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Una parada en la Macaronesia (I)<br />
Sobre la biota de la isla de Sal (Cabo Verde)<br />
Tropical o Guineana, pero con un cierto<br />
carácter de transición entre dicha provincia<br />
y la Atlanto-Mediterránea. En tiempos<br />
más recientes, en base a la composición de<br />
su flora y fauna marina y a las condiciones<br />
ambientales particulares, Spalding et<br />
al. (2007) la clasifican como una ecorregión<br />
dentro de la provincia de Transición<br />
Oeste Africana o Saheliana, que incluye<br />
también a otra ecorregión, la afectada por<br />
afloramientos de las costas de Mauritania.<br />
Sin embargo, los estudios faunísticos actuales<br />
(Brito et al., 2007; Freitas, 2014 y<br />
otros) ponen de manifiesto una notable<br />
diferenciación de la naturaleza marina caboverdiana,<br />
que no muestra claramente<br />
ese carácter de transición mencionado con<br />
anterioridad, por lo que en un futuro, a<br />
medida que avancen los conocimientos,<br />
tal vez pueda llegar a proponerse una provincia<br />
biogeográfica propia.<br />
Por otra parte, la relevante riqueza de especies<br />
y la elevada endemicidad en algunos<br />
grupos taxonómicos hacen que el archipiélago<br />
sea considerado un punto caliente de biodiversidad<br />
marina tropical, en el significado<br />
holístico del término, es decir, considerable<br />
riqueza de especies pero con notables riesgos<br />
y amenazas, así como una zona prioritaria<br />
para acciones de conservación en el lado<br />
oriental del Atlántico (Roberts et al., 2002;<br />
Peters et al., 2016; Lopes et al., 2016).<br />
OR<strong>LA</strong> COSTERA<br />
Nos movemos pues en una isla muy<br />
singular, antigua y envejecida, castigada<br />
por la erosión y, por consiguiente, de escaso<br />
relieve. Una plataforma basáltica de<br />
221,5 km² y 86,8 km de perímetro costero<br />
(http://islands.unep.ch), que se desarrolla<br />
de norte a sur con un máximo de 30 km<br />
de largo desde la Ponta Norte a la Ponta<br />
do Sino; con una anchura variable que va<br />
aumentando de sur a norte: mínima de<br />
unos 3 km en el recodo de Sino, creciendo<br />
según subimos al norte y alcanzando los<br />
12 km aproximadamente entre Ponta da<br />
Bicuda y Ponta tras do Cagarral.<br />
Podríamos generalizar afirmando que<br />
la orla costera es baja, rocosa, sembrada<br />
de malpaíses y playas de bolos, callaos y<br />
arena, de acuerdo a su orientación y a la<br />
dinámica marina correspondiente. Únicamente<br />
existen dos elevaciones claramente<br />
cercanas a la costa: Morro Leste (263 m),<br />
que aparece situado próximo a Buracona,<br />
justo en la transición de la costa norte<br />
hacia el litoral oeste; y el Monte Rabo<br />
de Junco (165 m), que cierra la bahía<br />
de Murdeira por el norte, con el pequeño<br />
islote del mismo nombre. Ese litoral<br />
norteño, desde Ponta Vermelha a Ponta<br />
da Casaca en el este, carece de entrantes,<br />
bahías o refugios notables; castigado por<br />
La conurbación turística de la península sureña de Sal arrasa con todo el territorio disponible, deteriorando el saladar de<br />
Punta de Sino, las salininhas urbanas y las grandes salinas de Santa María, hoy en franca decadencia.<br />
El “Dorado” del turismo en quien tiene vocación de península insólita, la salense Santa María, debe compartir sus<br />
bondades naturales con la grey alada que la visita año a año. Los correlimos tridáctilos y tantas otras especies nos<br />
ilustran el mejor ejemplo.<br />
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