REVISTA DICIEMBRE 2017ok

MUNDO GLOBAL Y NEGOCIOS
DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE E
INTERÉS PÚBLICO
La globalización de la economía del siglo XX y la segunda globalización cultural del
siglo XXI modificaron en los últimos cincuenta años la organización socio administrativa
con efecto en la percepción de las personas en relación con el mundo de los
negocios. A raíz de eso -en nuestra edición de Julio 2017- nos preguntábamos ¿cuán
válida es la información que producimos?
Producir información, gestionar riesgos y decidir son actos inherentes a las personas.
El desarrollo humano, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), es aquel que sitúa a las personas en el centro del desarrollo. Trata de
la promoción del desarrollo potencial de las personas, del aumento de sus posibilidades,
y del disfrute de la libertad para vivir la vida que valoran. Para que un individuo
pueda observarse en prospectiva y proyectar a partir de su deseo necesita
“recibir” información sana que le permita reconocerse sistémicamente desde un
enfoque de negocio y “producir” información válida que le permita pensarse desde
su participación, activa o pasiva, en el mercado del trabajo. Cada individuo es responsable
por su autorrealización y por promover a la de otro.
El título de Contador Público en Argentina ha sido incluido en la nómina del artículo
43 de la Ley Nº 24.521 de Educación Superior, por Resolución 1723/2013 en su artículo
1º. Esto significa que por ley es una profesión regulada por el Estado ya que
su ejercicio pudiera comprometer el “Interés Público” poniendo en riesgo de modo
directo la salud, la seguridad, los derechos, los bienes o la formación de los habitantes.
En su considerando agrega que el título de Contador configura un caso típico en
tanto resulta claro que su ejercicio pone en riesgo de modo directo los “derechos
patrimoniales” de los actores sociales. Yendo más allá del considerando de esa resolución
donde el Ministro de Educación resolvió, me detengo a pensar en el ejercicio
de la profesión que pudiera poner en riesgo de modo directo la FORMACIÓN de
los habitantes abordándola desde la “necesidad humana” observada por la investigación
en campo que dio origen al Modelo Antropogógico IFP.