Enseñanzas del maestro:Una inspirada obra maestra del ... - Plough
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D h a r m a • devociónLa luz de la vela parpadeaba sobre las roídas páginas y los caracteres sánscritos,y, danzando rítmicamente, parecían graciosas doncellas entonando antiguoshimnos. Paralizado, el niño seguía el movimiento de las letras y su almacantaba al unísono con ellas.masa de luz radiante, toda encendida,te veo, encrespada, en cada lado.Gloria de sol y fuego llameante, desmesurada,tu poder no tiene principio, ni mitad, ni fin. infinitos brazos cuyos ojos son la luna y el sol,te veo con tu rostro de fuego llameanteinflamando al universo entero con tu irradiación.Suavemente, otra voz se incorporaba a la canción. voz amable, querida voz,que le llamaba, «Sundar», sacándole <strong>del</strong> canto, apartándole de la danza. lentamente,el niño cerró sus ojos interiores y miró la cara de su madre, iluminadapor la vela. «ven, Sundar. ya pasa de medianoche y pronto será la hora <strong>del</strong>evantarse. Tienes sólo ocho años, hijo mío. Debes descansar.»obediente, reverentemente, dejó el libro santo en su sitio y buscó su esterilla.la vela lanzó un último parpadeo y se apagó. Años más tarde, rememorabala escena:Pese a que mi familia era sikh, sentíamos una gran reverencia por las escriturashindúes. mi madre era un vivo ejemplo <strong>del</strong> amor de Dios y seguía devotamentelas enseñanzas <strong>del</strong> hinduismo. Cada día se despertaba antes <strong>del</strong> alba,se preparaba el agua fría <strong>del</strong> baño ritual y leía algunas páginas <strong>del</strong> BhagavadGita o de otros textos sagrados. Su vida pura y su gran devoción me influenciaronmás profundamente que a los demás miembros de la familia. Deentre mis más tempranos recuerdos destaca la regla que mi madre me impusosobre todas las otras: cuando me despertaba, mi primer deber era orara Dios para agradecer su alimento espiritual y sus bendiciones. Sólo despuésde rezar podía romper el ayuno de la noche. A veces protestaba por esta reglae insistía en que bien podía desayunar antes de rezar, pero mi madre nunca