Revista Central 63

CIUDAD
POR EL MEDIO AMBIENTE
UN GRAN DESAFÍO
Soledad Fraire cuenta la historia de la planta con
orgullo. “Inauguramos en 2013. Mi familia está
trabajando en Zanella desde 1998, aproximadamente.
Mi hermana Cecilia es la directora comercial y yo
arranqué en la compañía en aquel tiempo, cuando era
muy jovencita. Después, me vine a Mar del Plata.
Cuando se adquiere el paquete accionario, Zanella
tenía una empresa pesquera, Zanella Mare, donde
hoy es Solimeno”, señala.
Llegó a la ciudad cerca del 2001, “en un momento
muy difícil” del país. Según recuerda, “la pesca estaba
caída, la empresa concursada, había administradores
fraudulentos, contratos leoninos con los barcos”.
En ese momento, cursó Derecho de forma acelerada.
“Me estaba por recibir y me quedé acá, trabajando
para tratar de sacar a ote la parte de la compañía.
Literalmente, no teníamos idea. Éramos cordobesas
en un rubro absolutamente machista y en un sector
tan difícil, como lo es el pesquero para alguien que se
quiere insertar, máxime con una situación crítica y
un momento económico difícil”, detalla.
Además, la planta estaba “tomada por el sindicato y
había problemas con los barcos”. “Pero lo pudimos
sobrellevar. Vendimos esa empresa y volví a trabajar
con la familia a Buenos Aires. Y en ese momento, me
enamoré de un marplatense que me acompañó en
todo esto y con quien tuve dos hijos. A partir de ese
entonces me hice cargo de las cuestiones legales y
recursos humanos. Hoy resido en Mar del Plata, con
mis hijos y mi actual pareja”, agrega la directora de
Minarelli S.A.
PRIMEROS PASOS
La titular de Zanella destaca: “En 2017 y en 2016
certicamos ISO con la nueva versión 2015. Además,
obtuvimos una certicación ISO ambiental, ya que
nuestra idea es también trabajar en complemento de
una política social empresaria y acompañar la
tendencia de ser amigables con el medio ambiente, el
reciclado, y trabajar con la gente de la cooperativa”.
En este sentido, buscaron otros benecios que generen
una contraprestación para la empresa.
“Nosotros queremos reciclar todo lo que es el plástico,
cartón, telgopor y maderas, pero queremos que esto
tenga también una evolución con la sociedad. En el caso
de las maderas, buscamos que se usen para otros
trabajos”, explica.
“Hay un grupo que está haciendo regalos empresariales
–continúa–, los trabajan y los donan a las escuelas para
que, con ese dinero que les ingresa, puedan desarrollar
algo. Y con la gente de Batán hacemos cuchas para
perros”.
Al mismo tiempo, la empresa está comenzando a
trabajar con otras rmas de un banco de alimentos para
armar una matriz y hacer vasos y plásticos descartables
para luego entregarlos a los comedores del Partido de
General Pueyrredon y de la zona de Tandil, Balcarce y
Tres Arroyos. “Formamos parte de una fundación que
se llama PACMA, que en la región de Tres Arroyos,
Necochea y San Cayetano está con la protección de los
perros de la calle. Hay 450 perros. Entonces, nosotros
estamos armando con ellos la versión de PACMA Mar
del Plata para trabajar con un predio acá y darle una
devolución no sólo a la gente, sino a los animales”,
describe.
Para Fraire, desarrollar todo esto “es graticante” y
busca “fomentar el vínculo y las relaciones en el Parque
Industrial, ya que hay una diversidad de empresas muy
grandes y, si todas ponen un poquito que no te genera
un costo adicional, están haciendo algo bueno y en
denitiva salís contento”.
Además de la planta de Mar del Plata, la empresa
cuenta con una fábrica en la provincia de Córdoba y
otra en Caseros, San Luis, que es una de las más
grandes.
“Me pareció interesante establecer la planta local
desde el punto de vista comercial, porque hay un
puerto que se puede mover y rutas accesibles, un
polo logístico para la distribución en toda la
provincia de Buenos Aires y la región patagónica”,
subraya Fraire. Y recuerda que era difícil el ingreso
de repuestos al país. “Moreno (N. de R.: Secretario de
Comercio Interior de la Argentina Guillermo Moreno
de 2006 a 2013) nos congeló durante dos años las
mercaderías para abastecer esta fábrica y estuvimos
dos años sin fabricar nada”, remarca.
Al principio sólo eran tres personas, hoy alcanzan los
70 empleados. En total, son 417 en toda la Argentina.
“Somos la planta más pequeña, aunque no signica
que seamos los más chicos en producción”, aclara.
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