Revista P.T.J. Cuerpo Especial

En vez de abalanzarse y arriesgar el posible
paradero certero del principal sospechoso, cautelosos,
deciden movilizarse a la empresa donde
estaba registrada la camioneta, en el aeropuerto,
y realizaron una entrevista a la encargada de
la sucursal. Esta les informó que el vehículo había
sido alquilado por el ciudadano Richard Gamero,
y agregó que en diciembre tenía alquilada
otra Orlando, pero de color beige, cuya placa era
XXXXXXX, y que había sido entregada el martes
5 de enero, indicando dónde este sujeto se encontraba
residenciado.
Se trasladaron al despacho con esta información
que se puso al conocimiento del comisario
jefe de la subdelegación Las Acacias José Castellanos,
comisario Pedro Velasco, supervisor de
ese mismo despacho e inspector jefe Wilfredo
Mendoza, quienes sostuvieron contacto telefónico
con la fiscal Katiuska Salazar, quien estaba a cargo
de la investigación, y quien luego de obtener
esta información, libró orden de allanamiento.
Una comisión integrada por comisario jefe José
Castellanos, comisario Pedro Velasco y 20 funcionarios
de apoyo se trasladó hasta la dirección, y
haciendo uso de la fuerza ingresan a la residencia
donde encontraron una camioneta Orlando negra
y cuatro personas, tres hombres y una mujer, entre
los cuales se encontraba el sospechoso, quienes
al notar la presencia policial buscaron fútilmente
la manera de huir del lugar, tratando de saltar las
paredes, pero fueron alcanzados y neutralizados
por los funcionarios.
Posteriormente se les informó del motivo del
allanamiento y que serían trasladados a la oficina
a fin de tomar las declaraciones. Un equipo de
criminalística hizo acto de presencia al mando de
Rafael Rodríguez y al hacer las respectivas pruebas
de luminol, estas dieron positivas para sustancias
hemáticas.
Mientras tanto, durante el proceso de entrevistas,
Richard Gamero, acorralado por las circunstancias
y confrontado ante las evidencias, manifestó
que había matado a Diana Correa, describiendo
que la impactó dos veces con un arma de fuego,
en el pecho, y que los ciudadanos que fueron
aprehendidos con él, se encargaron de envolver el
cuerpo de la fallecida en una sábana, montarlo en
la camioneta Orlando color beige, para luego liberarlo
en la variante Yagua-San Diego exactamente
en el canal que está en la entrada del Centro Comercial
Los Naranjillos.
La camioneta modelo Orlando color beige, que
había sido entregada a la empresa de alquiler de
vehículos al día siguiente de la desaparición de
Diana, se encontraba en Puerto La Cruz, por lo
que fue trasladada a Las Acacias en grúa, donde a
cargo de especialistas del laboratorio de criminalística
de Valencia, entre los cuales se contó con la
pericia del detective Drysmir Figueredo, al mando
del inspector agregado Rafael Rodríguez, se realizaron
las experticias de luminol, a fin de ubicar
cualquier resto de fluido o sustancia hemática y un
barrido en busca específicamente de apéndices
pilosos, y en segundo lugar, de alguna evidencia
de interés criminal.
Para este último, se dividió el espacio interior
de la camioneta en cuatro cuadrantes, para realizar
la búsqueda de manera esquemática y profunda.
Durante estas experticias dio positiva la
quimiluminiscencia y se recabaron cabellos que
fueron enviados a laboratorio para comparación
con los remitidos por la subdelegación Mariara
provenientes de la osamenta, cuyo resultado positivo,
reclamó que fuesen enviados a fiscalía, ente
que ordenó una reinspección al sitio donde fueron
encontrados los restos.
Incluso, se constató que el cuerpo sin vida, que
según entrevistas había sido trasladado en la maleta
de la camioneta, fue en realidad sacado por el asiento
posterior, donde reposó unos minutos antes de ser
abandonado en el lugar de liberación, lo que se pudo
confirmar en nuevas entrevistas, a los que los implicados
respondieron que fue con el fin de no levantar
sospechas mientras abandonaban el cuerpo.
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