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AguaTinta Nº27

La Locura - Agosto de 2017

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José Balza, Mario Benedetti, Luis Cardoza y Aragón, Julio<br />

Cortázar, Augusto Monterroso, Álvaro Mutis, Ana María<br />

Shua, Virgilio Piñera y otros de generaciones intermedias<br />

o más recientes.<br />

Estoy por creer que la escritura de microrrelatos es<br />

una cuestión de temperamentos y que es por eso un género<br />

de preferencia en América Latina: si como dice la escritora<br />

y compiladora Clara Obligado en su prólogo “son vértigo,<br />

seducción, vislumbre; el lector debe rematar su efecto,<br />

entrar en un proceso delicado de lectura desentrañadora<br />

y reiterada”, y todo eso con la fuerza y la velocidad del<br />

relámpago, entonces no sólo está hablando del escritor<br />

latinoamericano, sino también de un lector atrapado en<br />

la vorágine histórica y social de un continente que no está<br />

para que le cuenten historias, sin desmeritar a la novela,<br />

que muchos novelistas nuestros también se pasearon y se<br />

pasean por el microrrelato.<br />

Como dice Obligado, “hay en su espíritu de<br />

fragmento una rebelión contra la literatura convencional,<br />

y en su transgredir los tópicos una ironía sobre nuestra<br />

época. Así se alzan contra la verborragia, la avalancha<br />

informativa, la vacía superabundancia de nuestra cultura.<br />

Estas inflamaciones de lo breve son asalto poético, efecto<br />

instantáneo, golpe al mentón”.<br />

Asalto poético, cabe tanta poesía en un solo hiperbreve<br />

que llegan sus fronteras a calentarse al rojo vivo, como en<br />

este final de Aderson Imbert: “Entonces el unicornio, al<br />

verse reconocido, se arrodilló ante la muchacha”; o Juan José<br />

Arreola: “La mujer que amé se ha convertido en fantasma.<br />

Yo soy el lugar de las apariciones”. Junto a Monterroso,<br />

Julio Cortázar con sus Historias de cronopios y de famas<br />

ha sido quien quizás más ha impactado en el estilo y en<br />

la existencia misma del microrrelato latinoamericano.<br />

Metafórico, fantasioso, falsamente surrealista a veces,<br />

Cortázar lanza un reto imparable a los actuales y futuros<br />

escritores de microrrelatos.<br />

El escritor argentino incorpora al relato hiperbreve<br />

personajes imaginarios recurrentes, cronopios, esperanzas<br />

y famas, que le permiten, más que contar, ilustrar, como<br />

en instantáneas fotográficas, momentos en los cuales la<br />

sutileza de la situación puede escapar a la sensibilidad más<br />

aguda y que, en diez o quince líneas, quedan fijados para<br />

toda la literatura.<br />

¿Por qué textos tan breves? Algunos autores se<br />

justifican diciendo que cada microrrelato es sólo el<br />

inicio de una gran novela que no han podido o querido<br />

continuar; otros, provenientes del periodismo, han<br />

intentado la literatura influenciados por el formato y<br />

por el hábito o reflejo condicionado de la información<br />

corta e impactante. Para otros es una simple diversión<br />

entre dos grandes volúmenes; pero la mayoría de los<br />

escritores de microrrelatos aman el arte de la brevedad y<br />

lo combinan con un gusto casi malsano por la ironía y la<br />

sátira de costumbres y comportamientos humanos, a veces<br />

atribuidos a seres imaginarios (de nuevo Cortázar) y otras<br />

a animales o fenómenos de la naturaleza a los que se imputa<br />

comportamientos humanos (de nuevo Monterroso). Una<br />

cantidad considerable están escritos en primera persona,<br />

produciendo un mejor efecto de proximidad con el lector.<br />

El relato hiperbreve va con el lector en el tren,<br />

el autobús, el avión o la sala de espera. Es seguro que<br />

abrir la primera página de Los Buddenbrook mientras<br />

esperas a que te llame el dentista, no ayuda mucho a la<br />

concentración. El microrrelato no tiene primera página, es<br />

primera página, y muchas veces única. Inicio y final de esa<br />

novela cuyas otras cuatrocientas noventa y nueve páginas<br />

están a cargo de un lector activo, nervioso y creador, que va<br />

escribiendo la historia con el autor a medida que recorre<br />

las breves líneas que lo separan del impacto final. No deja<br />

de ser cuento ni novela, pero va más allá en la insolencia<br />

de su brevedad; cuenta toda una historia sin necesidad de<br />

extenderse. Se proyecta, por breve, más en lo extratextual,<br />

en lo que no es, como este delicioso texto de Cortázar:<br />

Y después de hacer todo lo que hacen se levantan,<br />

se bañan, se entalcan, se perfuman, se visten, y así<br />

progresivamente van volviendo a ser lo que no son.<br />

Fuentes:<br />

Obligado, Clara (editora). Por favor, sea breve. Antología<br />

de relatos hiperbreves. Editorial Páginas de Espuma,<br />

Madrid, 2002.<br />

Sánchez Dragó, Fernando. Entrevista con Augusto<br />

Monterroso en programa Negro sobre blanco, Televisión<br />

Española, 1999.<br />

p Brevedad en la esfera gráfica. Arte minimalista a propósito del<br />

filme La naranja mecánica.<br />

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