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24 Valeria Bellomia
Un chicāhuaztli en hueso, entonces: para qué?
En la Mesoamérica prehispánica fue común el uso de huesos humanos como
materia prima para la fabricación de una amplia gama de objetos rituales que
derivaban sus cualidades específicas de su misma materia. Por lo tanto, la
reconstrucción del simbolismo del cuerpo humano y su tratamiento peri y
post-mortem en Mesoamérica es fundamental para entender el poder de un
instrumento musical que usa partes del esqueleto humano como materia prima
(LÓPEZ AUSTIN A. 1984). ¿Cuál es la relación entre el material en que está
hecho el instrumento y el papel que tiene el fenómeno sonoro que produce? Y
entonces ¿por qué elegir un fémur? Además, ¿un fémur humano?
El hueso humano es un contenedor de vida indispensable para la existencia
humana: en un mito contenido en la Leyenda de los Soles del Códice
Chimalpopoca (BIERHORST, 1992a, 1992b), documentado a mediados del
siglo XVI, la creación del hombre sólo es posible a partir de los huesos preciosos
(chalchiuh-omitl en la version náhuatl del mito) de los antepasados, guardados
en el Mictlan.
Es entonces que, siendo el hueso desde el principio el elemento básico para la
creación de la humanidad, este material está cargado de una poderosa
capacidad regenerativa. Por eso nos resulta lógico creer que, tratándose en
nuestro caso de un emisor sonoro(7) sobre hueso humano, la misma “voz”
del instrumento, es decir, su sonido, está cargada del mismo poder
generativo que su materia, y se convierte en parte indispensable para el éxito
de la ceremonia en que el instrumento iba a ser tocado. ¿Cuál era, entonces,
este contexto ceremonial?
De acuerdo con las dos únicas fuentes conocidas hasta la fecha sobre su uso,
era tocado durante las ceremonias fúnebres de los guerreros muertos en
batalla o sacrificados a los dioses.
En la Crónica Mexicana de Alvarado Tezozomoc se describe la ceremonia de
conmemoración de los guerreros muertos en la guerra de Chalco, durante el
reinado de Moctezuma I (1440-1469). Después de haber realizado los bultos
sagrados de los difuntos, «el vulgo comenzaba un cantar y baile que dicen de
la guerra, y todos los familiares de los muertos se juntaban y rodeaban el
bulto, comenzando el canto; comenzaban también los parientes á llorar
todos, y los vietos á bailar llorando, y los mozos en todos los actos del canto y
baile tocaban el Omichicahuaztli de venado pero hueco y acerrado, como un