TRANSMIGRACION DICIEMBRE

Se dice: Si alguien decide
“encarar” al presidente, enfrenta
a México. ¿Por qué tildarnos
de enemigos de la nación a
rescatar?, ¿cuándo hemos
permitido que el color de
algún partido nos hiciera sentir
más o menos mexicanos, en
comparación con otros? Si
somos objetivos, sabremos
la respuesta; se encuentra
en el mismísimo problema;
polarización absoluta.
descubrir el interior del libro,
donde no se escribe sólo en
blanco y negro, sino con la
impasible escala de grises.
Aún cuando todos vigilamos a
todos, cuando todos deseamos
opinar sin represalias, cualquiera
podría ser sujeto u objetivo a
silenciar.
¿Reforma Política Ya?
El tema de la reforma política es
desconcertante. La ignominia
y el empoderamiento de la
información han hecho mella en
la ciudadanía, demostrando una
vez más, que la nación adolece
por culpa de los endebles
procesos democráticos.
Se trata de ir al grano, la reforma
debe ser aprobada para asegurar
el tránsito del poder político, sin
obedecer motivos o razones del
pasado.
De nada sirven los ardides
propagandísticos, pensar en
reformar sólo para supervisar
a los ciudadanos, porque estos
vigilan a los tres niveles de
gobierno, es tan predecible
como obsoleto.
Creo que se debe tener cuidado,
reitero, los ciudadanos debemos
permanecer vigilantes, con la
el contexto político y social
nos demanda.
Aún cuando la idea
central de la propuesta
de los tres niveles de
gobierno, el debate
no debe estancarse,
por el contrario debe ir
más allá, considerando
el costo político que
trae consigo su eventual
aprobación que resultaría
esencial para el desarrollo
nacional.
La conciencia colectiva ya no
está para tolerar más mensajes
saturados de demagogia.
No hay lugar para débiles
argumentos que pretendan
dentro o fuera de la reforma
política.
Si el consenso ciudadano alcanza
para impulsar, debe quedar claro
que no serán los ciudadanos de
a pie quienes inmediatamente
puedan postularse a un cargo
de elección popular, como la
presidencia de la república.
Queda claro que se busca un
clima de gobernabilidad, pero
para llegar a ello primero se
deberá exponer de manera
democrática y bajo un ambiente
de respeto, transparencia e
igualdad de condiciones, así
como argumentos sustanciales
que promuevan la sana
discusión respecto de los
asuntos de interés nacional por
todos conocidos.
Por otro lado, antes de aprobar
al vapor cualquier proyecto de
ley de esta índole, es importante
transformar desde la raíz, un
sistema electoral imperante
ligado convenientemente al
presidencialismo más arraigado.
Creo que para dotar a la
sociedad de certidumbre
sin crear una percepción
nada satisfactoria, deberían
eliminarse contundentemente las
carencias y fallas democráticas
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