INNEGABLES
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ATROCIDADES <strong>INNEGABLES</strong><br />
CONFRONTANDO CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD EN MÉXICO<br />
I. LAS RAÍCES DE LA CRISIS: AUTORITARISMO, CRIMEN ORGANIZADO Y MILITARIZACIÓN<br />
que el cartel proporcionaba al pasar armas suministradas por EE.UU. a los Contras, las<br />
autoridades de Estados Unidos se “hicieron de la vista gorda a las enormes cantidades<br />
de cocaína procesada en México que fueron llegando a cada esquina de los Estados<br />
Unidos”. 59 Además, se siguieron desarrollando incentivos para el crimen organizado<br />
como resultado de los esfuerzos militarizados para la incautación de drogas respaldados<br />
por los Estados Unidos en Sur y Centroamérica. A medida que caían los suministros<br />
procedentes de estas zonas, los precios subían y los cárteles mexicanos crecían para<br />
satisfacer la insaciable demanda del norte. Al contar con cada vez más recursos y<br />
poder, los cárteles fueron reemplazando a cada vez más jefes del PRI y se convirtieron<br />
en los maestros de la infiltración y la cooptación de potenciales opositores. También se<br />
volvieron cada vez más violentos, luchando por hegemonía del campo criminal.<br />
La presión de Washington 60 fomentó la dependencia de los gobiernos de México a los<br />
militares para luchar contra los cárteles. Desde principios del siglo 20, el ejército mexicano<br />
ha demostrado una cultura de subordinación al poder político, en particular al presidente<br />
en ejercicio. 61 En ese momento, los líderes mexicanos contaban con un incentivo más para<br />
incrementar la participación de una fuerza leal para hacer frente a la creciente amenaza<br />
de los cárteles. Durante el gobierno de los sucesivos presidentes, el papel militar creció<br />
y los líderes políticos transformaron instituciones, incluso a través de una enmienda<br />
constitucional, para allanar el camino para esta mayor influencia militar. Los académicos<br />
han descrito esto como los “costos constitucionales de la guerra contra las drogas”. 62<br />
El Presidente Miguel de la Madrid (1982-1988) fue el primer líder del gobierno federal en<br />
catalogar al tráfico de drogas como un problema de seguridad nacional. 63 Una mayor<br />
militarización de los organismos de la policía civil se extendió desde su administración y<br />
la de sus sucesores Carlos Salinas (1988-1994) y Ernesto Zedillo (1994-2000). Al final del<br />
mandato de Zedillo, 28 de las 32 entidades federales habían asignado funcionarios militares<br />
a los puestos de mando de la policía. 64 En 1996, el Presidente Zedillo invitó también a<br />
funcionarios militares de alto rango para formar parte del Consejo Nacional de Seguridad<br />
Pública, en donde tomaron un papel formal en la dirección de la política policial. 65<br />
A medida que los militares iban ganando un mayor control sobre la policía civil,<br />
el control político del PRI seguía desmoronándose. Debido a que los mexicanos<br />
consideraban al partido cada vez más corrupto y lo relacionaban con el aumento de la<br />
delincuencia organizada, los partidos políticos de oposición crecieron a nivel estatal y el<br />
presidente Zedillo no logró la lealtad de los gobernadores de la forma en que lo hicieron<br />
sus predecesores. 66 El PRI perdió la mayoría en el Congreso en 1997, y en el 2000<br />
Vicente Fox del Partido Acción Nacional (PAN) prestó juramento como presidente. El<br />
mandato unipartidista del PRI había terminado.