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Excodra XXXVII: La violencia

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vorágine, su cataclismo último, consiste en hacernos creer que el marco<br />

de relaciones simbólicas ha surgido espontáneamente.<br />

Ésta es la lógica que impera en la aparición de toda Ley: autores<br />

como Žižek o Benjamin ya pusieron sobre la mesa la dimensión dual<br />

del poder; ante un flujo de <strong>violencia</strong> fundante, destinado a generar mecanismos<br />

de coerción y disuasión se produce un flujo paralelo que se<br />

encarga de reprimir policialmente y de ocultar la irrupción impetuosa<br />

de la ley. Es necesario experimentar la naturaleza aséptica de la Ley<br />

para que ésta se postule como la medida necesaria para regular el campo<br />

de relaciones sociales: el mero cuestionamiento sobre su implantación<br />

violenta hace tambalear el sistema. ¿Cuál es su fuente de legitimidad?<br />

¿Bajo qué fuerza originaria ha de sustentarse? ¿Cuál es su causa<br />

primera?<br />

El único modo de resolver estas contradicciones es mediante un tácito<br />

pacto social. Y es este punto, el del pacto, el de las cegueras y omisiones,<br />

el que pone sobre la mesa la culminación de toda operación violenta.<br />

Nos encontramos en el ámbito de la ideología: ¿de qué serviría<br />

hoy descubrir el punto ciego del poder, su flujo obsceno de <strong>violencia</strong><br />

subrepticia?<br />

Resulta interesante analizar cómo la búsqueda de la causa violenta<br />

originaria, del arranque del crimen y sus motivaciones, se ha convertido<br />

en un género en sí mismo: diversos formatos (la literatura detectivesca<br />

y el cine sobre crímenes, las series sobre expertos peritos tipo CSI<br />

o los programas y realities relativos a casos sin resolver) acentúan una<br />

ficción que parece contradecir nuestras tesis. Siempre hay un asesino<br />

(quizá el mayordomo, quizá un amante de la víctima, a veces incluso el<br />

propio investigador, que se ve implicado en los crímenes que examina,<br />

etc.) que actúa como causante de la catástrofe. Sin embargo, los agentes<br />

que producen esta <strong>violencia</strong> (locos, criminales, amantes celosos o<br />

drogadictos) sólo personalizan un tipo de <strong>violencia</strong>, una <strong>violencia</strong> formal,<br />

transformadora, cuya representación permite desviar la mirada de<br />

<strong>Excodra</strong> <strong>XXXVII</strong> 10 <strong>La</strong> <strong>violencia</strong>

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