en escena - Casa de la Danza

FERNANDO MEDINA-GALLEGOUNA TROCK CAÑÍPor Iratxe de ArantzibiaDiez años hace que este artistamadrileño triunfa dentro de laalocada troupe de los BalletsTrockadero de Monte-Carlo. En NuevaYork, Fernando Medina-Gallego(Madrid, 1971) vive y danza comoSveltlana Lofatkina o Prince Myshkin, susalter ego en escena. Criado enBarcelona, se inició a la edad de doceaños en la danza, haciendo sus pinitoscon el folclore murciano. "Mi madre quees murciana me dijo que fuéramos a laCasa de Murcia para relacionarnos unpoco", recuerda. En el año 91, se inscribeen la madrileña escuela de VíctorUllate. "Paso un año perfeccionándome.En aquel momento, ya empezaban aestar como meritorios y miembros depleno derecho de la compañía, toda estagente como Ángel Corella, Tamara Rojoy Lucía Lacarra. Los veía tomar clase devez en cuando, pero no tenía contactocon ellos…la misma Marta RodríguezCoca, Ana Noya y Ruth Maroto que estabade Primera Bailarina. En aquelmomento, era una buena escuela y unacompañía", rememora. Un curso después,el intérprete madrileño continuósu formación en Rudra, "fuimos lascobayas, porque era el primer año deRudra. Mi ilusión era ser bailarín clásicoy Béjart me ofrecía tantas cosas, que ningunade ellas era las que quería", asegura.Descontento con la escuela deLausanne, Medina-Gallego retorna alas aulas de Ullate, antes de obtener suprimer contrato profesional en el Balletde Basilea (1994-1996), dirigido porYouri Vamos, formado en la Escuela deCranko, quien "era de una gran teatralidady le daba mucha importancia a lahistoria. Como coreógrafo, estaba muyinteresado en revisar los clásicos".Pero Fernando es una persona inquietay necesita encontrar su hueco personaldentro de la profesión, así que pasa porIntrodans (1996-1997) y el Ballet de laÓpera de Niza (1996-1997), hasta quelos Ballets Trockadero de Monte-Carloirrumpieron en su vida. "Cuando vi a lacompañía, supe que ése era mi lugar.Hice una audición y el director me dijoque tenía el potencial de ir con la compañía,pero que había que esperar a quehubiera contratos y había que mover mipapeleo, porque EE.UU. es difícil para laemigración. Mientras estoy en la Óperade Niza, un compañero de Introdansentra en Trockadero y pregunta por mí, alo que le contestan que yo había perdidoel contacto con ellos. Según me dice élesto, aterrorizado, llamo a Trockadero yme dicen que mis papeles habían desaparecido.Entonces sí, hubo plaza y afinales del año 98, entré en la compañía.El 30 de Noviembre, hago mi primerensayo con Trockadero".Sus dos estancias en la escuela y compañíade Víctor Ullate coincidieron conla gestación de esa fabulosa generaciónde bailarines españoles."Considero un producto Ullate a unapersona que ha estado 7-8 años en suescuela, que pasa 3-4 años en su compañíay que luego, quiere ampliar horizontes,y se va a cualquier otra compañíadel mundo, donde puede alcanzar lacategoría de Primera Bailarina comoLucía Lacarra o Tamara Rojo. Es auténticamentecreación de él, luego, ellas secrean a sí mismas, pero la base es deUllate. A mí, Víctor me coge formado,casi terminado y me dice: 'esto es lo queyo te puedo enseñar'. Me ayuda muchísimo,me da mucha confianza en mímismo. Él me redondea. Sabía que físicamenteno daba la talla para estar ensu compañía, sin embargo, en unmomento que necesita, me lleva de giracon su compañía", añade. Del maestrozaragozano valora "para empezar, sudisciplina, no sólo por parte de él, sinotambién una disciplina interna que terminasaprendiendo, que no basta con loque te digan, sino que eres tú responsablede tu propia disciplina. Segundo, ungran amor por el ballet. También un14 Danza en Escenanº23_2009