Pisada de Bruja No. 5. Beltane 2018

había pensado amenazas en realidad eran preparativos para
celebrar, algo que le gustaba observar, disminuyó su carrera para
dar un vistazo los golpes y ruidos, en realidad eran que las gentes
del pueblo estaba levantando un alto tronco con muchas y largas
cintas de colores como rayos de arcoíris que se movían al viento
mientras los niños corrían alborozados entre ellas estaban al
borde del bosque y un poco alejado del inicio de la línea de
árboles varios hombres estaban cavando tres fosos que la liebre
sabía eran para tres grandes fogatas, las mujeres tejían a la
sombra de los arboles coronas de hierbas y flores con las que se
adornarían festivas, alcanzo a ver como el Dios se movía entre los
humanos como bailando una intrincada danza y las risas eran más
fuertes y felices…
Oh, sí! Definitivamente el Dios Belenos sabía como engrandecer
la fiesta; a su paso hombres y mujeres se miraban entre sí,
sonreían y se ruborizaban antes de seguir la fiesta, el Dios lo miró
desde lejos y le guiñó un ojo ante lo cual recordó su misión y
reemprendió la carrera hacia el manantial donde la Diosa se
preparaba para el anochecer de fiesta, era víspera de Mayo y tanto
humanos, como a seres del bosque y de otros mundos festejaban
en grande el Amor de los Dioses enamorados eternamente, la Liebre
descubrió que incluso el bosque parecía vestido de fiesta las
flores y las hojas brillaban con gotitas de rocío que a pesar de lo
avanzado de la mañana no se habían evaporado, incluso la hierba
tenía un sabor más delicioso.
No había desayunado así que tomo algo por el camino,
conforme se adentraba al bosque las hadas le seguían revoloteando
y parloteando sobre lo hermoso y gallardo que era el Dios
y la pobre liebre se sentía aturrullada cuando por fin llego ante la
presencia de Bella Dama, Reina de Mayo y Diosa de todo.
Si el Dios la embelesó Ella, como siempre, le corto el aliento
todo en ella era como oro y piedras preciosas, como el mar
profundo sus ojos regalaban abismos de tesoros y magia,
sus labios otorgaban dones solo verlos en aroma a miel y canela,