CAPÍTULO 3: El Fuego en las Comunidades Vegetales de Chile Aún existe controversia respecto a la existencia de regimenes de fuego naturales en Chile. Si bien algunos <strong>ecosistemas</strong> pueden haber estado sujeto a la acción del fuego antes de la llegada del hombre (Abarzúa & Moreno, 2008), la frecuencia de incendios no parece haber sido suficientemente alta como para causar presiones evolutivas, impidiendo que hoy en día existan <strong>ecosistemas</strong> dependientes del fuego en Chile (Montenegro et al., 2004). En el caso de Chile Central, las limitadas evidencias sugieren que en Chile el fuego tiene un rol diferente al que cumple en los otros cuatro <strong>ecosistemas</strong> mediterráneos. De las cinco áreas del mundo con este tipo de <strong>ecosistemas</strong>, sólo Chile Central está desprovisto de tormentas de rayos en verano (Muñoz & Fuentes, 1989; Montenegro et al., 2003). En California, la cuenca del Mediterráneo, Australia y la región del cabo en Sudáfrica, las tormentas de verano son una frecuente y natural fuente de incendios (Muñoz & Fuentes, 1989; Armesto & Pickett, 1985), mientras que en Chile la cordillera de los Andes estabiliza la posición del Anticiclón del Pacífico, aislando así al país de las tormentas de verano provenientes del Atlántico (Fuentes & Muñoz, 1995). Sin embargo, algunos autores (ver capítulo 4 «Comunidades vegetales y el fuego: Estado del Conocimiento en Chile») postulan que especies como Araucaria araucana, Jubaea chilensis y Fitzroya cupressoides podrían presentar ciertas adaptaciones al fuego, como la resistencia de sus cortezas, que probablemente se habría desarrollado gracias a sus longevidades, únicas en Chile suficientes como para que las bajas frecuencias de incendios naturales en el pasado lograran generar una presión evolutiva. 3.1 Incendios Forestales en Chile Desde la colonización del extremo sur de Chile a mediados del siglo XIX, las personas han utilizado el fuego para despejar tierras para agricultura y ganadería (Lara et al., 2003). La impenetrable estructura de los bosques y sus largos períodos de rotación hicieron que el bosque nativo fuera visto como un impedimento para el desarrollo de la agricultura y ganadería, y por este motivo grandes extensiones de terreno fueron incendiadas (Sanhueza, 2001). Los incendios se volvieron cada vez más comunes, durando días, semanas y meses. Los bosques al ser quemados frecuentemente no pudieron recuperarse y como resultado de la erosión, los suelos se volvieron poco fértiles. En el siglo XX los incendios siguieron siendo frecuentes, pero ahora concentrados en la zona central. Estas prácticas utilizadas en la apertura de terrenos para la agricultura, modificaron la composición original de especies, alterando las interacciones ecológicas, disminuyendo los recursos maderables y afectando el potencial de desarrollo de las comunidades locales (Sanhueza, 2001). 31
RESTAURACIÓN ECOLÓGICA PARA ECOSISTEMAS NATIVOS AFECTADOS POR INCENDIOS FORESTALES Actualmente el mayor porcentaje de los incendios registrados en Chile se ubican entre la Región de Valparaíso y la Región de los Lagos (Figura 3.1). Hacia el norte, en el desierto de Atacama, la vegetación es escasa o inexistente, mientras que en regiones meridionales (Región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo y Región de Magallanes y de la Antártica chilena), la abundante humedad y la baja densidad poblacional (