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Santillana del mar
Palacio de los Velarde
Existió una época en la que corrió el rumor de que la santa realizaba milagros, dando paso a
peregrinaciones de fieles buscando ese favor y proclamando su fe a los monjes que en aquellos tiempos
habitaban allí.
Su construcción se alargó desde el siglo IX al XII. Y, leyendas aparte, lo que nadie puede negar es que
se trata de la Colegiata más importante del románico que existe en Cantabria.
A su lado el Museo de Jesús Otero, homenaje al escultor nacido en Santillana, contemporáneo de Dalí
y que conserva obras de él en su interior. Antiguamente el edificio fue cuartel de la guardia civil. Hoy en
día es sala de exposiciones, albergue de peregrinos y biblioteca.
En la parte trasera de la Colegiata, el imponente Palacio de los Velarde con una fachada relativamente
moderna. Emplazado en la Plaza de las Arenas, llamada así por las piedras areniscas de este sector.
Se trata de una de las zonas con más encanto de Santillana pues aún en ella residen los dos únicos
maestros ebanistas que han resistido a las nuevas tecnologías y que trabajan el castaño en la provincia.
Subimos por la Calle de el Racial, conocida popularmente como “la calle de las brujas”. En su época
prohibida por la iglesia y aún hoy en día perdura esta prohibición de manera que las procesiones
religiosas no pasan por ella. Su apodo está claro, en ella vivían las conocidas entonces como brujas.
Llegamos a una casona preciosa, actualmente convertida en el Hotel Altamira. Este fue el primer hotel
que se abrió en Santillana del Mar. En su interior podrás tomar un rico chocolate caliente al amor del
fuego de la chimenea acompañado de tu peludito, porque se trata de los pocos establecimientos donde
76 ic Marzo 2018