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A sangre fría - Truman Capote

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

A sangre fría (título original en inglés: In Cold Blood) es una novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote. Fue comenzada en 1959 y finalmente publicada en 1966. Para hallar la documentación necesaria para el libro el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo. A sangre fría explica cómo una familia de un pueblo rural de Estados Unidos es asesinada sin ningún sentido y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte. En la novela se quieren mostrar las dos caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo de este.

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fuesen ricos ni que vivieran en una casa tan grande, con árboles, aquel césped y todo tan en<br />

orden y cuidado. Al llegar allí, después de haber oído lo que Ewalt le contó, el sheriff se puso<br />

en contacto por radio con su despacho y pidió que le mandaran refuerzos y una ambulancia.<br />

Dijo:<br />

»-Ha ocurrido algún accidente.<br />

»Luego entramos en la casa, los tres. Atravesamos la cocina y vimos un bolso de mujer<br />

en el suelo y el teléfono con los hilos cortados. El sheriff llevaba una pistola al cinto y cuando<br />

empezamos a subir la escalera para ir a la habitación de Nancy, me di cuenta que la llevaba en<br />

la mano.<br />

»Bueno, era una cosa horrenda. Aquella maravillosa jovencita... Me hubiera sido<br />

imposible reconocerla. Le habían disparado en la nuca, con el arma a pocos centímetros.<br />

Yacía sobre un costado, cara a la pared y la pared estaba cubierta de <strong>sangre</strong>. La ropa de la<br />

cama la cubría hasta los hombros. El sheriff Robinson la destapó y vimos que llevaba puesto<br />

un albornoz, el pijama, calcetines y zapatillas, como si en el momento del hecho, no se<br />

hubiese acostado aún. Tenía las manos atadas a la espalda y los tobillos atados con una cuerda<br />

de las que se usan en las persianas venecianas. El sheriff preguntó:<br />

»-¿Es ésta Nancy Clutter?<br />

»El nunca la había visto antes. Y yo contesté:<br />

»-Sí. Sí. Es Nancy.<br />

»Salimos otra vez al corredor y miramos en derredor. Todas las demás puertas estaban<br />

cerradas. Abrimos una, era un baño. Había algo raro allí. Decidí que sería la silla, una silla del<br />

comedor que parecía muy fuera de lugar en un baño. La puerta contigua..., estuvimos todos de<br />

acuerdo en que debía de ser la habitación de Kenyon. Estaba llena de cosas propias de<br />

muchacho. Reconocí las gafas de Kenyon en un estante para libros que había junto a la cama.<br />

Pero la cama estaba vacía aunque parecía que alguien hubiera dormido en ella. Así que<br />

fuimos hasta el final del corredor y al abrir la última puerta encontramos, allí en su lecho, a la<br />

señora Clutter. La habían atado, también. Pero de otra manera, con las manos por delante, de<br />

modo que parecía estar rezando y en una mano tenía, agarraba, un pañuelo. ¿O era un<br />

kleenex? La cuerda que le rodeaba las muñecas le bajaba hasta los tobillos que tenía atados<br />

uno contra otro y de allí iba al pie de la cama, en una de cuyas patas había sido atada; un<br />

trabajo complicado y hábil. ¡Pensar el tiempo que habría requerido! Y mientras tanto la mujer<br />

allí, loca de terror... Bueno, pues llevaba puestas algunas joyas, dos anillos (y ésa es una de<br />

las razones por las que yo siempre descarté el robo como motivo), una bata, camisón blanco y<br />

calcetines blancos. Le habían tapado la boca con cinta adhesiva pero como le dispararon a<br />

quemarropa a un lado de la cabeza, la explosión, el impacto, había desprendido violentamente<br />

la cinta adhesiva. Tenía los ojos abiertos. De par en par. Como si todavía estuviera mirando al<br />

asesino. Porque no pudo dejar de verlo mientras apuntaba. Nadie dijo nada. Estábamos<br />

demasiado aturdidos. Recuerdo que el sheriff buscó por allí para ver si podía dar con el<br />

cartucho vacío. Pero quienquiera que hubiese sido, parecía demasiado listo y precavido para<br />

dejar tras de sí semejante pista.<br />

»Como es natural, nos preguntábamos dónde estarían el señor Clutter y Kenyon. El<br />

sheriff dijo:<br />

»-Miremos abajo.<br />

»La primera habitación en que entramos fue el dormitorio principal, la habitación donde<br />

dormía el señor Clutter. La cama estaba abierta, y allí, a los pies de la cama, había un billetero<br />

con un montón de tarjetas esparcidas, como si alguien hubiera andado en ellas buscando algo<br />

en particular, una nota, un pagaré, ¿quién sabe? El hecho de que no hubiera dinero en él, no<br />

significaba nada. Era el billetero del señor Clutter y él nunca llevaba dinero encima. Hasta yo,<br />

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