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MUNDO FREUD<br />
felicidad, solo tendremos unos espasmódicos episodios.<br />
Ninguna vida parecerá muy feliz, si así la pensamos.<br />
Tengo claro que usted dirá que nadie es tan<br />
ingenuo para pensar la felicidad como un éxtasis<br />
corrido. Déjeme corregirlo. Muchos viven en el<br />
“Síndrome de utopía” y les parece que si algo vale la<br />
pena debe tener ese halo de felicidad jadeante. No es<br />
una idea racional claro, pero subyace poderosamente<br />
en nuestra vida. El amor romántico es una forma<br />
en que esa idea se concreta. Amor completo,<br />
intenso, sin poder vivir sin él. Esa forma de amor es<br />
claramente una expresión de esa forma de felicidad<br />
y regimos nuestras expectativas con esta vara. No es<br />
poco. ¿Cuántas parejas se forman y se rompen en<br />
relación a esta equívoca idea?<br />
La idea 2 nos propone a la felicidad como algo que<br />
es parte de un esfuerzo que podemos realizar y<br />
encontrar así una forma de sentirnos felices y<br />
estables. Pero no todos encuentran estos proyectos,<br />
emprendimientos o inspiración, sea por situación<br />
social, vocación o personalidad. A los milennials no<br />
les parecería siquiera interesante sostenerlo, sino<br />
todo lo contrario. Y los planes, como bien sabemos,<br />
no son ni por mucho innitos. Entonces, tendremos<br />
una felicidad más realizable pero relativamente y<br />
difícilmente sustentable con fuertes probabilidades<br />
de caída nal en un risco, con duraciones más<br />
intensas al principio y decrecientes luego.<br />
La idea 3 es, sin dudas, la más realizable. Al menos<br />
por la que podemos trabajar con afán. Nos permite<br />
una forma de ir construyendo un sentido a nuestras<br />
acciones en una visión más panorámica, de focos<br />
más amplios que limitados generadores de balances<br />
que pueden darnos tranquilidad y apaciguamiento<br />
mental, agradecimiento interno y alivio existencial.<br />
La felicidad, así entendida, estaría apareciendo algo<br />
más tarde en la vida, pasados los 40 al menos, y<br />
dependiendo de cómo los haya vivido. No todo lo<br />
La idea 4 en nuestro contexto la asociamos a Buda.<br />
Suponemos que la espiritualidad budista se<br />
relaciona a ese tipo de desapego. Si es difícil<br />
obtenerla en su ámbito cultural de nacimiento<br />
imagínense en occidente donde los valores<br />
orientadores de la vida son “tener y apegarse”.<br />
Difícil. Sin embargo, se puede aspirar a ella a modo<br />
de idea regulativa. Ir en un progresivo descreimiento<br />
que “algo lo tiene todo”, “algo” sólo tiene<br />
“algo” de lo que se propone. ¡Nunca todo! Muchas<br />
losofías y religiones claman por esta idea. Es<br />
altamente compleja, por lo que “sólo los pobres<br />
entrarán en el Reino de los Cielos”. Polémica frase<br />
que solo se entiende en un contexto de despojo.<br />
Requiere el mayor trabajo de todos y un renunciamiento<br />
no muy humano u occidental al menos.<br />
Como se ve, la felicidad no está al alcance a la<br />
vuelta de la esquina. Sin embargo, elija la suya,<br />
sepa que su edad e interés inuirán en el concepto<br />
de la misma y que estará cambiando según pasan<br />
los años. Será, por lo tanto, progresiva, madurativa<br />
y cada uno llega/llegará o no según cómo pase y<br />
transite esos años.<br />
Fabián Melamed<br />
Lic. en Psicología (U. Belgrano)<br />
Maestría en Psicología Social (UNMDP)<br />
Director de Clínica de Familia<br />
Consultor en organísmos y consultoras<br />
nacionales e internacionles.<br />
Profesor en diversas instituciones.<br />
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