chispazo32Cona y FitoEl Cona y Fito para que las niñas y niños que atendemos se sientanConsejo Nacional de Fomento Educativo, con el objetivo de renovarsu imagen y presencia, tiene como nuevos embajadores aidentificados con dos personajes que llevarán valores, alegría y valiosasenseñanzas a los rincones más alejados del país, acompañando la noblelabor que realizan, día a día, los Líderes para la Educación Comunitaria.Cona y Fito fueron creados por David Antonio Martínez Bernal, del Estado deMéxico, ganador de un concurso en el que participaron más de 500 dibujos detodo el país.
Limón de la PeñaEduardo Rodríguez Torres. Becario SED de San Luis Potosí.33Lo que es historiaLimón de la Peña es una comunidad con un valioso legado cultural,su gente conserva aún las raíces propias. Etnia xi’oi por descendencia,sus pobladores sienten cierta ofensa al mencionarla palabra “pame”. Está ubicada en medio de La Sierra Gorda,en el municipio de Santa Catarina, perteneciente a San LuisPotosí, límite entre <strong>dic</strong>ho estado y Querétaro. Desde ahíse alcanzan a observar bellos paisajes: voladeros,cerros que van más a allá de nuestra vista y se levantancomo gigantes que resguardan el poblado.Tuve la oportunidad de impartir clases de secundariacomunitaria, durante el ciclo escolar2009-2010 en Limón de la Peña. Asemejoeste lugar a una navaja o un cuchillo, puesme marcó de por vida; traigo una charrascaen el alma. Nunca podré olvidar las caminatasde dos horas y media cuando “nos metíamosa comunidad”, cerro arriba, con lluvia,luna llena, calor de 39 0 c o frío incesante. Era laprimera vez que me decían kasau’ngc’uix, que ensu lengua quiere decir “maestro”; cada que algunode mis alumnos lo pronunciaba, se me helaba la sangre,sentía un cisma generacional, el peso de los siglos, deldolor, de la discriminación, del avasallaje. Me sentía como GonzaloGuerrero al naufragar en Yucatán; ellos con la piel de la lunanueva, los ojos llenos de la furia de un jaguar, circunspectos, vivos;yo con mi piel láctea, mi cabello más oscuro que los de los elotes yunos ojos amielados, heredados por una abuela tamaulipeca.Conmigo hablaban en maneiñ, castilla, español; sin embargo,cierto paralelismo entre su lengua y el castellano hacía que en lugarde que se dirigieran con respeto a las autoridades (juez, maestro,sacerdote), lo hacían tuteándome. Los siguientes son testimoniosque recolecté en mi investigación para el reporte final.“Mira maestro, los primeros que llegaron aquí venían de La Ahorcaday que según llegaron porque allá ya no tenían agua y pos’ se vinieronpa’acá porque por aquí hay varios pozos. Llegaron como unas tresfamilias: don Tomás Medina Mendoza, don Albino Medina Mendozay otros que ya son finaos. Eso fue como en 1960, entonces no habíanada de lo que hay ahorita, no había carretera, ni tantas casas comoahora, eran pocas y estaban muy lejos, tampoco escuelas, ni luz”.Juan Gutiérrez Méndez“No Kasau’ngc’uix, 1 antes no había por donde entrar conel maíz, no había carreteras. Para ir a traer el maíz teníamosque ir hasta Concá en burro, por una vereday cuando llovía se ponía muy peligrosoporque como está de bajada, los burrosse podían resbalar, teníamos quesalir desde las tres de la mañana.Era muy difícil la vida antes.”Doroteo Castro Morales“Las casas estaban muy lejos porque éranos poca gente, entonceshabía solo una tienda, donde vendían puras galletas, a dondeiba a comprar yo. ¡Me acuerdo como si fuera ayer!”.Anacleto Mendoza Montero“Pues la verdá no sé… Creo que le pusieronLimón de la Peña, porque uno de los primerosque llegaron aquí vio un limonero arriba deuna peña cuando iban llegando…”Albano Rodríguez MedinaLa sangre puraCuando recibí la noticia, en octubre de 2009,de que me cambiarían a una comunidad dondese hablaba una lengua indígena, mis anhelosse volvieron realidad; tantos libros (El diosero,El laberinto de la soledad, El pueblo del sol,El llano en llamas) tomaban su forma en kiñiui 2palabras: Limón de la Peña. Honestamente no imaginabacuán difícil iba a ser lidiar contra una barrera: lacomunicación.Por vez primera sentí una angustia causada por desconocerla lengua del entorno, entonces me atreví, por mi misma ignoranciay desesperación, a decir lo que los españoles habían <strong>dic</strong>hoseis siglos atrás: “lo que ellos hablan es la lengua de los demonios”.Poco a poco fui aprendiendo el significado de algunas palabras, aunde las ofensivas, porque las personas con las que convivía diariamenteeran accesibles, preguntaba cómo se decía tal cosa y no senegaban a contestar, al contrario, me enseñaban más.Su piel, parecida a la madera de los árboles que abundan en ellugar, mismo color, aspereza, son hijos directos de la tierra. Lo queme llamó más la atención fueron sus ojos, más expresivos que suspalabras, en ellos <strong>dic</strong>en si están enojados, alegres o tristes, reflejanla luz como si de un momento a otro se les fueran a incendiar, no hevisto en otro lugar la misma fosforescencia en ellos; son ademásrasgados, sinónimo (para mí) de una sangre pura, con poca contaminacióndel mestizaje, vivarachos, como buscando siempre algopara observar, para detenerse a hacer preguntas, se mueven de unlugar a otro, inquietos, como su propia personalidad, fijos, poéticoscuando les interesa algo.Entre las comunidades que hablan xi’oi se encuentran Santa MaríaAcapulco (epicentro de la etnia donde se encuentra el gobernadorPame, representado por su famosa iglesia), La encantada, Laparada, Las lagunitas, SanDiego, Paso de Botello,Mesa del Junco, Limón dela Peña, todo en la zonamedia del estado de SanLuis Potosí. En La Pamería,como se le