Revista de prueba servidor

Lo más sorprendente de
Toronto es la apertura a la diversidad,
algo que se puede notar desde la
calidez de su gente –responsables
del primer sentimiento hogareño–,
hasta la gran oferta gastronómica.
Dos cuestiones que, aunque no
parezca, están estrechamente ligadas;
pues las personas no solo llegan con
ganas de exponer lo que tienen para
ofrecer –como se muestra mediante la
perseverancia de nuevos restaurantes–;
sino que también estiman las diferencias
de los otros, buscan aprender lo más
posible, muy abiertos a la mezcla, lo
cual los hace genuinamente amables.
Toronto es una ciudad que busca
y que, hasta ahora, encuentra muy
bien. Se puede decir que se halla en el
esplendor de su adultez joven –como la
mayoría de su población–, pues ofrece
el encanto de la niñez, con todas esas
exploraciones y sorpresas, pero que, a su
vez, comienza a forjar una personalidad
propia; como se puede notar en el
ya clásico restaurante (¿o cafetería?)
Tim Hortons –como esa marca de
nacimiento–, donde los centros de dona
llamados “timbits” de varios y deliciosos
sabores, son imperdibles.
Los nuevos habitantes llegan
después de haber vivido experiencias
propias, las cuales les permiten
sobrevenir a una nueva ciudad con
los mejores lujos de su país. No es
casualidad que Toronto se considere
como una de las ciudades foodie más
importantes del mundo, mostrando
las raíces de sus nuevos habitantes,
con ingredientes genuinos en cada
propuesta y, a su vez, los más frescos
del mercado local. Nuevos locales abren
cada semana y cada uno invita
a experiencias puras ofreciendo,
literalmente, “música de barrio” y
“las recetas de la abuela”; siendo
ésta, otra causa de ese sentir casero;
pues de seguro encontrarás un
restaurante típico, no solo de tu país,
sino también de tu región. Aunque
de igual modo, hay que aceptar
que a todos nos gusta la comida
gourmet, por eso no hay que dejar
de lado aquellos establecimientos
de selección o aquellas opciones
que traen a los mejores chefs del
mundo, quienes llegan a Toronro
para internacionalizarse. Sin importar
en qué suburbio de la capital
de Ontario se esté, uno podrá
encontrar ofertas auténticas de
comida india, mexicana, japonesa,
china, vietnamita, brasileña, italiana,
francesa; y cualquier otra que se nos
pueda ocurrir, incluyendo –claro–,
comida fusión.
Una de las mejores calles
–esa que está de moda–, donde
encontramos locales finos y también
otros más casuales y pequeños,
es Queen Street West: el núcleo
atrayente de la ciudad canadiense,
eso que siempre quedará como
único; pues Queen West obliga
a guardar esa originalidad que
caracteriza a toda la ciudad, al no
permitir que los grandes nombres
se instalen sobre sus banquetas. El
cambio es lo típico de un adulto
joven, y también lo es de este lugar,
pues nuevos y curiosos locales se
establecen incesantemente; son
dos kilómetros conocidos como “El
distrito del arte y diseño”, donde se
hallan las boutiques más exclusivas,
logrando un espacio perfecto y
balanceado para cualquier edad,
motivo y presupuesto.
www.luxeandclass.com
9