SERGIO UGALDE QUINTANAFuerza. La <strong>de</strong>scripción que <strong>Lezama</strong> hace <strong>de</strong> Ynaca es muy significativa: “venía cubiertacon telas <strong>de</strong> color tan transparente que a Cemí le recordaron los coloresque aparecen en alg<strong>un</strong>os retratos <strong>de</strong> Gaingsborough […] La falda era <strong>de</strong> <strong>un</strong>azul muy atenuado y la blusa blanca con encajillos cremosos”. 38 Los colores queYnaca viste pasarían <strong>de</strong>sapercibidos si no fuera porque <strong>Lezama</strong> es muy pocoafecto a la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> las ropas <strong>de</strong> sus personajes y porque ese azul se vuelvea repetir páginas más a<strong>de</strong>lante: “Ya en la biblioteca (Cemí) divisó a Ynaca Ecoacostada en <strong>un</strong> anchuroso sofá <strong>de</strong> mimbre. Cubría su cuerpo con <strong>un</strong>a azulosaseda oscura que se doblaba a la manera <strong>de</strong>l Hymation griego”. 39 Resulta significativoque el color <strong>de</strong>signado para Yemayá, <strong>de</strong>idad marina, sea el azul.Pero volvamos al momento en el que se encuentran Ynaca y Cemí a las puertas<strong>de</strong>l Castillo <strong>de</strong> la Fuerza. Ynaca comenta el <strong>de</strong>sencuentro <strong>de</strong>l día anterior conlas siguientes palabras: “Yo lo hubiera esperado en la torre don<strong>de</strong> Isabel esperabala llegada fantasmal <strong>de</strong> Hernando <strong>de</strong> Soto —dijo Ynaca entre abriendo susonrisa— ayer lo estuve esperando, acompañándolo hasta que se interpusieronlas piedras.” 40 La última frase <strong>de</strong> Ynaca, enigmática e in<strong>de</strong>scifrable, es comentadapor el narrador: “aquel ‘se interpusieron las piedras’ alcanzó <strong>un</strong>a vibraciónno previsible, como si hubieran chocado dos longitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ondas separadas por<strong>un</strong>a clavija <strong>de</strong> metal transparente”. 41 Páginas <strong>de</strong>spués, en otro encuentro conella, Cemí vuelve a recordar la sentencia y dice algo que nos <strong>de</strong>vela el sentido<strong>de</strong> la oración: “Me gustaría que tironeásemos la primera expresión que le oícuando nos encontramos en el puente <strong>de</strong>l Castillo <strong>de</strong> la Fuerza —comenzó diciendoCemí—: yo lo hubiera encontrado si no se interpusieran las piedras. Podíaquedar en su simple potencia oracular, como dicha por <strong>un</strong> babalao reglano o por<strong>un</strong>a pitia délfica.” 42 La relación entre algún personaje lezamiano y <strong>un</strong>a pitia délficano es nueva. Varios <strong>de</strong> ellos en algún momento son asociados a la sacerdotisagriega. Lo nuevo y significativo es el vínculo <strong>de</strong> Ynaca con <strong>un</strong> babalao reglano.38Ibid., p. 117.39Ibid., p. 150.40Ibid., p. 117.41Ibid., pp. 117 y 118.42Ibid., p. 128.54 (MÉXICO 2011/2): 37-5653
BARROCO Y CULTURA AFROCUBANA: LEZAMA Y UN SABER DE CONVIVENCIALos babalaos son los curan<strong>de</strong>ros y adivinadores <strong>de</strong> los ritos <strong>de</strong> la santería. Perolo más significativo es que, en el panteón sincrético <strong>de</strong> la santería, don<strong>de</strong> cadaorisha se asocia con <strong>un</strong> santo católico, la virgen <strong>de</strong> Regla es Yemayá. Un babalaoreglano es, entonces, <strong>un</strong> sacerdote <strong>de</strong> Yemayá. La i<strong>de</strong>ntificación entre Ynaca y la<strong>de</strong>idad se vuelve más evi<strong>de</strong>nte. A<strong>de</strong>más, hay que tomar en cuenta que las piedrasson <strong>un</strong> elemento muy importante en los ritos afrocubanos; las piedras poseen,en ese imaginario religioso, fuerzas sobrenaturales. Por eso Ynaca asegura,como <strong>un</strong> babalo reglano, que las piedras se interpusieron para que no se encontraracon José Cemí. Un último episodio refuerza los lazos entre la <strong>de</strong>idad Yorubay el personaje <strong>de</strong> <strong>Lezama</strong>.En el capítulo seis, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberse encontrado en el Castillo <strong>de</strong> laFuerza, Ynaca invita a Cemí a que la visite en su casa. La hermana <strong>de</strong> Oppianoescribe <strong>un</strong> enigmático mensaje lleno <strong>de</strong> símbolos que <strong>de</strong> alg<strong>un</strong>a u otra manerase asocian a la <strong>de</strong>idad <strong>de</strong>l mar. Sin embargo, eso no es lo más importante. Lo significativoen este apartado es el ambiente en el cual se recrea ese encuentro.Cemí atraviesa La Habana en medio <strong>de</strong>l inicio <strong>de</strong> <strong>un</strong> huracán. La ciudad se preparapara recibir al dios irritado. Cemí llega a casa <strong>de</strong> Ynaca; la encuentra <strong>de</strong>snuda,cubierta tan sólo con <strong>un</strong> manto azul. El an<strong>un</strong>cio <strong>de</strong> <strong>un</strong> encuentro eróticose prepara. Ynaca oficia <strong>un</strong> complejo rito en torno a Cemí: quema sus ropas, dibujasignos cabalísticos, rocía sus genitales con <strong>un</strong> líquido, traza <strong>un</strong> círculo. Todala escenificación tiene <strong>un</strong>a finalidad muy clara: Ynaca quiere quedar embarazada <strong>de</strong>Cemí. La representación <strong>de</strong> este rito <strong>de</strong> fertilidad, en medio <strong>de</strong> los an<strong>un</strong>cios <strong>de</strong> <strong>un</strong>huracán, recuerda que Yemayá es la diosa madre <strong>de</strong> todos los orishas y que a<strong>de</strong>máses la reina <strong>de</strong>l mar y <strong>de</strong> la fertilidad.Con Ynaca Eco Licario pasamos, así, a la integración <strong>de</strong>l <strong>un</strong>iverso mitológicoafroamericano a la creación literaria <strong>de</strong> <strong>Lezama</strong>. El trayecto cumple entonces<strong>un</strong> ciclo: va <strong>de</strong> la negación <strong>de</strong> la poesía negrista, en los años treinta, a laintegración <strong>de</strong>l <strong>un</strong>iverso mito-poético afrocubano en los años sesenta y setenta.En ese periplo, <strong>Lezama</strong> traza <strong>un</strong> proceso <strong>de</strong> asimilación <strong>cultura</strong>l. Lo que propiciaese tránsito es la propia concepción <strong>de</strong>l barroco en <strong>Lezama</strong> que permite <strong>un</strong>a<strong>convivencia</strong> constante, compleja, asimétrica y <strong>de</strong>voradora, <strong>de</strong> <strong>un</strong>iversos que enotros tiempos y en otros lugares serían impensables. El cuarto <strong>de</strong> <strong>Lezama</strong>, con53(MÉXICO 2011/2): 37-5655