LEO 6

¿Qué pasará con la inmensa red de distribución que opera
a escala mundial? A nivel local existen, en muchos países,
compañías que únicamente distribuyen libros, colocándolos
hasta en las más minúsculas librerías situadas en pueblos
aislados. Estos operadores económicos, que constituyen, en
esos países, la conexión indispensable entre el editor y el librero,
estarán destinados a desparecer casi por completo,
contribuyendo de manera dramática a la crisis económica que
el mundo entero está atravesando. En el campo de los transportes
internacionales, se afecta la carga de contenedores repletos
de libros que son distribuidos hacia todas las librerías el
planeta. Un libro virtual necesita sólo de unos pocos nanosegundos
para estar presente al mismo tiempo en América, en
Europa, en África o en Asia.
¿Qué pasará, en este futuro mundo virtual, con los Editores?
Los gestores de los fondos virtuales de libros, los e-books,
han sustituido a los anteriores editores. Un autor podrá registrar
su obra sólo por fines de protección del derecho de autor,
luego entregará el libro al gestor del e-book
para que sea difundido mundialmente. A lo
más, para respetar un requisito, puede que
el libro necesite ser publicado en papel, antes
de ser “subido” a una plataforma virtual.
¿Qué pasará con las imprentas, las pequeñas,
grandes o inmensas editoriales que viven
de la producción de libros, muchas de ellas
propiedad de los mismos editores? ¿Cuáles serán los refl ejos
económicos en un mundo empresarial y laboral seriamente
comprometido con el cambio tecnológico? La transformación
que este sector experimenta hoy en día, es bien diferente del
cambio tecnológico de los años ’70 del siglo pasado, cuando
los linotipos fueron sustituidas por las computadoras. En esa
época fue sufi ciente adiestrar los operadores al nuevo medio
y no se perdieron puestos de trabajo.
Un mundo está cambiando. Nuestro mundo está cambiando.
¿Hacia cuales horizontes migra esta pequeña joya, del
peso de unos pocos centenares de gramos, que hoy muchos
de nosotros todavía se obstinan a guardar celosamente en un
estante de nuestras casas?
El libro impreso, por cierto, no desaparecerá en los próximos
18-24 meses, y tampoco en los próximos 25 años. Pero,
la pregunta, a la cual hoy no sabemos dar una respuesta, es:
¿qué justifi cará, en el futuro virtual, la existencia de un libro
impreso? •
¿Qué pasará con las imprentas, las pequeñas, grandes o inmensas
imprentas que viven de la producción de libros, muchas
de ellas propiedad de los mismos editores? ¿Cuáles serán
los relejos económicos en un mundo empresarial y laboral
seriamente comprometido con el cambio tecnológico?
13