2013 - Ayuntamiento de San Fernando

Y un año más, todos estamos de feria. La feria de La Isla,la del Carmen, la de siempre. Aquella antigua velada enel parque que recuerdo de mi niñez, con aquella ilusiónamanecida de un niño y de un muchachito después, deropas y zapatos nuevos para la feria, de calles cercanasiluminadas, de diana floreada con Bermejo al mandode la tropa, de coches choques donde mejor se ligaba,con caseta municipal de bailes y miradas, desde dondepresenciábamos de verdad a Nino Bravo, Karina, AlbertoCortez, Massiel, Albano, Pajares... que en aquellos setentaPaco “el Guti”, el concejal de Fiestas de entonces, tanamante de su tierra y tan querido, valiente y atrevido por suIsla, nos traía, con pocos medios, muchos intermediarios,pero al final aquí estaban. Figuras de primera línea deactualidad que casi no veíamos por la tele, porque casino había. Damas del Carmen y de la Sal, aún no Salinerasya más democráticas y populares, muchachitas bonitasy cañaíllas como siempre pero con una reina de lasfiestas que las circunstancias de la época imponían.Parte alta del parque, incipiente recinto adaptado paraaquellas primeras casetas, ya las cofradías isleñas fueronpioneras, alrededor de la gran fuente y otras cobijadasentre los árboles y las farolas aquellas que eran perennestestigos de amoríos y trasiegos juveniles, adornadas deluces cercanas de colores y farolillos. Feria de entoncesque tenía su lado bueno y su lado malo, también comosiempre, pero que vivíamos con la alegría de la edad y unaprolongada ingenuidad no contaminadas, no profanadas.Pero ya se inicia una nueva feria. No sé si tan espectacular,grandiosa, multicolor y metropolitana como antes. Comoaquellas primeras en La Magdalena, la que fue Feria de laBahía de verdad. Aquellas ferias de Díaz San Ignacio, Luisde Celis, Ruiz Pizones, Yolanda Reyes, etc., magníficosconcejales que las realzaron y les dieron ese cariz tanespecial. Muy visitada, extensa y cuajada de luces ricas ymaravillosas, bombillas que se contaban por miles y miles,cuantas más... mejor. Feria que fue orgullo para el resto dela provincia, última de la bahía gaditana, la del verano, laque sigue siendo de noche por más que no queramos,siempre fue velada porque no podía ser otra cosa, con elenorme empeño de los caseteros y munícipes por hacerlade día, con paellas al medio día y sardinas gratis para quela gente venga, y fueron los muy queridos y recordados“Amigos del Caballo”, los que más empeño pusieron parahacerla mañanera.Hoy, en cambio, es una Feria más señorita, demasiadofajada y encorsetada, porque no hay más espacio, másdevaluada por nuestra juventud que la entiende de otramanera, como entiende otras cosas que no entendemos.Discotequera aunque no queramos, de borracherasvespertinas de cubatas baratos, con bolsas de plásticoa la entrada antes de entrar, entre camorras y altercadosimpropios del lugar aunque apropiados por los mejunjesdigeridos.Feria, a pesar de los pesares. Todos a la feria aunqueestemos cabreados, aunque se esté en paro que haymucho aquí, aunque en esta Isla no haya un duro..., vamosa la feria. Que no pase como aquella copla de mi niñez,la de la feria en el parque, que cantaba Marifé de Triana:“Torre de arena... noche sin luna, río sin agua... todo esmentira, todo es quimera, todo es delirio de mi dolor”.Que esa “torre” no sea nuestra Isla, que aquí queda y haymucho por hacer, pero de verdad y a pesar de todo. ¡FelizFeria!7