Revista P.T.J. Cuerpo Especial

ciones precisas sobre el estudio de la víctima, para
evaluar los hechos, indicándole que al terminar la
entrevista le comunicara con el denunciante para
conversar con él. Pimentel hizo lo propio en estos
casos, le pidió fotografía reciente, características
fisonómicas, señas particulares, vestimenta y teléfonos
celulares que portaba para el momento de
su desaparición, además información precisa sobre
la última persona que vio a la víctima.
El hijo no sabía mucho sobre los eventos circundantes
a su padre, ya que no vivía con él, pero
se enteró por medio de la señora de servicio que
ella estuvo temprano el día domingo realizando la
limpieza y cuando terminó, como era costumbre
la dejo en la Av. Principal de Filas de Mariche y
no supo más nada de él, cosa que le pareció muy
extraño ya que el día lunes al llegar a la residencia
a trabajar, el jurista no le abrió la puerta ni atendió
sus teléfonos, tampoco estaba su camioneta, y el
vecino de nombre Abel que tiene acceso a la casa
para supervisar los perros tampoco sabía de él,
sólo se tenía información que su esposa de nombre
Jennifer Peñaloza, lo había llamado el domingo
en la mañana desde la ciudad de Panamá.
El magistrado era diabético e insulinodependiente.
Estaba casado con una Magistrada (J) de
la Corte en materia especial, no tenía enemigos
manifiestos, y practicaba una rutina diaria que podía
hacérsele seguimiento, y lo más importante
era que portaba sus teléfonos celulares: 1) XXX-
XXXXXXX y 2) XXX-XXXXXXX, había otro celular,
pero no poseía información del mismo. Pimentel
también le hizo preguntas sobre su perfil financiero
y bancario, círculo de amistades, lugares y
actividades habituales. El denunciante mencionó
que ya la había buscado con su hermana Mirna
a su padre en hospitales, clínicas y lugares que
frecuentaba, pero no habían obtenido ninguna información.
Esa misma noche se dejó con estatus
SOLICITADO al Magistrado y a su vehículo automotor
tipo camioneta, en el Sistema Integrado de
Investigación Policial, vinculándolos con la investigación
aperturada. Era imperante entrevistar a la
señora de Servicio… esa noche Wilson sostuvo un
diálogo con la Comisario Mónica, quien le indicó
que se presentara al Despacho de nuevo al día
siguiente, teniendo todos los detalles conocidos
hasta el momento del caso se comunicó con los
jefes naturales el Comisario Jefe José Pernía, Director
de Investigaciones de los Delitos Contra la
Vida y la Integridad Psicofísica, él hizo lo propio
con el Comisario General Rubén Lugo, Jefe de Investigaciones
Nacionales, ordenando de inmediato
que se conformara un grupo de trabajo auto dirigido
(GTA), esa noche el Inspector Frank Gómez
y Detective Agregado Francisco González, adscritos
a la Coordinación Nacional de Investigaciones
Nacionales, se incorporaron a las investigaciones
para dar con el paradero del Magistrado, a las
10:00 horas de la noche salieron del Despacho en
compañía del denunciante hacia la urbanización
Miranda, en búsqueda de alguna pista que haya
dejado el Magistrado en su residencia y sus adyacencias,
pero al ingresar a la vivienda todo estaba
en completo orden sin ningún signo de violencia, la
víctima tenía rasgos de tener una rutina acentuada,
un ejemplar de la prensa nacional del día 10 de
enero estaba en el lugar habitual, con las noticias
relevantes y de interés remarcadas, las dosis de insulina
estaban intactas en la nevera, todo denotaba
que al salir de la residencia ese domingo no tenía
planes de ausentarse por un tiempo prolongado, en
las adyacencias de la quinta xxxxxxx, lograron tener
contacto con el supervisor de seguridad de la
zona residencial de nombre Rómulo Briceño, quien
laboraba para la empresa Aprum, se averiguó sobre
alguna eventualidad en el sector desde el fin de semana,
pero todo estuvo sin novedad, circunstancias
que podían corroborar por los registros fílmicos y el
control de acceso, puestos a la orden a la comisión
policial, se despidieron del hijo del Magistrado y se
retiraron con la hipótesis primaria que la desapa-
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