Revista Central 63

CIUDAD
PRODUCCIÓN Y PROYECTOS
Zanella no sólo apunta su producción a
motovehículos. En 2014 le presentó al gobierno
nacional un proyecto de licencia de terminal
automotriz para contar con la autorización para
fabricar vehículos de cilindrada baja, camiones y
autos en Mar del Plata. El 28 de abril del 2017, el
presidente Mauricio Macri se la concedió. “Estamos
felices por eso. Habíamos presentado un proyecto en
el Municipio y en la Provincia de Buenos Aires para
fabricar los prototipos del Z-Truck. Es un proyecto
muy grande. No es lo mismo fabricar un camión que
un motovehículo con estándares de seguridad mucho
más exigentes en todo lo que se reere a la calidad
del producto”, resalta Faire. “Empezar a fabricar 500
camiones y llegar 2500 (anuales) con cilindrada muy
pequeña (1300 cc). Y después ver si nos metemos en
las grandes ligas”, expresa.
El equipo de trabajo sabe que puede llegar a sus
objetivos. Por ejemplo, con las motos se propusieron
fabricar hasta 2500 unidades y alcanzaron a producir
4000 por mes. “Te desborda la demanda y,
fundamentalmente, cuando uno ya aceita el proceso
productivo, vos seguís apostando”, sostiene la
directora.
Por eso buscan tener más mercadería, para que no
baje la productividad. “Compito diariamente con mi
familia. Acá producimos mejor que en cualquier
planta, es una competencia interna la que se genera”,
arma.
La empresa también tiene la autorización del
Ministerio de Industria para fabricar 17 productos en
Minarelli. En este momento produce cerca de diez.
“En esta época del año no se fabrican cuatriciclos,
eso es para la temporada veraniega. Lo hacés entre
agosto, septiembre y octubre”, aclara Fraire.
El producto insignia, el que más fabrican, son dos
modelos de motos: la ZB, la básica de 110 cc que se ve
en todos lados y “es el pan caliente”; y la ZR 750.
LA MATERIA PRIMA
Los proveedores de las piezas de la materia prima
llegan en su mayoría, para todas las marcas, desde
China, Malasia y Taiwán. “Vienen las piezas
totalmente desarmadas en cajones y nosotros las
adaptamos. En algunos modelos en particular se
integran piezas de origen nacional y en otros
directamente se ensamblan”, describe.
La diferencia, según explica Fraire, está en el proceso
de producción. “Tenés que reunir determinados
requisitos ante la Secretaría de Industria para
inscribirte como fábrica, porque no es sólo venir y
pegar un sticker. Hay ciertos requisitos en el proceso
productivo y hay que hacer una determinada
integración”, señala.
“Hoy, más que nunca, se van a empezar a integrar en algún
modelo, porque hay un proceso paulatino de integración
que se va a hacer a través de Industria y Nación, pero de
una manera organizada y prolija, ya que no te pueden venir
a imponer de un día para el otro, como nos pasó en otro
momento, que de golpe nos dijeron que no iba a ingresar
nada del exterior y a partir de ahí teníamos que fabricar
todo aquí”, señala.
En este sentido, la directora de Minarelli subraya que
Zanella utiliza mano de obra local, y además es argentino
todo lo que es el servicio de control de calidad, puesta a
punto y seguimiento.
“Hacemos un mix de todos estos productos. Lo mismo
están haciendo las grandes marcas: traen las cosas y le
agregan partes, o le agregan parte de calidad al proceso,
esa es la diferencia. Distinto es el caso de un importador,
porque hoy, con la apertura que hay, cualquiera puede
venir y decir: ‘Yo traigo motos de afuera’. Pero esas motos
vienen totalmente armadas en una caja. Cuando abrís la
caja, tenés la moto paradita y vos tenés que ponerle las
dos ruedas, levantarle los farolitos y la moto sale
andando”, expresa. Sin embargo, advierte que esas motos
“no reúnen ningún control de calidad ni valor agregado”.
DESTINOS
Con las 4000 unidades fabricadas en la planta de Mar del
Plata, se produce y abastece a concesionarios distribuidos
en toda la Argentina. Envían grandes cantidades al
noroeste, a provincias como Tucumán, Formosa y Chaco,
“que son las provincias en donde más motos se venden en
la Argentina”, asegura Fraire. Y agrega: “Desde el punto de
vista logístico, también las inclemencias del tiempo hacen
que el producto sea estacional. Hoy, por la situación que
estamos viviendo, la gente, por más que haga frío, se
vuelca a un motovehículo por una cuestión de necesidad.
El 40% de nuestra venta se queda en provincia de Buenos
Aires, el Sur, y el resto en el noroeste”.
La directora de la empresa explica que el producto no se
exporta porque “todos los aranceles y derechos
aduaneros que hay que pagar para salir fuera de la
Argentina equivalen al valor de dos o tres productos
chinos”. “Tenemos un alto costo de mano de obra y a eso
se le suman los derechos y aranceles que incrementan el
costo en un 17 o 18%, con lo cual se encarece muchísimo”,
apunta.
Sin embargo, valora el perl y el mercado que hay en la
Argentina. “Se proyecta que en 2018 se van a llegar a
vender entre 17000 a 20000 unidades y, a nivel macro, de
todo el sector. Este año va a ser uno de los mejores, por la
economía y por las posibilidades de nanciación que hay”,
considera. Y resalta: “La moto te lleva a trabajar. En el
conurbano y en Capital la usan por una cuestión de
tiempo. Te evitás estacionamiento, micro o tren”.
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