Juntos Gaceta Mercantil - SEPTIEMBRE 2012

YURIXHI GALLARD
Profesora de la Facultad de Derecho
de la Universidad Panamericana
Superar
el feminismo
Pensar en la realidad de las mujeres en México es
decisivo para que el país sea un lugar donde la gente
pueda desarrollarse de conformidad a su condición
humana. Los resultados de la Encuesta Nacional de
Ocupación y Empleo publicados por el INEGI,
muestran que en el cuarto trimestre de 2011 el 49.3%
de los hombres mayores de 14 años no participó en los
quehaceres domésticos.
La historia nos ha enseñado que etiquetar el tema de las
diversas situaciones de la mujer y el varón, algunas
claramente contrarias a su condición de personas, con
mujer quien no lo ha enseñado y que hace el trabajo. Las
feministas nos dirían: “Ya les corresponde a los varones
aburrirse con el trabajo doméstico”, lo que nos coloca
en una situación de vencedores y vencidos, es decir, ya
ganamos y no tenemos que hacer ese trabajo, y ahora
ellos serán los vencidos que tendrán que hacerlo. La
relación varon-mujer que plantea el más recalcitrante
feminismo ha enarbolado la idea de vencedores y
vencidos equivocada y contraria a nuestra condición de
personas y denigra el trabajo del hogar, absolutamente
necesario. Mujeres y varones tenemos que entender
que menospreciar el trabajo del hogar es ir contra
Mujeres y varones tenemos que entender que
menospreciar el trabajo del hogar es ir contra nosotras
mismas
el nombre de feminismo, no nos ha conducido a
mejorar la situación de las mujeres en todos los casos, y
lo que es peor aún, en ocasiones esa “lucha feminista”
ha ido en contra de la propia mujer y ha dañado también
al varón.
Si sólo 49.3% de los hombres mayores de 14 años
participó en los quehaceres domésticos, me pregunto:
¿Quién no ha enseñado a un joven a participar en las
labores domésticas?, ¿quién hace ese trabajo? Es una
nosotras mismas. ¿Cómo buscar proteger derechos de
las trabajadoras del hogar o revalorizarlo si de entrada
se considera inferior?.
Hay que pensar las respuestas e intentar construir
sociedades acordes a nuestra condición humana
juntos, dando respuestas varones y mujeres, superando
entonces ese feminismo, al que hay que reconocer con
distancia sus aciertos en algún momento y sus
múltiples y dañinos errores en otro.
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SEPTIEMBRE 2012