Thule 38-41

22 Valeria Bellomia
En los Primeros Memoriales de Fray Bernardino de Sahagún están
representadas varias deidades en el acto de agarrar un chicāhuaztli: no para
mostrar un dios que toca un instrumento, sino para destacar su capacidad de
llevar a cabo una acción ritual o función cósmica precisa que prevé la
producción de una fuerza o energía vital (véase por ejemplo Xipe, 263r;
Iayhquemeh, 263v; Opochtli, 263r; Chalchiuhtlique, 263v; Tzapotlan tenan,
264r; Xilónen 263v [fig.2]).
Fig.2. Xilónen con chicāhuaztli, Primeros Memoriales, 263v.
Algunos autores interpretan el acto de sacudir el mismo palo de sonajas como
una manera de llamar la lluvia sobre la tierra a través de la asonancia,
elemento fundamental para un ciclo productivo agrícola (STEVENSON R. 1968).
Sobre todo, el acto de golpear el suelo con el palo durante las ceremonias del
ciclo agrícola es una manera de despertar las aguas del Inframundo para que
suban y salgan de la montaña bajo la forma de nubes cargadas de lluvia(5)
(LÓPEZ AUSTIN, comunicación personal).
Esto también explica por qué dioses distintos agarran el mismo chicāhuaztli en
la mano: todos comparten esta característica de tener un poder generativo o
re-generativo, aunque en diferentes contextos. Y, de hecho, encontramos un
chicāhuaztli también en el contexto generativo por excelencia, la pareja
primordial, en la escena estilizada de la unión sexual, en la que el instrumento
se encuentra en el centro de la pareja debajo de la manta (MIKULSKA K. 2008.
Vease CÓDICE BORGIA, F.9, CÓDICE VATICANO B, f.28 [fig.3] y f.87).