Edición 09 de octubre de 2018

9 DE OCTUBRE DE 2018
6 Cultura/Deporte
Quincenario editado por prensa Latina
Reencuentro con “la generación perdida”
Por Antonio Paneque Brizuela
Un halo místico de lirismo, una suerte de
niebla poética, rodea la vida y obra de los
escritores de Estados Unidos Ernest Hemingway
(1899-1961), William Faulkner (1897-
1962), John Dos Passos (1896–1970), John
Steinbeck (1902-1968) y Francis Scott Fitzgerald
(1896-1940).
Como si no bastara con el impacto individual
de su literatura y los aportes técnicos de
cada uno de ellos, su fama también conquistó
el Edén como equipo al integrar la llamada
Generación Perdida, aparecida en París y en
otras urbes europeas desde el fin de la Primera
Guerra Mundial (1918), hasta la Gran
Depresión (1929).
La armazón de leyenda, magia y magnetismo
que alcanzaron de forma conjunta esos
cinco escritores plagó de mitos los años
veinte del siglo XX alrededor de sus obras y
se reprodujo después una y otra vez hasta
hoy, mediante citas, referencias de estudiosos,
críticos o lectores e infinitas ediciones de
sus novelas y cuentos.
Aunque siempre persisten dudas sobre la
justeza o exactitud del término, lo cierto es
que si de alguna parte faltaron sus artífices
fue de Estados Unidos, donde debieron tal
vez estar por nacimiento, pero por aquellos
tiempos París no solo valía una misa: era una
escuela de artistas.
La frase en cuestión que bautizó al grupo
se le atribuye a otra gran escritora estadounidense,
Gertrude Stein (Estados Unidos-1874,
Francia-1946), quien la compartió con quien
era por entonces uno de los más locuaces
voceros de aquellos genios de las letras en
inglés.
“Sois todos de una generación perdida”, le
comentó a su amigo Hemingway la novelista,
poeta y dramaturga, autora del best-seller
The Autobiography of Alice B. Toklas.
Dentro del concepto del grupo generacional
algunos incluyeron también a Erskine
Caldwell, Sherwood Anderson, Ezra Pound,
Djuna Barnes y Dorothy Parker, pero la mayoría
de los exégetas mantienen a Dos Passos,
Hemingway, Faulkner, Fitzgerald y Steinbeck
como el quinteto “perdido”.
Entre las características que los estudiosos
aprecian en la obra conjunta de esa agrupación
temporal figuran el pesimismo, el desconcierto,
la inutilidad, la crueldad de la
guerra, la felicidad de los años veinte, la era
del jazz, la depresión económica, el liberalismo,
el radicalismo y la sociedad estadounidense
en general.
Pero también otras cuestiones personales,
éticas, intelectuales y temporales unieron
a estos cinco grandes, entre ellas que
todos eran varones, tenían talento para la
novela y el cuento, algunos practicaron el
periodismo, y tres de ellos participaron en
conflictos bélicos.
Hemingway en París, en 1923, donde coincidió con los integrantes del grupo conocido como La
generación perdida.
Respecto a lo social, Steinbeck, por ejemplo,
muestra en Las viñas de la ira escenarios
con los efectos del crac de 1929 entre los
agricultores, mientras Dos Passos, además
de conducir al lector en Manhattan Transfer a
sentir hasta los olores de la ciudad de Nueva
York, emplea esa obra como una alegoría al
tema de la Tierra Prometida.
La crítica clasifica a esa última novela,
junto a El gran Gatsby, de Fitzgerald,
como la narrativa que mejor refleja el
materialismo de la deprimida sociedad
estadounidense que rodeó a aquella
debacle financiera.
Otro aspecto singular de la Generación
Perdida fueron sus considerables aportes
literarios, entre ellos, por citar algunos, los de
Faulkner, mediante el denominado narrador
omnisciente, y el monólogo interior o flujo de
la conciencia, aunque esos recursos fueron
empleados antes por el irlandés James Joyce
en su Ulises.
DELFINA PIGNATIELLO
La sirena argentina de Buenos Aires-2018
Por Adrián Mengana Martínez
Enviado especial a Buenos Aires
Doble campeona mundial juvenil de Indianápolis-2017, la
nadadora argentina Delfina Pignatiello soporta la rutina, las
exigencias y presiones de una estrella para erigirse en una
de las grandes bazas de la delegación argentina en los
terceros Juegos Olímpicos de la Juventud a disputarse en
Buenos Aires, hasta el 18 de octubre.
Con apenas 18 años, pero una vida más esforzada que
un deportista profesional de 25 ó 30, la adolescente exhibe
resultados de elite y marcas comparables con adultos, que
la catapultan entre las más firmes esperanzas latinoamericanas
para conquistar más de una medalla en la cita juvenil
de los cinco aros que se celebra en el emblemático Obelisco
bonaerense.
Bien pequeña la sudamericana se metió por primera vez
a una pileta, en buena medida potenciada por su madre,
profesora de natación. Y de allí no salió más. Ni siquiera
cuando intentó en otros deportes, como gimnasia artística,
danza, baloncesto y hockey.
El primer gran triunfo llegó a los 13 años, en un Campeonato
Nacional, e hicieron realidad los consejos iníciales de
los especialistas, quienes elogiaron su talento, poder de
flotabilidad y ligereza en el agua.
A los 15 debutó en un Mundial Juvenil e impactó en el
deporte universal en la cita del orbe de Indianápolis para
menores de 17 años, cuando obtuvo tres medallas (oro en
800 y 1 500 metros libres, y plata en 400) y batió tres récords
nacionales. La fama arribó rápido y los premios, a la par,
como el Olimpia de Oro en el 2017, a lo mejor del deporte
argentino.
En la piscina le sale todo natural a la argentina. Tanto que
Delfina es apenas una de las cuatro mujeres menores de 18
años que, en la historia, nadaron los 1 500 metros en menos
de 16 minutos.
Todavía no lo puedo creer porque aquel día del Mundial
estaba cansada, ya había ganado dos medallas y no esperaba
semejante marca. Hoy me parece increíble y a veces
no me doy cuenta de lo que logro, entonces trato de bajar a
la realidad cuando me sobrepaso de exigencias, admitió.
Su primer gran triunfo lo alcanzó a los 13 años.
OTROS TALENTOS ALBICELESTES
En octubre pasado fue la máxima medallista de su país en
los Juegos Sudamericanos Juveniles de Santiago de Chile,
con ocho preseas (tres oros, tres platas y dos bronces) en
la misma cantidad de pruebas y hace tres meses estableció
en Gold Coast, Australia, un récord sudamericano en 1 500
libres, en pileta corta, con 15:48.32 minutos.
Pignatiello es entrenada desde el 2010 por su compatriota
Juan Carlos Martín, quien también adiestró a María del Pilar
Pereyra, campeona juvenil siete años consecutivos en la
década del 90 y la primera nadadora argentina que logró
medalla dorada en un mundial.
Fueras de las piscinas, el jabalinista Agustín Osorio, con
una marca de 72,09 metros, encabeza el ranking americano
y destaca entre las esperanzas albiceleste en el atletismo de
la cita olímpica juvenil.
Además, la ciclista Agustina Roth junto a Iñaki Mazza, oro
en la última copa del mundo en la categoría amateur, sobresalen
en la representación argentina en una disciplina que
debuta en los Juegos: el BMX Freestyle.
También roban la atención en la representación del país
sede, el garrochista Pablo Zaffaroni, campeón de los II Juegos
Suramericanos de la Juventud Santiago 2017 (saltó
4.90 metros); el tenista Sebastián Báez, número dos del
mundo en la categoría juvenil, y la remera Sol Ordás, reciente
monarca mundial juvenil de la República Checa y titular
sudamericana y panamericana junior.
A esa relación se une la tiradora Alliana Volkart, quien
finalizó primera en la prueba de rifle de aire 10 metros en la
categoría juvenil de la Copa del Mundo de Fort Benning, en
mayo pasado, y subtitular en los Juegos Sudamericanos de
Cochabamba-2018, tras caer en una final muy cerrada ante
su amiga Fernanda Russo, otro de los jóvenes talentos
argentino y medallista de plata en los Juegos de la Juventud
de Nanjing-2014.