Rota Punctatis - Volumen 7
Salida neutralizada: Lo absurdo (Editorial) Barra libre: Peter Post Mármol por esculpir: Protejamos las pirámides Túnel del viento: Dime qué ruedas llevas Enfants terribles: Graeme Obree Calas y tacos: Calas & Tacos La escapada de Copolillo: Saltando muros Farolillo rojo: Los aros olímpicos no son ruedas de ciclocrós
Salida neutralizada: Lo absurdo (Editorial)
Barra libre: Peter Post
Mármol por esculpir: Protejamos las pirámides
Túnel del viento: Dime qué ruedas llevas
Enfants terribles: Graeme Obree
Calas y tacos: Calas & Tacos
La escapada de Copolillo: Saltando muros
Farolillo rojo: Los aros olímpicos no son ruedas de ciclocrós
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Graeme Obree<br />
por Imanol González<br />
Flying Scotsman o “el escocés volador”, para<br />
los que no dominamos la lengua de los adoradores<br />
de la moqueta en el “The<br />
baño.<br />
Incluso para los entendidos que más se tiran el rollo,<br />
Graeme Obree era un perfecto desconocido hasta que<br />
el 17 de julio de 1993 logró batir el Record de la Hora<br />
de Francesco Moser, realizando una marca de 51,596 kilómetros<br />
en el velódromo Vikingskipet, Hamar-Noruega.<br />
Mucho que en España nos enteramos de ello, un país que<br />
cada julio con motivo de la Grande Boucle se paralizaba,<br />
ya que el mejor deportista que ha parido esta tierra se<br />
hallaba en el clímax de su carrera. Mientras que en pleno<br />
Tour de Francia Miguel Indurain y Tony Rominger se<br />
zurraban de lo lindo a lo largo de la geografía gala, Obree<br />
rompía uno de esos records que parecían haber caído<br />
en el ostracismo, bien por miedo al fracaso o bien por<br />
desinterés de las grandes figuras de los ochenta como<br />
Lemond, Fignon o Hinault.<br />
Pero los medios olieron el morbo en el logro del Obree<br />
y ya se sabe que eso es un filón en un país en el que lo<br />
más vendido que guarde parecido con un libro son las<br />
revistas del corazón. Por lo que poco tardaron en publicar<br />
en portada que el nuevo plusmarquista de la hora<br />
se había fabricado su bicicleta utilizando piezas de una<br />
lavadora. La prensa sensacionalista no podía pedir más.<br />
Personaje estrafalario, que bate marca mundial, con bicicleta<br />
diseñada por sí mismo y una postura sobre ella denominada<br />
“de huevo”. La posición “de huevo” era similar<br />
en algunos aspectos a la utilizada por los esquiadores en<br />
los descensos de velocidad. Al potaje no le faltaba ni un<br />
solo ingrediente.<br />
Graeme Obree siempre había sido, y siguió siendo, un<br />
personaje singular. Y ante el interés despertado por la<br />
prensa internacional nuestro escocés volador no dejó de<br />
comportarse como el mismo de siempre sin pararse a<br />
pensar que muchas de las declaraciones que estaba realizando<br />
en su momento, álgido de fama, acabarían por vol-