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Viene <strong>de</strong> página 4/<br />
Tú<br />
(po-Ética)<br />
X<br />
Performativo<br />
Yo X<br />
Sonido ≠ Sentido<br />
Metáfora<br />
Cuatro puntos cardinales <strong>de</strong> la<br />
lengua<br />
(se excluye el tiempo gramatical al<br />
centro)<br />
*****<br />
Para complejizar el concepto <strong>de</strong><br />
poética, <strong>de</strong> nuevo se retoma la<br />
obra <strong>de</strong> Aristóteles. La dicotomía<br />
opone la historia —hecho concreto<br />
<strong>de</strong> un antiguo acontecer— con la<br />
generalización <strong>de</strong> la poética. Si<br />
la historia consigna “RLM comió<br />
pupusas ayer”, la poética afirma<br />
“los salvadoreños comen pupusas”.<br />
En sentido estricto, la hipótesis<br />
hacia lo universal —“las guayabas<br />
son <strong>de</strong>liciosas”— contrasta<br />
con lo específico comprobado,<br />
“esta guayaba está <strong>de</strong>liciosa”.<br />
El traspaso <strong>de</strong> lo concreto a lo<br />
abstracto implica adjuntar un<br />
carácter tildado <strong>de</strong> ficción, en<br />
el sentido actual <strong>de</strong>l término.<br />
Empero, esta dimensión resulta<br />
ineludible, ya que la historia utiliza<br />
los mismos recursos lingüísticos<br />
que preten<strong>de</strong> rebasar en su apego<br />
referencial a lo concreto.<br />
La narrativa y el relato ofrecen<br />
la manera <strong>de</strong> exponer los datos.<br />
El narrar y relatar no señalan<br />
fronteras estrictas entre lo factual<br />
y la invención. En cambio, la<br />
flui<strong>de</strong>z migratoria diluye toda<br />
<strong>de</strong>marcación entre ambos ámbitos<br />
vecinos a recursos idiomáticos<br />
semejantes. A<strong>de</strong>más, para<br />
completar ese concepto <strong>de</strong> ficción,<br />
lo general conlleva un propósito<br />
<strong>de</strong> resolución. La cuestión no<br />
consiste en <strong>de</strong>scribir sino en<br />
plantear resultados racionales a los<br />
problemas al examinar los hechos.<br />
Valgan dos ejemplos, uno natural y<br />
el otro social. El estudio químico<br />
<strong>de</strong> aguas en un laboratorio <strong>de</strong>tecta<br />
la contaminación. Falta inferir el<br />
procedimiento más a<strong>de</strong>cuado para<br />
limpiarlas y volverlas potables.<br />
Este pro-yecto hacia el porvenir<br />
semeja al <strong>de</strong> la ficción poética.<br />
Una novela también aísla ciertas<br />
variables sociales a fin <strong>de</strong> imaginar<br />
cómo limar conflictos <strong>de</strong> hecho.<br />
Así, un relato <strong>de</strong>l siglo XIX imagina<br />
que la hija <strong>de</strong> un hacendado —<br />
blanca por supuesto— se enamora<br />
<strong>de</strong> un esclavo negro. Juntos forman<br />
una nueva sociedad i<strong>de</strong>al más justa<br />
en una pequeña finca remota. Tal<br />
es la ficción que inventa soluciones<br />
a la disyuntiva social <strong>de</strong> su época.<br />
Nadie imaginaría que la raza no la<br />
<strong>de</strong>fine el color sino una estructura<br />
<strong>de</strong>l genoma imperceptible, salvo<br />
la ficción. Descontaminar el agua<br />
sería en hidrología un problema<br />
técnico similar a justificar la<br />
igualdad racial en la poética.<br />
Por ello, quizás, el género <strong>de</strong> la<br />
política-ficción anteceda la moda<br />
actual <strong>de</strong> la ciencia-ficción, ambas<br />
narrativas comunes en su proce<strong>de</strong>r<br />
literario.<br />
Esta compleja trama idiomática<br />
conforma el cimiento más<br />
sólido <strong>de</strong> la sociedad humana.<br />
Reiterando, el sustrato no facilita<br />
la co-municación social sino en<br />
un segundo momento. A un nivel<br />
más elemental, primario, la lengua<br />
instaura la sociedad humana<br />
misma y la sub-jetividad <strong>de</strong> cada<br />
uno <strong>de</strong> sus miembros. Sólo luego<br />
<strong>de</strong> forjar ese principio social y<br />
personal, se posibilita la siguiente<br />
etapa tal cual la ciencia.<br />
La prece<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la lengua a<br />
todo acto humano —al saber <strong>de</strong> lo<br />
natural— clasifica la lingüística<br />
como un “ars poética” (Borges)<br />
secundaria, ante el acto <strong>de</strong><br />
habla. Sin <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñar su alto valor<br />
utilitario, —principio lógico <strong>de</strong><br />
los lenguajes artificiales— el<br />
concepto clave <strong>de</strong> creatividad guía<br />
cualquier tentativa <strong>de</strong> aplicación<br />
teórica y práctica. Despojado<br />
<strong>de</strong> la capacidad <strong>de</strong> producir<br />
(poiesis) nuevos enunciados —<br />
incluso agramaticales y textos<br />
inéditos— el ser humano <strong>de</strong>teriora<br />
su facultad <strong>de</strong> inventar otros<br />
mundos posibles. Jamás hallaría<br />
conclusiones técnicas a los<br />
dilemas presentes.<br />
Por esta bifurcación, habría un<br />
contraste entre dos lingüísticas,<br />
a saber: la conciencia que vive y<br />
habita en la lengua, poéticamente,<br />
en oposición a la ciencia que la<br />
cosifica en objeto. El verda<strong>de</strong>ro<br />
diálogo <strong>de</strong> disciplinas conlleva la<br />
lectura conjunta <strong>de</strong> los opuestos<br />
complementarios. Las Arles<br />
Liberales (Liberal Arts) leerían<br />
ciencia <strong>de</strong>l lenguaje, viceversa,<br />
los científicos (STEM), poesía<br />
y filosofía poética. Acaso los<br />
dos ámbitos se unifican en su<br />
<strong>de</strong>signio <strong>de</strong> “unicidad” <strong>de</strong>l<br />
lenguaje humano. La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />
una gramática universal —“math<br />
is the universal language”— la<br />
anticipa la poesía que <strong>de</strong>stina<br />
un “reencuentro con esa lengua<br />
única” (Giorgio Agamben, “Idée<br />
<strong>de</strong> la prose” (1988)). Aun si<br />
“los comienzos” —feto, larva e<br />
infancia— siempre <strong>de</strong>claran su<br />
falta. Hacia esa “vocación infantil<br />
<strong>de</strong>l lenguaje humano” (Agamben)<br />
se remota la poesía —anhelo “<strong>de</strong>l<br />
tiempo original”— y acaso las<br />
matemáticas, al (con)fundir los<br />
nombres y las cosas.<br />
A continuar...<br />
“TENTACIONES Y<br />
ESTROPICIOS”<br />
HISTORIA, MEMORIA Y<br />
LITERATURA<br />
TANIA BELLO REGALADO,<br />
Colaboradora<br />
| Artículo |<br />
Lo primero que noté al leer Tentaciones y Estropicios fue que la arquitectura diseñada<br />
en los personajes y sus historias, es el producto <strong>de</strong> una relación íntima y cálida entre<br />
el autor, Carlos Henríquez Consalvi, Santiago, y el texto literario. Esta relación nos<br />
es sustancialmente in<strong>de</strong>scifrable para quien lo lee, porque nunca sabremos, al menos<br />
con la misma claridad <strong>de</strong> Santiago, cómo le fueron revelados estos nueve relatos.<br />
Probablemente esta revelación se dio en los sueños diurnos <strong>de</strong>l quehacer cotidiano,<br />
esos sueños, que <strong>de</strong>spierto, Santiago tuvo al hojear los archivos documentales que en<br />
distintas etapas <strong>de</strong> su vida llegaron a sus manos. O también pudo suce<strong>de</strong>r en un día <strong>de</strong> absoluta luci<strong>de</strong>z o<br />
en una noche <strong>de</strong> absoluto insomnio cuando Santiago hacía un repaso en la dimensión <strong>de</strong>sconocida <strong>de</strong> sus<br />
recuerdos y fantasías más preciadas.<br />
Quiero <strong>de</strong>cir que este libro es, en primer lugar, un viaje por la historia y los recuerdos que se confun<strong>de</strong>n<br />
con los sueños y, en segundo lugar, un testimonio <strong>de</strong> las revelaciones literarias que complementan a esa<br />
historia y a esos recuerdos.<br />
La parte histórica <strong>de</strong>l viaje inicia con el relato “La muerte los miraba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mar”, un retrato <strong>de</strong><br />
la tragedia tropical que parte <strong>de</strong> lo ordinario a lo extraordinario y nos <strong>de</strong>muestra cómo un hecho<br />
aparentemente insignificante pue<strong>de</strong> provocar gran<strong>de</strong>s calamida<strong>de</strong>s. Luego pasamos por “Tentaciones<br />
y estropicios” que juega, astutamente, con la dialéctica <strong>de</strong>l <strong>de</strong>terminismo divino y el pecado que es<br />
practicado sin remordimientos. Un tercer relato es “La pluma sobre el colchón”, narración sobre un<br />
crimen insólito que representa que la justicia, aparte <strong>de</strong> ser ciega, es también muda y sorda según la<br />
conveniencia <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>rosos. Y esta primera parada histórica termina con “El clavo <strong>de</strong> llamarse<br />
Miguel”, en don<strong>de</strong> Santiago toma la voz <strong>de</strong> Miguel Mármol a través <strong>de</strong> Roque Dalton para que<br />
consi<strong>de</strong>remos como, en algunas ocasiones, son las circunstancias las que hacen al revolucionario y no<br />
viceversa.<br />
La segunda parte <strong>de</strong>l viaje parece ser una amalgama literaria que explora la ciencia ficción y la fantasía<br />
con relatos como “El día que <strong>de</strong>sapareció Notre Dame” en el que saboreamos la lengua francesa, así<br />
como el titulado, “Los gnomos <strong>de</strong> Herguijuela”, caracterizado por expresar una dulzura muy palpable<br />
que causa nostalgia por revivir un recuerdo tiernamente atesorado. Casi terminando el recorrido,<br />
se encuentra el texto “Vadre retro Satanás” que, aunque es introducido con una expresión <strong>de</strong>l latín<br />
medieval, nos transporta a los olores y albores <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> Latinoamérica; mientras que “El aparecido” nos<br />
recuerda que las más gran<strong>de</strong>s personalida<strong>de</strong>s literarias son fantasmas <strong>de</strong>l pasado que inspiran el presente<br />
y mol<strong>de</strong>an nuestro futuro. Finalmente, llegando a nuestro <strong>de</strong>stino, el último relato “La Leyenda <strong>de</strong>l<br />
Chongue” <strong>de</strong>muestra con naturalidad la belleza <strong>de</strong> la inocencia, que es casi ingenuidad, <strong>de</strong> la tradición<br />
oral salvadoreña.<br />
Si bien los archivos históricos fueron una fuente importante <strong>de</strong> inspiración para esta obra, la imaginación<br />
literaria hace <strong>de</strong> las suyas, es la gran victoriosa: crea diálogos, dota <strong>de</strong> vida a personajes, embellece<br />
paisajes y colorea una historia que fácilmente podría ser simplemente gris.<br />
Y esto nos obliga a <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> lado, al menos por un momento, el puritanismo histórico. No es ilegítimo<br />
que en el mundo literario creemos nuestra propia versión <strong>de</strong> la historia con el fin <strong>de</strong> reanimarla y<br />
realzarla, tal y como lo hizo Santiago en su libro. Es un placer culposo querer aceptar las narraciones<br />
basadas en hechos históricos como las certeras: nos provocan un sinfín <strong>de</strong> sensaciones, constituyen parte<br />
<strong>de</strong>l i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> la belleza y la tragedia poética; y nos hacen apreciar todavía más la literatura como una <strong>de</strong><br />
las expresiones artísticas más sublimes.<br />
Sábado <strong>18</strong> / <strong>agosto</strong> / 20<strong>18</strong> TRESMIL 5