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Espacio PSI
Estigmas sociales
respecto al peso
El estigma de la obesidad se refiere a las actitudes negativas
respecto a una persona porque tiene sobrepeso.
El supuesto implícito es que los individuos gordos son haraganes,
débiles o les falta voluntad, ignorando que hay factores genéticos y
de otro tipo que inciden en el sobrepeso...
Hay un sesgo negativo automático frente a las personas con
cuerpos voluminosos, que se convierte en una forma de
discriminación. Más allá del uso cariñoso que a veces se le
da (y de paso hacemos notar que la asociación entre afecto y
gordura no es casual!), la palabra “gordo”, más que describir una
morfología corporal, muchas veces tiene un tinte despectivo.
Los niños sufren bullying en los colegios por ser gordos, hay
muchos empleos en los que no se contratan personas obesas,
los médicos suelen echarle la culpa de cualquier problema a
la obesidad, sin investigar a fondo muchas veces síntomas
importantes, los talles de ropa son cada vez más pequeños,
dejando afuera a las personas con cuerpos voluminosos, las
aerolíneas hacen los asientos en los aviones cada vez más
estrechos, obligando a las personas obesas a comprar dos
pasajes... Los estudios de investigación muestran que la
discriminación por sobrepeso está en aumento.
estos intentos de sabotaje sin dañar las relaciones interpersonales,
es recurriendo a una serie de estrategias tendientes a obtener la
aprobación de los otros, como explicar que se está a dieta por
motivos de salud, o aclarar que hay días de “permitidos”.
Otra estrategia es reconocer implícitamente que uno no ha
cambiado totalmente los hábitos, pretendiendo en situaciones
sociales aceptar el alimento “no saludable” (el choripán en nuestro
ejemplo), pero sin comerlo o comiendo solo un bocado.
En Espacio Psi solemos escuchar las quejas tanto de quienes se
sienten discriminados por tener un cuerpo voluminoso, como de
quienes están cambiando hábitos alimentarios para bajar de peso
y sufren el boicot del entorno...
Por lo tanto invitamos desde estas líneas a los lectores a revisar
sus miedos y sus prejuicios, proponiendo en cambio actitudes de
aceptación y de apoyo!
Lic. Irene Spinadel
Espacio Psi
Paseo Mendoza, Maschwitz
15 4024 3266
Los psicólogos sabemos que muchas veces el peor reflejo de la
imagen corporal de una persona obesa no lo brinda el espejo,
sino las miradas de los otros… Por eso solemos comenzar a
trabajar con la autoestima, más que con lo que marca la aguja en
la balanza.
Porque además, el estigma no solo afecta a las personas que
viven en cuerpos voluminosos, generándoles sentimientos de
vergüenza y ansiedad, lo cual a su vez los llevan a comer más,
empeorando la situación…
También afecta a personas delgadas (especialmente a mujeres
adolescentes y jóvenes), causándoles desordenes alimentarios
como la bulimia y la anorexia por miedo al fantasma de la gordura.
Pero así como hay un estigma social que desaprueba a las
personas obesas, también hay cierto rechazo social hacia las
personas que intentan bajar de peso. En base a un estudio
realizado recientemente en la Universidad Estatal de Carolina del
Norte, la Dra. Lynsey Romo afirma que las personas que intentan
adelgazar y mantenerse delgadas frecuentemente sufren críticas
de quienes las rodean. El boicot viene en la forma de comentarios
sarcásticos respecto a los nuevos hábitos saludables (tipo “qué
vas a comer ensaladita, si a vos te encanta el choripán!”), o
profecías seudocientíficas tipo “me dijeron que cuando bajas
mucho de peso, enseguida lo recuperas de vuelta porque el
organismo no se acostumbra!”...
La autora del estudio afirma que todas las personas que
participaron de la investigación reconocieron tener en su entorno
alguna persona que minimiza o subestima sus esfuerzos para
alimentarse en forma más saludable y mantenerse delgado/a.
Según demostró la investigación, la forma de sortear airosamente
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