <strong>entre</strong>padre-madre e hijo/a, basada en un conocimiento más concreto de su vida enel centro”. 18En cualquier caso, este es el mundo que nos ha tocado vivir, estos sonlos alumnos con que cuentan los centros de secundaria y el nivel cultural delpaís es el que es. Asumir el reto de transformarlo en un país mejor que el quehemos heredado, que todas <strong><strong>la</strong>s</strong> personas tengan más instrumentos paraanalizar y transformar <strong>la</strong> realidad en <strong>la</strong> que viven, es <strong>la</strong> tarea que ningúnprofesor ni ningún ciudadano puede eludir. En los tiempos acelerados einciertos en que vivimos nadie, y mucho menos el profesorado, puede tirar <strong>la</strong>toal<strong>la</strong>. Parafraseando lo que se decía en <strong>la</strong> genial pelícu<strong>la</strong> La lengua de <strong><strong>la</strong>s</strong>mariposas los profesores –desde los niveles de infantil a <strong>la</strong> universidad- tienenque ser <strong><strong>la</strong>s</strong> luces de <strong>la</strong> convivencia democrática.Rafael Feito Alonso.rfeito@cps.ucm.es18Concejo educativo de Castil<strong>la</strong> y León, Aprendizajes diferentes, ciudadanía crítica,www.concejoeducativo.org (noviembre de 2004).

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