You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
TESTIMONIOS<br />
DOS GENERACIONES, DOS EXPERIENCIAS...<br />
DOS HUELLAS COLEGIALES<br />
Ventanal •<br />
“...porque no el mucho saber harta y satisface,<br />
sino el sentir y gustar de las cosas internamente.”<br />
(San Ignacio de Loyola)<br />
Cecilia Lorenzana, madre, expresidenta<br />
de AMPA<br />
de vida interior muy gratificante. Y en la Escuela de Personas,<br />
con Fernando Muguruza SJ, que fue un potenciador de<br />
lo mejor de mí misma.<br />
Mi agradecimiento sincero a todas las personas que han colaborado<br />
en la formación humana y académica de mis dos hijos<br />
Matías y Alba. Para ellos y para mí, Sagrado Corazón Jesuitas,<br />
siempre será nuestro Colegio.<br />
Alba Fernández Lorenzana, hija, alumna<br />
desde los 3 años<br />
Echando un vistazo quince años atrás…<br />
Son muchos los momentos, emociones y experiencias que vienen<br />
a mi mente, al saber que nuestra etapa en el colegio ha<br />
llegado a su fin… algo que parecía impensable el día que entramos<br />
en el colegio.<br />
En la vida se cierran puertas para que otras se abran y aquí<br />
culmina mi etapa colegial como madre. Ha sido una experiencia<br />
muy intensa, ya que siempre he entendido que hay que involucrarse<br />
allí donde estés.<br />
Ha sido un colegio muy vivido, en el que como madre me he<br />
sentido partícipe. Durante más de 10 años colaboré con el<br />
AMPA, trabajando con el colegio en sus proyectos, con José<br />
Antonio Póo sj. y con Jorge, caminando en la misma dirección<br />
y con el mismo objetivo. Fueron años de compartir tiempo<br />
y vivencias con muchas personas del Cole: profesores,<br />
personal de administración y cocina, alumnos, padres... con<br />
momentos de alegría pero también de tristeza, con las pérdidas<br />
muy sentidas de nuestros queridos Chespi y César. De<br />
todos me llevo algo bueno, espero que yo haya podido aportar<br />
lo mismo. Recuerdo con mucho cariño mi participación<br />
en las Fiestas, aportando ideas y sobre todo trabajo, para<br />
intentar que todo saliera lo mejor posible y ¡esperando que no<br />
lloviera! Pero, como todo en la vida, hay que saber cuándo es<br />
el momento de dejar paso a otra generación de padres, que<br />
vienen con muchas ganas de colaborar.<br />
También han sido años enriquecedores como persona. Tuve<br />
la oportunidad de participar como acompañante en la experiencia<br />
del Voluntariado ( con alumnos de 2º de Bachiller),<br />
en los Encuentros con Madres de algún sábado (cuando se<br />
podía) con Chuspe y Héctor, en las que hacíamos un trabajo<br />
32 Comunidad educativa<br />
Lo que realmente me llevo del colegio<br />
es a mis compañeros, que en un principio fueron completos desconocidos,<br />
pero se han convertido en personas clave y han hecho<br />
posible que el colegio no solamente fuera un sitio al cual íbamos a<br />
aprender sino que fuera nuestra segunda casa.<br />
Quiero agradecer a los profesores, cuidadores y a todas las personas<br />
que nos han acompañado a lo largo de este camino, que<br />
durante todos estos años no solo han querido potenciar lo mejor<br />
de nosotros académicamente, sino que querían sacar lo mejor de<br />
nosotros mismos, nuestro lado más Ignaciano. ¡Y al final lo han<br />
conseguido, nos han convertido en personas por y para lo demás!<br />
Como dijo el Padre Arrupe:<br />
“No basta con formar a los mejores del mundo, sino también a<br />
los mejores para el mundo.” Permitidme dar un consejo a generaciones<br />
futuras: aprovechad y disfrutad . ¡Sin que os deis<br />
cuenta… habrá llegado el momento de despediros de vuestro<br />
colegio!. A mí me toca decir adiós y cerrar esta etapa para empezar<br />
una nueva. Hasta siempre.<br />
Urbano González Díez, padre, exalumno del<br />
Colegio (1972-1984)<br />
La señorita Puri, el Hermano Ramos, Tato el del kiosko, el Padre<br />
Almendral, Leandro y su maldito cross de Nava, o el Padre Diéguez<br />
(para entendernos, el Chucha), son nombres inseparables<br />
de mi infancia y adolescencia, cuya sola evocación me trae a la<br />
memoria un montón de vivencias, experiencias y, sobre todo, un<br />
recuerdo muy cariñoso.<br />
No sé cuál sería el motivo que llevó a mis padres a matricularme<br />
en el Colegio (y desgraciadamente ya no tengo a quien preguntar),<br />
pero desde luego tuvo que ser una razón poderosa, pues