SE PUEDE
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Aprender de nuestras escuelas<br />
El nuevo Sistema de Aseguramiento de la Calidad, del que la Agencia de Calidad<br />
es una pieza insustituible, empieza a dar sus primeros pasos. Ya cuenta con<br />
estándares que fijan lo que toda escuela y liceo debe ofrecer a sus alumnos y<br />
alumnas en materia de calidad educativa. También ha procedido a clasificar a<br />
todos los establecimientos en relación a estas exigencias, de manera que ya existe<br />
información a nivel del sostenedor y de la comunidad educativa de la situación<br />
en que se encuentran (siendo la más preocupante aquella de los alrededor<br />
de seiscientos establecimientos municipales y particulares subvencionados<br />
catalogados como “insuficientes”). Empero, falta terminar de instalar el conjunto<br />
de apoyos técnicos e institucionales que permitirán desarrollar las capacidades<br />
requeridas en cada escuela y liceo. Sin esta última pieza, el sistema no solo está<br />
incompleto, sino que es dudosa su utilidad. Haciendo un símil con la salud, los<br />
diagnósticos no son suficientes si no hay claridad del tratamiento requerido, o si<br />
existiendo este no están disponibles los recursos y conocimientos necesarios para<br />
poder aplicarlo. En otras palabras, la mejora de una escuela no opera como un<br />
mero impulso reflejo producto de conocer sus carencias en la formación o bien en<br />
los procesos que no están siendo cumplidos de manera adecuada.<br />
Por ello la educación chilena requiere, con urgencia, avanzar en instalar una<br />
infraestructura de apoyo para los establecimientos escolares. La función<br />
central de esta debe ser asegurar que toda escuela y liceo tenga a su disposición<br />
conocimientos y experiencias acumuladas en Chile y fuera del país, necesarios<br />
para diseñar y desarrollar procesos de mejoramiento escolar. Los apoyos externos<br />
a la escuela deben estar al servicio de quienes tienen la verdadera posibilidad<br />
de realizar perdurablemente las transformaciones procalidad: los docentes y<br />
directivos de cada establecimiento. Por cierto que en este terreno no se parte<br />
de cero: hay sostenedores que han desarrollado equipos eficaces de asistencia<br />
técnica, hay facultades de educación que están trabajando con establecimientos<br />
educacionales, existe un aparato de supervisión del Ministerio de Educación que<br />
ha implementado por décadas programas de apoyo, hay instituciones de asistencia<br />
técnica que pueden ser contratadas con los importantes recursos de la Ley <strong>SE</strong>P,