TRAFICO 229 BAJA ULTIMOv1

ya no digo de drogarse.
–¿Estamos más concienciados de la
importancia del cinturón?
–Sí, yo me lo pongo en cuanto me
monto, vaya de copiloto o en la parte
de atrás. Y es tan necesario en viajes
largos como en trayectos en ciudad,
donde creemos que no hay peligro o
los accidentes son menores, pero un
golpe, aunque sea a 50 ó 60 km/h,
puede traer problemas.
–En “La isla mínima” conduce en
varias ocasiones…
–Sí, un Chrysler antiguo, y debía
hacerlo por las marismas, un terreno
peligroso, con una carretera muy estrecha,
donde, si te descuidas, el coche
puede volcar. Así que tuve que hacerlo
con mucho cuidado. Hay hasta una
persecución de coches, una de las secuencias
álgidas de la película.
–¿Qué pensó al recibir el guión?
–Es uno de esos regalos que de vez
en cuando te depara el oficio. Trabajar
a las órdenes de Alberto Rodríguez,
con Antonio de la Torre y de
Raúl Arévalo, con un guión de ese calibre,
en una película que, como telón
“
Pensamos que nunca
nos va a pasar nada a
nosotros, y las campañas
duras e impactantes que
dejan mal cuerpo se
olvidan rápidamente ”
“
Un tipo como yo estaba
predestinado a hacer
comedia. Para los actores
que hacemos comedia y
resolvemos resulta más
sencillo hacer drama ”
de fondo, muestra el contexto político-social
de la España de la Transición
tenía muchos alicientes… Y si le
sumas un personaje de la envergadura
de Juan, un auténtico bombón...
También sentí una responsabilidad
muy grande por estar a la altura.
–En el cine había hecho sobre todo
comedias, ¿esperaba un rol más dramático
como éste?
–Sabía que en algún momento llegaría,
pero no tenía prisa ni necesidad
de demostrar nada. Hago mucho
teatro y ahí sí he tenido la oportunidad
de participar en obras muy
diferentes con personajes muy variados.
Ahora estoy haciendo una versión
de “Macbeth”, de Shakespeare,
con Carmen Machi, “Los Mácbez”,
dirigida por Andrés Lima.
–¿Quién tiene la responsabilidad
del encasillamiento? ¿El productor o
el público?
–Bienvenido sea el encasillamiento
en una profesión con un 70% de paro.
Soy un privilegiado. Luego, uno
tiene la cara y el cuerpo que tiene y
mide lo que mide... Hay características
de actores que rápidamente les
colocan en un lugar. Un tipo como
yo estaba predestinado a hacer comedia.
Pero, la comedia es mucho
más difícil que el drama y
para los actores que hacemos
comedia y resolvemos
resulta más sencillo
hacer drama. Si funcionas
en un trabajo, como por
ejemplo “Águila roja”,
que siguen 5 millones de
espectadores, es normal
que los productores sigan
confiando y apostando
por actores que responden
en ese registro.
–El éxito en televisión
permite llevar gente al teatro…
–Muchos actores de este
país vivimos de la televisión
y debemos ser agradecidos.
Se hace muy buena
ficción y más todavía con
los presupuestos que se
manejan. Cuando produces teatro el
reclamo de los actores conocidos viene
muy bien y el público puede descubrir
otra faceta tuya.
–¿Confía en que se reduzca el 21%
del IVA del teatro?
–No, no van a dar marcha atrás
porque a los actuales gobernantes
no les interesa la cultura. Las consecuencias
las padecerán nuestros hijos..
–¿Qué reflexión sobre su carrera
hace cuando echa la vista atrás y recuerda
su llegada a Madrid?
–En esta profesión hay gente que
llega muy rápido, otra a la que le
cuesta mucho y quien nunca trabaja
con continuidad. La popularidad no
me pilla con veinte años, que me pudiera
volver medio loco. Ya talludito
y con bagaje detrás, uno ve estas cosas
con distancia. Además, he trabajado
con actores mayores con mucha
experiencia, que te dan buenos consejos.
En este oficio hoy estás arriba
y mañana sin saber por qué, abajo.
–¿Qué hace cuando no está trabajando?
–Soy muy futbolero, jugué a fútbol
hasta los quince años y soy del Racing
de Ferrol y del Barça. Disfruto
mucho de la lectura y me gusta mucho
meterme en la cocina. Cocinar
es un acto de amor y me encanta hacerlo
para mis amigos y familia. ◆
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Nº 229 / NOV-DIC / 2014