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Domingo 6 de enero de 2019. La Paz, Bolivia.<br />
01|19<br />
L A T R AV E S Í A D E L A S<br />
El origamista puro | Cartografía íntima | La leva (o “La noche fatal para una chica de la moda”)<br />
El sueño de ir a prisión | La Paz, ciudad de contrastes para la alta moda | El mago Byron | Ojo al parche
2<br />
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Los frutos<br />
de la tierra<br />
¿Cuándo fue que perdimos esa conexión vital entre el<br />
campo y la ciudad? ¿Cuándo fue la última vez que ordeñó<br />
usted una vaca?, ¿lo hizo alguna vez?, ¿sembró, cosechó<br />
papa, quizás quinua, tal vez choclos, tomates?, ¿paseó los<br />
viñedos, recogió uvas, cortó plátanos?<br />
Recuerdo la historia de un niño a quien su profesora le preguntó<br />
de dónde venía la leche y él respondió: “del supermerc<br />
ado ”. Sucedió en Europa donde imagino que por respuestas<br />
como esa los niños pasan vacaciones pedagógicas en retiros<br />
campestres organizados por sus escuelas donde, por ejemplo,<br />
conocen vacas de carne y hueso y aprenden precisamente de<br />
dónde viene la leche.<br />
Nosotros, aun si hemos incorporado ya al supermercado<br />
en nuestras modernas vidas urbanas, tenemos todavía la<br />
fortuna de contar con mercados callejeros y barriales de verduras,<br />
frutas, hortalizas y flores, donde, así sea remotamente,<br />
se traslada un pedacito del campo a la ciudad. Pero es evidente<br />
que este mercado es cada vez menos campesino y que quienes<br />
venden son intermediarios, mejor, intermediarias. De esa<br />
dinámica campo–ciudad trata la crónica central de este<br />
número. De aquellas mujeres campesinas de las que poco<br />
sabemos, a pesar de ser ellas las proveedoras de nuestro alimento<br />
como la tierra misma.<br />
Entonces, bienvenidas sean ellas este 6 de enero, primer<br />
número del nuevo año de <strong>Rasca</strong>cielo s, cual reinas magas cargadas<br />
de los frutos de la tierra, como augurio de buena cosecha<br />
y nuevas historias para el año que comienza.<br />
Cecilia Lanza Lobo<br />
6<br />
7<br />
8<br />
10<br />
12<br />
16<br />
26<br />
28<br />
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32<br />
34<br />
IDENTIKIT / El origamista puro /<br />
Cecilia Fernández<br />
PIRUETA NEGRA / La potencia<br />
Inmaterial del proceso de crear /<br />
Camila Rocha Scardino<br />
AG E N DA LaEscobaEsCultural /<br />
Claudia Daza<br />
M A PA S /Cartografía íntima /<br />
Pablo Cingolani<br />
CRONIQUITA / El sueño de ir a<br />
prisión / Sergio Mendoza<br />
CRÓNIC A / La travesía de las<br />
campesinas insomnes /<br />
Martha Irene Mamani<br />
MUJER COTIDIANA /<br />
La Leva (o “La noche fatal para una<br />
chica de la moda”) / Pedro Lemebel<br />
LA PAZ MARAVILLOSA /La Paz,<br />
ciudad de contrastes para la alta moda /<br />
Carlos Moreira Ascarrunz<br />
RETR ATO /El mago Byron /<br />
Fernando Gonzáles Salguero<br />
CARTELER A /Ver antes que<br />
condenar / Adrián Nieve<br />
VIÑETA /Propósitos / Guizada Durán<br />
E d i to ra : Cecilia Lanza Lobo. Asistente de edición: Fabiola Gutiérrez.<br />
C o o rd i n a d o ra : Claudia Daza. Redes: F. Gutiérrez e Isabel Navia.<br />
Diseño editorial: Edmundo Morales. Foto gra f í a : Cecilia Fernández, Víctor<br />
Gutiérrez, Freddy Barragán, Sara Aliaga y Agencias.<br />
DISEÑO DE PORTADA:Sergio Salazar / D G R- U C B.<br />
<strong>Rasca</strong>cielos y la carrera de Diseño Gráfico de la Universidad<br />
Católica Boliviana se unen para el diseño de las portadas de<br />
esta revista. Coordin ador: Sergio Vega. Estudiantes en pasantía: E r i ck a<br />
Vargas, Marcos Luna, Sergio Salazar, Josefina Rojas, Ariel Chuquimia y Adiba<br />
Ro j a s .<br />
* <strong>Rasca</strong>cielos abre este espacio a la buena crónica, perfil, historieta,<br />
diario de viajes, testimonio, fotografía, fotoreportaje y otros vicios.<br />
Pueden enviar sus aportes a: ra s c a c i e l o s rev i sta @ g m a i l . c o m<br />
Las publicaciones estarán sujetas al criterio del comité editorial que se<br />
comunicará con la autora o autor.<br />
Compañía Editora Luna Llena S.A.<br />
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D i re c c i ó n : Achumani, Calle 9 N°6, La Paz.<br />
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Alcides Flores Moncada. Jefe de Informaciones: Juan Carlos Véliz Morejón.<br />
Revista <strong>Rasca</strong>cielos<br />
@ rev i sta ra s c a c i e l o s<br />
@ Rev i sta RC i e l o s<br />
Presidente del Directorio: Raúl Garáfulic L. Vicepresidente Ejecutivo: Carlos<br />
Saravia. D. Gerente Comercial: Nadia Diab Linale. Distribución : Marco Téllez.<br />
Distribución nacional: Douglas Azurduy. I m p re s i ó n : Papel Principal S.A.<br />
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4<br />
FERNANDO GONZÁLES<br />
SA LG U E R O es aficionado a<br />
la magia, arte que practica<br />
desde su infancia. Médico de<br />
profesión y pediatra, que<br />
solía introducir juegos e ilusiones<br />
para disipar el temor<br />
de los niños a los procedimientos<br />
médicos.<br />
CAMILA ROCHA SCARDINO<br />
es bailarina, actriz, docente y<br />
coreógrafa de danza contemporánea.<br />
Actualmente dirige<br />
y escribe obras de danza-teatro-performance.<br />
Trabaja<br />
como cocreadora en kiknteatr.com<br />
y es directora de<br />
la Compañía OpusNigrum.<br />
CARLOS MOREIRA ASCA-<br />
R RU N Z es paceño de corazón,<br />
amante de los símbolos,<br />
incluidas las letras. Productor<br />
audiovisual, redactor,<br />
guitarrista, fotógrafo y<br />
tarotista. Apuesta por una<br />
re-evolución poética por<br />
encima de una revolución<br />
política.<br />
FERNANDA GUIZADA DU-<br />
RÁN es artista plástica con<br />
especialidad en grabado, de<br />
la Academia Nacional de<br />
Bellas Artes Hernando Siles<br />
de La Paz. Diseñadora gráfica<br />
en formación, artista visual<br />
siempre<br />
ADRIÁN NIEVE es psicólogo.<br />
Trabajó en radio y televisión.<br />
Fue editor y columnista.<br />
Ha publicado las novelas<br />
El camino amarillo de Drog<br />
ot hy (2016) y H ay l ey<br />
(2018). Actualmente es escritor<br />
creativo en Nexus<br />
BBDO y editor en Editorial<br />
3 6 0 0.<br />
COLABOR ADORES 01|19<br />
MARTHA IRENE MAMANI es<br />
investigadora de la Fundación<br />
TIERRA. Se graduó en<br />
Sociología de la Universidad<br />
de La Habana. Feminista<br />
apasionada, con estudios<br />
del mundo rural y agrario.<br />
SERGIO MENDOZA REYES<br />
es periodista paceño egresado<br />
de la UCB. Obtuvo el Premio<br />
Nacional de Crónica El<br />
Deber en 2018. Actualmente<br />
cursa una maestría en Londres<br />
con la beca Chevening<br />
del Gobierno Británico.<br />
PABLO CINGOLANI (A rg e n -<br />
tina-Bolivia) es escritor y<br />
periodista. Radica en La Paz.<br />
Sus primeras publicaciones<br />
en Bolivia fueron ensayos y<br />
crónicas periodísticas en<br />
Presencia Literaria, la revista<br />
cultural del periódico Hoy y<br />
el semanario Criterio, el año<br />
1 9 87.<br />
CECILIA FERNÁNDEZ es<br />
museógrafa de profesión y<br />
fotógrafa apasionada por<br />
elección. Asegura que como<br />
ver no es suficiente, su corazón<br />
y su mente son el lente<br />
de su cámara.<br />
CLAUDIA DAZA es ascendente<br />
Tauro y luna en Leo.<br />
Ha procurado durante años<br />
comprender dónde está Júpiter<br />
en el cielo y a pesar de<br />
eso le ha rendido pleitesía<br />
sin mirarlo.<br />
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IDENTIKIT<br />
Texto y foto de Cecilia Fernández<br />
El origamista puro<br />
Una canoa. Ese fue su primer<br />
modelo y se lo enseñó su papá<br />
cuando tenía apenas 8 años. Sin<br />
duda fue el mejor regalo de su vida, el más<br />
querido, pues desde entonces Sergio Guarachi<br />
ha cultivado la pasión al mismo tiempo<br />
que dedicación al arte del origami. Más aún,<br />
el origami puro, dice él, que mantiene la tradición,<br />
la dificultad y el desafío de crear<br />
figuras que se realizan con un solo pliego de<br />
papel, sin cortarlo, porque también es<br />
posible, y de hecho otros origamistas lo<br />
hacen, realizar figuras con varios pliegues que<br />
se van uniendo.<br />
Está claro que le gustan los desafíos. Así<br />
sucedió cuando a sus 12 años se acercó a un<br />
vendedor de revistas, especializado en<br />
origami, para pedirle ayuda con una rosa que<br />
por más que intentaba e intentaba no encontraba<br />
la forma de descifrarla. Después de<br />
varias clases, precisamente un 24 de diciembre<br />
–recuerda bien pues pasó la Nochebuena<br />
plegando una y otra vez la famosa rosa–<br />
finalmente lo logró.<br />
Aunque sus obras son variadas, como<br />
Sergio Guarachi crea figuras con una sola pieza de papel.<br />
sombreros, lentes y figuras geométricas, las<br />
figuras que más le atraen son los animales,<br />
los personajes de ciencia ficción y los rostros.<br />
Pero lo que verdaderamente le apasiona es la<br />
libertad de crear y hacerlo con una sola pieza<br />
de papel.<br />
Sergio tiene 24 años y es presidente de la<br />
Sociedad Boliviana del Origami, y gracias a su<br />
talento ha representado a Bolivia en varias<br />
convenciones en Brasil, Perú y Argentina. Su<br />
mayor deseo es mostrar que el origami no es<br />
una simple manualidad, sino un arte mayor.<br />
6<br />
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PIRUETA NEGRA<br />
Camila Rocha Scardino<br />
La potencia Inmaterial del proceso de crear<br />
Ofrecer un giro en la mirada para la<br />
creación artística hacia lo invisible,<br />
lo sensible, lo Inmaterial, fue el<br />
propósito de la Residencia más innovadora y<br />
rica que le ha sucedido a<br />
Bolivia este año.<br />
Fueron 23 residentes<br />
que en abril inauguraron<br />
la primera versión<br />
de Inmaterial para convivir<br />
y profundizar en los<br />
procesos de creación,<br />
atribuyéndole al<br />
proceso mismo la fertilidad<br />
que nace en el<br />
encuentro e intercambio<br />
de pensamientos, realidades,<br />
fisicalidades y<br />
nociones del cuerpo, el<br />
espacio y el concepto<br />
para construir lenguaje.<br />
Quizá en el propio<br />
concepto del nombre<br />
radica la fuerza de esta<br />
residencia: Inmaterial,<br />
un camino donde la prisa no cabe, donde la<br />
ansiedad se sosiega y la no definición aparece<br />
como herramienta bendita que abre todas las<br />
posibilidades para –ú n i c a m e nte –gozar de la<br />
experiencia de crear.<br />
Florencia Garramuño (Argentina) plantea<br />
una maravillosa mirada hacia las artes en<br />
Latinoamérica a partir de su ensayo Inespecificidad<br />
en el Arte, que luego fue un hermoso<br />
l i b ro, Frutos Extraños. Prácticas de la no perte<br />
n e n c i a . Allí encontré la primera empatía<br />
hacia la idea de salir de los propios márgenes<br />
en los que nos estacionamos; aquella idea de<br />
una estética única, de las formas reconocibles<br />
en la danza y el teatro, la literatura y las artes<br />
gráficas, la pintura y hasta en la música. Bajo<br />
esa mirada sobre lo específico, crear sin caber<br />
en ningún molde se convierte en una obse-<br />
sión que no nos deja en paz y ojalá no lo haga<br />
nunca.<br />
Y es que pareciera que la necesidad de<br />
salir cuanto antes de lo que nos define<br />
comienza a ser imprescindible en las artes<br />
contemporáneas. Ofrecerse a uno mismo en<br />
el acto de crear; que el estado de alerta del<br />
cuerpo y los sentidos procuren mantenerse<br />
prestos a sumergirse en un flujo vital: eso es<br />
lo indispensable, ese será el verdadero alimento<br />
para el fundamento la obra, más allá<br />
de que ésta llegue a ser lo que se espera que<br />
sea.<br />
Inmaterial apostó y jugó a eso: abrirle un<br />
espacio a Bolivia para invitar a sus artistas a<br />
borrar el margen angustiante de lo que<br />
alguna vez decidimos pensar, ser, hacer, para<br />
así limitar nuestro potencial. Borrar, modificar<br />
las formas al crear, modificar el cuerpo, el<br />
pulso, la mente saturada de prejuicios, juicios<br />
y preceptos de lo aprendido antes. Y, quizá lo<br />
más importante, borrar la tensión y la pretensión<br />
de parir obras y lo<br />
que se espera de ellas. Y<br />
en vez de eso nutrirse<br />
del intercambio con el<br />
otro/los otros para construir<br />
la obra desde un<br />
lugar más orgánico, una<br />
obra que quizás surgirá<br />
porque tenga que<br />
hacerlo y no porque forcemos<br />
su existencia.<br />
Las prácticas colectivas<br />
en esta residencia<br />
posibilitaron procesos y<br />
modos de producción en<br />
constante transformación<br />
y contaminación<br />
mutua. ¡Qué exitosa<br />
apuesta fue apuntar a<br />
todo esto!<br />
Inmaterial fue beneficiaria<br />
de la plataforma Iberescena 2018, que<br />
por primera vez aconteció en el país. Gracias<br />
a ello llegaron Luis Moreno Zamorano, de<br />
Chile; Cuqui Jerez, de España; Eleonora<br />
Fabiao, de Brasil; y se dio cobijo a 20 artistas<br />
bolivianos. El Centro Cultural de España en La<br />
Paz fue el albergue bajo la indispensable<br />
mirada de María Pérez, para nutrir e impulsar<br />
la cultura y las artes contemporáneas en<br />
Bolivia. Y los gestores de esta idea fueron<br />
nada más y nada menos que Gaba Claros,<br />
Juanqui Arévalo y Elena Filomeno. ¡Bravo por<br />
todos ellos!<br />
Resultó tan buena la experiencia que<br />
ganaron por segunda vez el apoyo de Iberescena,<br />
de modo que tendremos Inmaterial<br />
2019. Así que prepárense, que esto se pone<br />
cada vez mejor.<br />
FOTO GABA CLAROS<br />
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A G E N D A<br />
LA ESCOBA esCULTURAL<br />
Claudia Daza<br />
Un año para comernos mejor<br />
HAY GENTEque se<br />
desespera y<br />
mucho, porque<br />
necesita saber<br />
qué pelis, qué<br />
series, qué artistas,<br />
qué matrimonios,<br />
qué homenajes tendremos en el<br />
futuro. Y nos lanzamos al éxito con el<br />
tarot, con la lectura de naipes, con la<br />
borra del café, con el morado del api; pero<br />
a veces funciona más una whatssa peada<br />
para preguntar qué cositas podemos<br />
esperar para el 2019.<br />
De entrada, en la ciudad de La Paz se<br />
nos acaba el año en el que fuimos la<br />
Capital Iberoamericana de Culturas,<br />
pero se nos viene un trabajo intenso con<br />
la comida y el turismo porque pasaremos<br />
a ser la Capital Iberoamericana de la Gastronomía,<br />
o sea, chau dietas, porque fija<br />
se vienen eventos de todo tipo donde los<br />
agasajados serán nuestros vientres.<br />
Sin embargo, ya entrando a hilar fino<br />
en el arte, los primeros brochazos de<br />
algunos artistas y gestores son los que<br />
sig uen:<br />
PARA NUESTRA BIBLIOTECA<br />
El escritor y editor de 3 600 , Willy<br />
Camacho, manda un mensaje de audio en<br />
el que cuenta que para este año se vienen<br />
varios poemarios, entre ellos Te m p o ra l i a<br />
7, de Cergio Prudencio. Así también la<br />
continuidad del Proyecto Tinta Fresca,<br />
ese espacio dedicado a los jóvenes escritores.<br />
Este año Mauricio Murillo estará<br />
supervisando y trabajando con la escritora<br />
de 16 años Renate Eiffel; Wilmer<br />
Urrelo trabajará con Pedro Sánchez; y<br />
8<br />
Camila Urioste con Tito Saldaña. Para<br />
marzo se viene el plato fuerte, ya que se<br />
publica la novela Días detenidos, de<br />
Guillermo Ruíz, el reciente ganador del<br />
Premio Nacional de Novela.<br />
LAS TABLAS NOS ESPERAN<br />
En el Teatro Municipal Alberto Saavedra,<br />
el comité asesor se reunirá a mediados<br />
de enero para revisar los proyectos de este<br />
año. Pero para atenuar nuestra impaciencia,<br />
acudimos a dos teatros que tienen un<br />
formato similar.<br />
En la ciudad de La Paz tenemos al<br />
Teatro Nuna que nos señala que para su<br />
quinta versión Fe s t i n u n a piensan traer<br />
al bajista Richard Bona. Por supuesto<br />
que también quieren darle continuidad a<br />
los miércoles de teatro con la productora<br />
Tea tro. bo , además de contar con<br />
Patricia García y Fernando Arze.<br />
Luis Daniel Iturralde, director del<br />
Nuna, nos adelanta algunas presentaciones<br />
hasta febrero como Música de Maest<br />
ro s ,G o go b l u e s y la obra Ta n a to l o g í a s ,<br />
de Oscar García. También comenta que<br />
piensa traer a un profesor suyo de Costa<br />
de Marfil para armar talleres de percusión<br />
en su Escuela RunaTiña.<br />
El otro teatro, en Santa Cruz, es<br />
Me ra k i . Para eso nos toca escribir a<br />
Ronaldo Vaca Pereira, quien agradecido<br />
nos pasa el dato de que ya nomás estarán<br />
festejando sus dos años. Y que para cerrar<br />
su programación de enero y febrero<br />
tendrán la presencia de Javicho Soria, un<br />
par de especiales con los cantantes cruceños<br />
Verónica Aguilera yA braham<br />
www. p a g i n a s i e te. b o DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 1 9<br />
FOTO: PIXABAY
Ro b l e s . También retornarán los ciclos<br />
de cine nacional y los shows interactivos<br />
con micrófono abierto, una de sus<br />
actividades más interesantes ya que es el<br />
público el que sube al escenario y se<br />
prueba como artista.<br />
En cuanto a algún taller interdisciplinario<br />
podríamos destacar el que se realizará<br />
en el BAFOPA Z, donde Mar ta<br />
Mon zó n estará compartiendo conocimientos<br />
básicos de interpretación teatral<br />
con los bailarines de danza folklórica de<br />
la Compañía. Se vienen con todo.<br />
UN AÑO DE CICLOS<br />
En su afán por nutrir las actividades<br />
del Cine Teatro 6 de Agosto, su director,<br />
Javier Badani, cuenta que piensa tener<br />
sábados de cine para niñosdurante tres<br />
meses continuos en alianza con el Festi -<br />
val Colibrí.<br />
También habrá un ciclo de cine dedicado<br />
a Erika Lust, la directora que nos<br />
plantea el erotismo desde la mirada femenina.<br />
Sus seguidoras estaremos agradecidas<br />
y esperaremos pacientemente el mes<br />
de junio, pues verla en cine obvio que es<br />
una delicia más que especial.<br />
Para el mes de febrero nos adelanta<br />
que se llevará a cabo el ciclo de cine<br />
Arqueología de la mirada, sesiones con<br />
conversatorios entre el poeta chileno<br />
Fernando van de Wyngard y el crítico<br />
Puka Reyes Villa. Entre las películas del<br />
ciclo están La llegada del tren yEl Perro<br />
An d a l u z .<br />
Y así, algunos apuntes para tomar en<br />
cuenta este año en el que comeremos<br />
mucha cultura. Un año de estreno de la<br />
segunda película de Gory Patiño,<br />
Ps e u d o . También nos adelantan ya el<br />
estreno de Marcha de órdenes, película<br />
que llega de la mano de Perro Petardos<br />
desde la ciudad de Oruro. Un principio<br />
de año para todavía evaluar el que ya fue,<br />
pero también para lanzarnos con nuestros<br />
POAS culturales, seguir luchando<br />
por el arte, seguir planteando una vida de<br />
goce y seguir interpelando a esos oídos,<br />
ojos y corazones que buscan alimento<br />
espirit ual.<br />
DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 1 9<br />
GIRAS PARA VIAJEROS<br />
Para aquellos a quienes les escuecen<br />
los pies y quieren irse por un concierto<br />
cercano, pues a Sudamérica llegan giras<br />
de ensueño. Este 2019 nos visitan Pa u l<br />
McCartney, Muse, Metallica, Iron Maiden,<br />
Artic Monkeys, Ed Sheeran, Luis<br />
Miguel, Stone Temple Pilots, Pablo Milanés,<br />
Slash, Lacrimosa, Amorphis y<br />
C h aya n n e , entre otros.<br />
En pocas, un año para destinar nuestro<br />
dinerito al capital cultural, para nutrirnos<br />
de otra manera, para no morir de<br />
hambre en el intento, para entregarnos al<br />
escenario de una y sin arrepentimiento.<br />
Que se vengan los sueños anticipados.<br />
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9
M A PAS<br />
Pablo Cingolani<br />
Cartografía íntima<br />
Trazar las líneas del destino que se quiere seguir. Dibujar, juntar, armar,<br />
mezclar, fusionar, proyectar, cruzar, borrar fronteras, caminar, pisar. and ar.<br />
Es tu mapa, no lo olvides. Tu tatuaje en la piel del mundo.<br />
HAGAN MAPAS;<br />
no escriban más:<br />
hagan mapas,<br />
mapas, líneas,<br />
coorde nadas,<br />
planes para cruzarlas,<br />
entretejerlas,<br />
entretenerlas,<br />
tenerlas, poseerlas:<br />
mapas que<br />
sean una extensión<br />
de tu piel, de<br />
tus oídos: escucha<br />
a tu alrededor y<br />
luego dibuja, haz el mapa, componlo, trázalo, destrózalo,<br />
vuelve a componerlo: es tu mapa, no te olvides.<br />
Hagan mapas; junten los mapas, armen una colección, un<br />
atlas, una cartografía propia, personal, intransferible: reúnan<br />
todas las líneas, mézclenlas, fusionen, caminen sobre ellas:<br />
abolirán las fronteras entre los mapas y ustedes, entre los<br />
mapas y la piel del mapa que no es más que tu piel proyectada,<br />
tu piel que reclama un horizonte, reclama destino, derrotero,<br />
mares, miedos, medusas, monstruos acechando, islas a la<br />
deriva: encuentra las islas y luego bórralas del mapa; escóndelas<br />
pero no las olvides: son tu refugio, tu amparo<br />
Hagan mapas, marcas, mojones, apachetas, reúne piedras,<br />
álzalas, desmorónalas, vuélvelas a alzar, dale un nombre –un<br />
nombre secreto, sólo para vos, sólo para el viento–y luego sigue<br />
el rumbo que te dicta el corazón, sigue trazando tu mapa.<br />
Hagan mapas, no te canses, no te olvides: atrévete, levanta<br />
tus faros, yérguelos, piedra sobre piedra, y encima coloca una<br />
luz –tu luz–, una luz –un fuego, tu luz–tan potente que refleje<br />
los índicos y los índigos y los ocres del mundo, y la luz que los<br />
devele pero sólo para vos, es tu mapa, no te olvides, no te<br />
canses: nadie lo trazará por ti porque a nadie le importa que<br />
tengas uno, que atesores un mapa, que atesores tu mapa.<br />
Hagan mapas, bellos mapas, mapas llenos de montañas y<br />
manglares, mapas colmados de desiertos y de estrellas, mapas<br />
que derramen sures y prometan oestes, mapas que chorreen<br />
magia y ron, tabaco y misterio, mapas con muchos dioses agazapados<br />
en las encrucijadas, en los caminos solitarios, en los<br />
perdidos senderos donde sólo los dioses pueden hallarse,<br />
habituarse, danzar, resistir, habla con ellos, convócalos y<br />
habla con ellos y que ellos te guíen más allá, más allá donde ni<br />
el mapa podrá llegar, sólo la intención del mapa, sólo tu deseo<br />
de cartografías, sólo tu sed del mundo, sólo el mundo.<br />
Hagan mapas, bellos y deslumbrantes mapas, mapas que<br />
de tan antiguos parezcan invisibles, olvidados, ajenos, sabes<br />
que ellos no te engañarán, sabes que ellos te guiarán por<br />
siempre porque son tuyos, son tus mapas; son tu tatuaje en la<br />
piel del mundo: son el mundo que va tatuado tan adentro tuyo<br />
que nadie, jamás, podrá desmentirlo y desmentirte, nadie,<br />
jamás, por siempre, podrá arrancarlo de ti, nadie, jamás, podrá<br />
hacer que lo olvides.<br />
10<br />
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FOTO PIXABAY<br />
DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 1 9<br />
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11
C R O N I Q U I TA<br />
Texto y fotos Sergio Mendoza<br />
Lo n d re s<br />
El sueño de<br />
ir a prisión<br />
Ser arrestados tantas veces como sea<br />
posible. Eso buscan los integrantes de un<br />
movimiento ambientalista nacido en<br />
Londres, que se expande rápidamente por<br />
el resto del mundo. Apuestan por una<br />
guerra pacífica para frenar el<br />
calentamiento global.<br />
SENTADA BAJO las gradas<br />
del primer piso, Amy Pritchard<br />
(33) saca de una<br />
carpeta verde un montón<br />
de papeles y revisa los<br />
delitos por los que la<br />
Policía la ha arrestado.<br />
Sus dedos escanean esos documentos y se<br />
detienen cada que encuentran un tipo<br />
penal. “Daños a la propiedad”.“Obstr ucción<br />
de la vía”.“Alboroto público”. La han<br />
arrestado por cada caso: tres veces en una<br />
misma semana.<br />
Antes de conversar, Amy se mueve al<br />
menos a tres lugares distintos dentro el<br />
edificio. Aquí sí, aquí no, mejor aquí.<br />
Busca un sitio cómodo para explicarse<br />
mejor. Al final se detiene para sentarse<br />
sobre un sillón de cuero negro debajo de<br />
las gradas. Habla pausado, escogiendo las<br />
palabras. Trae una camiseta roja con<br />
figuras de bicicletas blancas impresas en<br />
el pecho, unos pantalones morados<br />
12<br />
pegados a sus piernas y zapatos oscuros<br />
diseñados para durar. El cabello ondulado,<br />
aún sujeto en una cola de caballo,<br />
está alborotado.<br />
En los registros de la Policía ella<br />
figura como delincuente. Pero ése es precisamente<br />
su propósito. Desde hace un<br />
tiempo, ser arrestada se convirtió para<br />
ella en una responsabilidad moral.<br />
“En realidad, no lo veo como un problema.<br />
Tal vez deba pagar una multa de<br />
dinero, pero puedo hacerlo en cuotas a<br />
largo plazo. No tengo trabajo, no tengo<br />
casa, estoy en una posición en la que…<br />
(pausa, piensa) Y se siente bien dar un<br />
nuevo paso. Y creo que es necesario para<br />
mí en este contexto. Sí…, tal vez no<br />
pueda viajar a algunos lugares por mis<br />
antecedentes. Está bien. De todos<br />
modos necesito dejar de viajar. Esto<br />
puede afectar mi vida un poco, pero no<br />
mucho. Creo que es mi deber hacer<br />
e s to ”.<br />
Fue un artículo de opinión publicado<br />
en The Guardian, en junio pasado, el que<br />
convenció a Pritchard. Cuando lo leyó se<br />
dio cuenta, por primera vez, que la humanidad<br />
está amenazada de muerte y que no<br />
le queda mucho tiempo. Fue así que<br />
decidió unirse a Extinction Rebellion<br />
(XR, rebelión contra la extinción), un<br />
grupo de activistas que en octubre<br />
www. p a g i n a s i e te. b o DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 1 9
pasado inició una guerra contra el<br />
cambio climático con Londres como<br />
punto de partida. Una campaña que se<br />
basa en tres demandas hacia el gobierno<br />
británico, y que ahora se replica en otros<br />
países. Las demandas son: Que el<br />
Gobierno diga la verdad sobre el desastre<br />
medioambiental, que se reduzcan las<br />
emisiones de dióxido de carbono a cero<br />
DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 1 9<br />
para el año 2025, y que se establezca una<br />
asamblea de ciudadanos para supervisar<br />
estos ajustes.<br />
Estos sujetos que andan pegando carteles<br />
en plazas y calles pretenden<br />
quebrar el sistema, llamar a la desobediencia<br />
civil y ser arrestados tantas veces<br />
como puedan. Ya han logrado algunos<br />
avances. El 17 de noviembre, más de 80<br />
fueron arrestados en una de las mayores<br />
manifestaciones que Londres vio en los<br />
últimos 30 años, cuando cientos de ellos<br />
bloquearon cinco puentes sobre el río<br />
Támesis y paralizaron el tráfico vehicular.<br />
Para el 20 de diciembre había más de<br />
160 arrestados por manifestaciones<br />
frente a edificios públicos, calles bloqueadas<br />
y paredes pintarrajeadas.<br />
www. p a g i n a s i e te. b o<br />
13
C R O N I Q U I TA<br />
Una guerra sin violencia<br />
En el ingreso a las oficinas de XR, en un<br />
edificio llamado Grey Coat Place, una<br />
mujer lindísima pide a todo aquel que entra<br />
que “por favor”firme un compromiso de<br />
confidencialidad. Así se asegura que la<br />
información sensible no llegue “a manos<br />
enemigas”. Cerca de ella, unas seis personas<br />
trabajan frente a sus laptops. En las paredes<br />
del lugar, láminas de papel nailon exhiben<br />
las reglas del grupo y contienen esquemas<br />
de las futuras operaciones.<br />
Los coordinadores del grupo están<br />
reunidos en una pequeña sala, ideando<br />
algo. De allí sale un hombre alto y<br />
delgado, el cabello atado como cola de<br />
caballo, gris en su mayor parte, al igual<br />
que la barba. Roger Hallam (52) es el<br />
autor del artículo que conmovió a Amy a<br />
luchar por el medio ambiente.<br />
Se presenta como uno de los organizadores<br />
de XR, investigador en un doctorado<br />
de la universidad King’s College, especializado<br />
en activismo político. Antes de liderar<br />
esta guerra ambientalista Roger pasó 20<br />
años como agricultor orgánico en Gales y<br />
ya en 1980 se involucró en el movimiento<br />
pacífico británico contra las armas nucleares.<br />
En los últimos 12 meses lo arrestaron al<br />
menos 10 veces por manifestaciones de<br />
todo tipo.<br />
Viste de modo sencillo, suéter rojo,<br />
pantalón oscuro y zapatillas tipo “chapul<br />
ines”. La guerra contra el sistema lo tiene<br />
ocupado y aunque espera un buen resultado<br />
está más enfocado en la lucha<br />
misma. “Obviamente tratamos de ganar,<br />
pero el asunto principal es el honor y el<br />
deber. Honor y deber hacia los hijos,<br />
hacia tu comunidad”, dice abriendo los<br />
ojos, con la mirada fija en su interlocutor,<br />
para luego añadir: “Voy a pelear esta<br />
batalla de todas las maneras no violentas<br />
que pueda”.<br />
Para él, la guerra pacífica es la mejor<br />
forma de convencer a un gobierno de que<br />
se necesitan reformas. Con las piernas<br />
cruzadas, platicando en un rincón cerca a<br />
su oficina, Roger recuerda ejemplos de<br />
estrategias similares que tuvieron éxito y<br />
que aún son recordadas por la humanidad<br />
como hitos históricos: Mahatma<br />
Gandhi y su lucha en la India contra el<br />
14<br />
La estrategia: Dos<br />
millones de activistas,<br />
5.000 como parte de<br />
estrategias de<br />
desobediencia civil,<br />
y al menos 500<br />
personas encerradas<br />
tras las rejas.<br />
Imperio Británico (1920), o Martin<br />
Luther King batallando por los derechos<br />
humanos en los Estados Unidos en los<br />
años 60. “Cuando te arrestan porque<br />
luchas y crees en una causa, la gente<br />
respeta tu compromiso y algunos hasta<br />
se unen a ti”, repite.<br />
Gail Bradbrook, otra organizadora,<br />
explica las metas numéricas que se<br />
habían fijado para obtener resultados<br />
Integ<br />
egrantes de Extinction Rebellion. R<br />
Cuantas as más veces v<br />
sean arres<br />
estados, mejor.<br />
poco antes de que se lanzara el movimiento<br />
XR. Necesitaban dos millones de<br />
personas que apoyaran al grupo de forma<br />
activa, 5.000 que formaran parte de estrategias<br />
de desobediencia civil, y al menos<br />
500 personas encerradas tras las rejas. “El<br />
sacrificio es esencial para conseguir<br />
camb ios”, dice Bradbrook. Pero se<br />
entiende, no es obligatorio. Por eso,<br />
cuando alguien trata de unirse a la<br />
campaña se le pregunta en un formulario<br />
a través de internet hasta dónde está dispuesto<br />
a llegar. ¿Ser arrestado tal vez?, ¿ir<br />
a prisión por un corto tiempo?<br />
“Si me dejan ir, lo haré de nuevo”, les<br />
dijo a los policías Liam Geary Baulch (29)<br />
el día que lo arrestaron. Fue el 31 de<br />
octubre y estaba acostado frente al edificio<br />
del Parlamento en Londres; había bloqueado<br />
el paso junto a otros manifestantes.<br />
En las fotografías se ve que lucía<br />
tranquilo. Pelo largo, camisa rosada y<br />
corbata verde, rodeado por uniformados<br />
que lo observaban listos para levantarlo y<br />
llevárselo a una patrulla.<br />
Bloquear vías, pintarrajear paredes y<br />
hasta pegarse (sí, con pegamento) uno<br />
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mismo a los edificios del Estado no son<br />
delitos tan graves. Más aún si a los policías<br />
se los recibe con una sonrisa, se les<br />
explica el motivo con cortesía y se los<br />
acompaña sin remilgos a la patrulla. Este<br />
grupo de revoltosos hasta utiliza pintura<br />
que se quita con agua para no dañar el<br />
bien público. Es por eso que usualmente<br />
los detenidos son liberados y ahí se acaba<br />
el asunto. Aunque la Policía bien puede<br />
iniciar procesos penales si así lo decide y<br />
si encuentra pruebas suficientes. Las<br />
sanciones van desde multas hasta encarcelamientos,<br />
pero esto último sólo en<br />
casos extremos.<br />
“Ellos (los policías) no quieren que<br />
crezca la cantidad de gente procesada<br />
por estos actos, por eso nos tratan de<br />
forma leve. Por ejemplo, mi caso aún está<br />
en investigación hasta que ellos decidan<br />
si inician un proceso. Puede ser mañana,<br />
puede ser el próximo año, o nunca”,<br />
explica Baulch.<br />
DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 1 9<br />
Marionetas de la industria<br />
24 de noviembre de 2018. Una muchedumbre<br />
se reúne en la entrada de un edificio<br />
del Gobierno en Londres. Se recuestan<br />
sobre el piso con bolsas para dormir<br />
junto a carteles que hacen referencia al<br />
calentamiento global. Entre estos dormilones<br />
pasean tres hombres, también con<br />
carteles y folletos, pero con mensajes<br />
opuestos como: “El dióxido de carbono es<br />
el gas de la vida”.“El ‘cale ntamie nto<br />
gl oba l’es un engaño para subir los<br />
precios de la energía”.“La rebelión de la<br />
extinción es una protesta falsa”.<br />
Uno de los tres hombres es Piers<br />
Corbyn (71), investigador del cambio climático<br />
desde sus 15 años. Cabello cano<br />
revuelto, anteojos de marco grueso y<br />
largo abrigo gris. Él asegura que XR<br />
engaña a las personas, que no es un movimiento<br />
ambientalista sincero, sino una<br />
marioneta al servicio de las grandes compañías<br />
petroleras que buscan incrementar<br />
los precios de la energía.<br />
“Un alto porcentaje de personas muere<br />
cada año debido al aumento en el precio de<br />
la energía y la escasez impuesta por las políticas<br />
de ‘cambio climático’. La ONU quiere<br />
continuar con este ‘genocidio verde’. Hay<br />
que ponerle fin y exigir energía al costo. No<br />
a las vastas ganancias de las grandes compañías<br />
petroleras, no a los estafadores de<br />
datos climáticos”, dice Corbyn.<br />
Existe evidencia, asegura él, de que el<br />
dióxido de carbono no es producto de la<br />
actividad humana, sino una consecuencia<br />
natural que bien podría salvar al<br />
planeta porque en realidad es un alimento<br />
para las plantas. Por ejemplo, un<br />
artículo publicado en la revista Nature<br />
Climate Change, en abril de 2016, afirma<br />
que en los últimos 35 años la tierra se ha<br />
vuelto más verde debido al aumento de<br />
los niveles de dióxido de carbono en la<br />
atmósfera. La idea del calentamiento<br />
global y la contaminación es un teatro<br />
armado con la complicidad de ambientalistas,<br />
políticos y científicos al servicio de<br />
las industrias petroleras, añade Corbyn,<br />
convencido de lo que dice.<br />
Pero más allá de estas teorías conspirativas,<br />
algunos analistas también cuestionan<br />
la factibilidad de las demandas de<br />
XR, como reducir por completo la<br />
emisión de dióxido de carbono para<br />
202 5.<br />
Y aunque los planes son ambiciosos,<br />
el sueño continúa. Roman Paluchmachnik<br />
(25), un pelirrojo de chompa<br />
azul y jean negros, se muestra entusiasmado<br />
con la cantidad de países que se han<br />
unido al movimiento. Son al menos 23<br />
países repartidos por todo el mundo y sus<br />
continentes. Norte América, Sud<br />
América, África, Europa, Australia y Asia<br />
ya han sido copados y esto es algo que<br />
recién comienza. “En abril de 2019 vamos<br />
a tener una rebelión internacional. Cerca<br />
de 30 países, todos en el mismo día”,<br />
anuncia Hallam antes de encerrarse nuevamente<br />
en esa pequeña oficina para discutir<br />
cómo lograr que más gente sea<br />
arrestada y así cambiar el mundo.<br />
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15
CRÓNICA<br />
Martha Irene Mamani<br />
Fotos Rubén Martínez<br />
Siempre en el mismo lugar de la ciudad d de La Paz P<br />
y<br />
sólo cuando la noche cubre la urbe, cente<br />
ntenares nares de<br />
campesinas instalan sus s s puestos<br />
“clandestinos”<br />
donde negocian, regate<br />
atean an y, muy a menudo<br />
nudo,<br />
rematan sus s s cosechas. . Ni bien n la ciudad d despierta,<br />
emprende<br />
nden n sigilosas el retor<br />
orno a sus s s comunidades<br />
des.<br />
16<br />
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La travesía de<br />
las campesinas<br />
insomnes<br />
DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 1 9<br />
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17
CRÓNICA<br />
CADA<br />
LUNES Y JUEVES por la noche, decenas de camiones de<br />
carga, buses y minibuses interprovinciales irrumpen en la<br />
ciudad de La Paz por la zona Sur. Se mueven casi silenciosos y<br />
más tarde desaparecerán de la misma manera. Trepan las<br />
calles y avenidas que conectan con la céntrica zona de San<br />
Pedro hasta instalarse en inmediaciones del mercado Rodríguez.<br />
Los camiones, viejos y polvorientos, tiñen de aire campesino<br />
la ciudad. Esta travesía se extiende hasta pasada la<br />
medianoche y es el principio del mayor mercado nocturno de<br />
alimentos que acaece cada madrugada de martes y viernes.<br />
Las productoras no tienen puestos fijos, no pueden permanecer<br />
por mucho tiempo en los lugares “cl an d es ti n os ”en<br />
los que se instalan porque la ciudad, apenas despierta, las aborrece.<br />
Además, con los primeros rayos del sol tienen que retornar<br />
a sus comunidades a cuidar de sus cultivos, animales e<br />
hijos. Los compradores no son los consumidores finales, sino<br />
los revendedores, la mayoría mujeres, llamadas a lak ipa s en<br />
aymara. Ellas, bajo la luz del día, comercializarán los productos<br />
al por menor en el céntrico mercado Rodríguez y en otros<br />
mercados importantes de la ciudad.<br />
Los alimentos frescos, como repollo, lechuga, coliflor y<br />
brócoli, están embalados en c h’i pa s , una malla de cuero que<br />
empaca los productos revestidos de plástico, pajas y hojas<br />
frescas. También transportan en cajas y sacos una gran variedad<br />
de hortalizas, verduras, frutas, flores y tubérculos. El cargamento<br />
llega desde comunidades campesinas perdidas en las<br />
faldas de los nevados Illimani y Mururata, y desde la cuenca<br />
del río La Paz. Algunas de las comunidades que alimentan a los<br />
paceños son Murucato, Palljo, Tawapalca, Illimani, Cebollullu,<br />
Zona Zona, Palomar, Chañoraña, Huaricana, Challja,<br />
Tirata, Cohoni y Quillihuaya.<br />
18<br />
****<br />
Todo comienza muy temprano en las comunidades,<br />
mucho antes de que el sol levante el día. A esas horas de la<br />
mañana las familias cosechan los productos, los embalan y<br />
luego los transportan hasta los caminos principales. Al atardecer<br />
los hombres tienen la extenuante labor de cargar los<br />
camiones y asegurase de despacharlos antes que las sombras<br />
nocturnas comiencen a recubrir el paisaje. Las mujeres tienen<br />
la tarea de comercializar la producción en la madrugada;<br />
algunas llegan antes que los camiones a la ciudad de La Paz<br />
para esperar el cargamento, otras, las que tienen acuerdos<br />
previos con los cargadores, llegan mucho después. Emprenden<br />
el viaje en minibuses y buses –algunos arcaicos y destartal<br />
ad o s –que también transportan cargas pero de menor peso y<br />
volumen. Ellas –jóvenes, adultas, ancianas–desafían la<br />
penumbra urbana, saben mejor que nadie cómo funciona el<br />
mercado, sus bondades y crueldades, sus resquicios y el contexto<br />
hostil. Raúl Tambo, uno de los agricultores de edad<br />
avanzada que vive en la comunidad Quillihuaya, en el municipio<br />
de Palca, explica el papel central de las mujeres: “ellas ya<br />
saben cómo negociar, regatear y defenderse”.<br />
Una vez que ubican los camiones en los que sus esposos<br />
despacharon los alimentos, ellas proceden a descargar con<br />
ayuda de cargadores y ayudantes. No todo está a la deriva, la<br />
noche no es necesariamente sinónimo de caos y confusión.<br />
Dentro de ese aparente desorden hay roles, tiempos y espacios<br />
definidos. El cargamento que llega es acomodado por sectores:<br />
la mayoría de los productores de Illimani (municipio de Palca)<br />
se instalan en inmediaciones de la calle Zoilo Flores; general-<br />
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Los compradores no son los<br />
consumidores finales sino los<br />
revendedores, la mayoría mujeres,<br />
llamadas alakipas. Ellas, bajo la luz<br />
del día, comercializarán los<br />
productos al por menor en el céntrico<br />
mercado Rodríguez y en otros<br />
mercados importantes de la ciudad.<br />
Los bultos de alimentos se<br />
confunden con personas que<br />
yacen a lo largo de las calles y<br />
sobre las frías aceras.<br />
C h’ipas en el camino, listas para<br />
ser transportadas a la ciudad.<br />
mente los de Río Abajo (municipio de Mecapaca) ocupan la<br />
calle Luis Lara. Y dentro de cada sector y zona ocupada, las<br />
mujeres se organizan por comunidad, y al interior cada familia<br />
productora se instala según el orden de llegada.<br />
Como es de esperar, no existe información oficial sobre los<br />
volúmenes de alimentos que se transan. Según una estimación<br />
aproximada de Roxana Benítez, Jefa de la Unidad de Mercados<br />
del Gobierno Municipal de La Paz, ingresan por día unos<br />
40 camiones de productos frescos desde Palca y Río Abajo. Por<br />
su parte, René Aruquipa, Alcalde del Gobierno Municipal de<br />
Palca, estima que cada comunidad saca de cinco a seis camiones<br />
por semana y que por Río Abajo entran a la feria unos 200<br />
camiones semanalmente.<br />
Vi g i l i a<br />
Aproximadamente a la una de la madrugada, las mujeres<br />
terminan de instalar sus puestos de venta en los sitios provisionales.<br />
Esperan el momento de la venta acurrucadas sobre la<br />
calzada, arrimadas a sus cargamentos. Algunas tratan casi<br />
inútilmente de agarrar retazos de sueño, unas ríen y otras tejen<br />
conversaciones en su idioma nativo, aymara y algo de caste-<br />
DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 1 9<br />
llano, mientras vigilan sus productos acullicando hojas de<br />
coca. Los bultos de alimentos se confunden con personas que<br />
yacen a lo largo de las calles y sobre las frías aceras. Son<br />
posadas improvisadas donde no faltan niños y niñas junto a<br />
sus madres.<br />
****<br />
Virginia es una de estas campesinas insomnes. Está instalada<br />
en la calle Zoilo Flores y mientras se prepara para dar de<br />
lactar a su bebé expresa su preocupación porque su cosecha<br />
no arribó. A pesar de ese contratiempo, el hecho de no estar<br />
sola ilumina su semblante. Está rodeada por decenas de<br />
mujeres de su comunidad, Huaricana, ubicada en el municipio<br />
de Mecapaca. Las más de 300 familias que viven allí venden su<br />
cosecha en la calle Rodríguez esquina Zoilo Flores, aunque no<br />
siempre están todas al mismo tiempo ni el mismo día. Esto<br />
depende en parte del calendario agrícola, pero sobre todo del<br />
potencial productivo de sus tierras. En promedio cada lunes y<br />
jueves llegan de seis a siete camiones de esa comunidad. Mercedes<br />
es otra agricultora y es también amiga de Virginia.<br />
www. p a g i n a s i e te. b o<br />
19
CRÓNICA<br />
Ambas conversan amenamente para mantenerse en vigilia<br />
mientras esperan la llegada de sus cargas. Desprecian el sueño<br />
porque vender sus cosechas es una de las tareas decisivas en<br />
sus vidas. Si no vendemos no hay plata, dicen.<br />
—Virginia, ¿hoy no dormirás?, ¿dormirás cuando retornes<br />
a tu casa? —pregunto a modo de romper el hielo.<br />
La mujer joven suelta una risa irónica porque, a todas<br />
luces, la pregunta es tonta. Atina contestar: “tras nocharse<br />
siempre es”. Para ella, es imposible dormir las noches en que<br />
debe vender sus productos. Tendrá que regatear buscando el<br />
mejor precio posible y evitar quedarse con saldos porque sería<br />
atroz retornar a Huaricana con las c h’i pa s y cargas sin vender o<br />
entregarlas a las a l aki pa s en calidad de fiado. Y en unas horas,<br />
cuando esté de nuevo en su casa, por supuesto que no dormirá.<br />
En el campo es inconcebible dormir de día.<br />
Vender por la noche es la única elección posible para los<br />
productores de alimentos. Están obligados a hacerlo como si<br />
se tratase de una actividad delincuencial. “Siempre fue así,<br />
nuestros abuelos han vivido lo mismo”, cuenta Virginia. Y<br />
Katherine Fernández, investigadora e impulsora de la Plataforma<br />
Agrobolsas Surtidas, explica que los agricultores<br />
comercializan sus productos de noche porque es el único<br />
momento en que pueden vender. De día esas calles están reservadas<br />
para los minibuses y las aceras tienen “d ue ñ os ”a cada<br />
paso. Se adaptaron a un horario clandestino, nocturno, como<br />
si se tratase de una actividad ilegal. Según Aruquipa, la autoridad<br />
edil de Palca, la raíz de esta estrategia campesina está en la<br />
falta de mercados para los productores.<br />
Mercedes sabe que la falta de mercados para el productor<br />
es un problema sin solución. Ella es una de varias mujeres que<br />
no se quedaron con los brazos cruzados. Recuerda que, junto<br />
a sus compañeras, varias veces reclamó ante las autoridades<br />
locales no solo por un mercado, sino por los maltratos que<br />
reciben. Pero nadie escuchó sus pedidos. “Fue en vano”, dice<br />
resignada. Por su parte, Virginia recuerda que sus abuelos<br />
tenían puestos de venta en uno de los cuatro bloques del<br />
mercado Rodríguez llamado Belén. Pero el lugar quedó chico<br />
hace muchos años. Se sabe que la abuela de Virginia tenía un<br />
puesto pequeño donde apenas cabía una c h’i pa y que hasta hace<br />
poco estaba ocupada por una de sus hijas. Sus otros cinco<br />
hijos, incluyendo la mamá de Virginia, no llegaron a tener<br />
cabida en el lugar. Hoy en día ese puesto sirve más para depósito<br />
que para venta.<br />
****<br />
Pero aparentemente no todo está mal, según explica<br />
Teddy Fernández, responsable de Ferias Agropecuarias de la<br />
Agencia de Desarrollo Económico Local del municipio de La<br />
Paz. Actualmente, esta Agencia está impulsando la creación<br />
de mercados alternativos dada la saturación y obsolescencia<br />
de los mercados tradicionales. El Mercado Campesino<br />
Zenobio López, ubicado en la final Villalobos, en Villa<br />
Armonía, es uno de estos emprendimientos inicialmente<br />
orientado al fortalecimiento de circuitos cortos de comercialización<br />
del área metropolitana que comprende los municipios<br />
de Achocalla, Palca, Mecapaca, Viacha, Laja y El Alto. Sus<br />
40 carpas, cada una con dos puestos de venta rotativos, se<br />
activan una vez al mes. Pero esta iniciativa que arrancó en la<br />
gestión municipal de Juan del Granado aún no termina de consolidarse<br />
del todo. Los temas políticos por conflictos limítrofes<br />
irresueltos entre municipios también tienen peso a la hora<br />
de coordinar, alega Fernández.<br />
De vuelta al mercado Rodríguez donde las mujeres conversan<br />
aguardando el momento de la venta, a las dos de la<br />
madrugada casi todos los camiones completaron el viaje,<br />
incluyendo el que trajo la carga de Virginia. Los únicos<br />
hombres que se mueven entre las sombras son los estibadores,<br />
así llamados ahora ante el sentido despectivo que adquirió la<br />
palabra “car gado res”o, en aymara, a para pitas. Por allí anda<br />
Vicente, uno de los estibadores que trabaja para el sector de<br />
Río Abajo. En un momento de descanso cuenta que su labor<br />
comienza hacia las ocho de la noche y termina en el mejor de<br />
20 www. p a g i n a s i e te. b o DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 19
Tendrán que regatear buscando el mejor precio<br />
p o s i b l e. Sería atroz retornar a Huaricana con las<br />
c h’ipas y cargas sin vender o entregarlas a las<br />
alakipas en calidad de fiado. Y cuando estén de<br />
nuevo en su casa, por supuesto que no dormirán.<br />
En el campo es inconcebible dormir de día.<br />
los casos a una de la madrugada. Pero no siempre es así porque<br />
en las noches de lluvia, cuando los caminos se inundan y las<br />
cargas llegan con demora, él y otros estibadores se trasnochan<br />
varias horas más. Esta noche le toca esperar nuevamente. Su<br />
carga no llega y tendrá que aguardar para iniciar su faena. “Lo<br />
que pasa –explica el hombre de edad avanzada– es que el<br />
trabajo es demasiado cansador, el cuerpo no da y el pago es<br />
poco”. Su labor consiste en recibir la carga del camión y transportar<br />
“a lomo”(en su espalda) hasta el improvisado puesto de<br />
la propietaria. Por cada c h’i pa recibe como pago un boliviano y<br />
cincuenta centavos. Otros estibadores se encargan de transportar<br />
la carga que se transa en idas y vueltas que abarcan<br />
varias calles. Él ya renunció a ese trabajo mayor que remunera<br />
mejor. Está viejo y cansado.<br />
DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 1 9<br />
Alakipas: expertas negociantes<br />
Son las tres de la mañana, momento en que la temperatura<br />
cae al mínimo en la ciudad de La Paz, aunque es incapaz de<br />
doblegar a las mujeres campesinas. A esa hora arriban los compradores,<br />
mayormente con rostro de mujer. Son las alakipa so<br />
intermediarias, mayoristas, rescatistas, “terciar izadoras”.<br />
Son mujeres habilosas en este negocio y dispuestas a regatear<br />
y a veces a presionar al límite para obtener la mayor cantidad<br />
de productos al menor precio.<br />
Es el momento en que las agricultoras ponen en exposición<br />
sus productos y anuncian en aymara y castellano. Las<br />
mujeres más adultas solo ofrecen en aymara.<br />
— “Co m p r a m e”casera, fresquito es.<br />
— “L levate”papa, caserita.<br />
—Ven casera, te voy rebajar. Recién cosechado es.<br />
—Es de Illimani.<br />
—Perejil, el amarro a dos bolivianos.<br />
Las compradoras pasan, revistan pacientemente, puesto<br />
por puesto, calle por calle, sector por sector. Sin mostrar<br />
interés preguntan por el precio, examinan los bultos, cambian<br />
de interlocutora. A veces retornan para examinar mejor los<br />
productos. No son compradoras compulsivas. De ninguna<br />
mane ra.<br />
www. p a g i n a s i e te. b o<br />
21
CRÓNICA<br />
—Te estoy ofreciendo 100 bolivianos. De día los compradores<br />
miran. Está lastimado, dicen. No compran fácil. Ya no es<br />
como antes. Ni en El Alto es así —comenta una de las compradoras,<br />
en un tono petitorio convincente, mientras ausculta<br />
con detenimiento la caja de tomate.<br />
—No, no. Que sea 120 bolivianos, la caja está completa y no<br />
tiene ni uno dañado. Si quieres revisamos y contamos uno por<br />
uno —replica la productora con una seguridad inquebrantable<br />
y sin quitar la vista de su caja de más de 40 libras de<br />
to ma t e .<br />
El precio es un asunto en discusión sin fin entre las campesinas<br />
y las a l ak i pa s . Las compradoras nunca están de acuerdo<br />
con los precios que piden las vendedoras, sin importar si son<br />
altos o bajos. La estrategia es siempre pedir rebaja, y el último<br />
resquicio para sacar ventaja está en pedir la ya pa (una cantidad<br />
adicional o extra del producto). De un modo y otro, el precio<br />
fijado por las productoras no será el precio de venta final. En la<br />
calle Zoilo Flores, eso acaba de experimentar una mujer que<br />
trajo gladiolos blancos. Por cada ramo de gladiolos pide 10<br />
bolivianos, pero sus dos compradoras regatean con una habilidad<br />
combinada. Una de ellas ofrece pagar 15 bolivianos pero<br />
por dos ramos de flores mientras que la otra oferta 9 bolivianos<br />
por cada ramo con el argumento de que compraría varios. Es el<br />
libre mercado sin regulaciones en su plena expresión.<br />
Virginia está de pie entre sus diez c h’i pa s de repollo. Hoy<br />
espera por las compradoras casi sin pronunciar una palabra. No<br />
espera a ninguna alakipa conocida, no tiene clientes fijos al igual<br />
que la mayoría. Tiene la secreta esperanza de que el precio de<br />
u na c hi p’a de repollo al menos alcance unos 70 bolivianos. La<br />
semana anterior vendió solo a 50 bolivianos, que es el precio de<br />
la temporada. Sabe muy bien que cuando el mercado se satura,<br />
tendrá que conformarse con obtener 40 bolivianos por su producto.<br />
Esta noche sus posibilidades oscilan entre llevarse a casa<br />
400 a 700 bolivianos por las diez c h’i pa s .<br />
Jovencia es otra agricultora que llegó de la comunidad<br />
Choquecota, perteneciente al municipio de Palca. Acostumbra<br />
vender arvejas y habas verdes, relata que, al final de<br />
cuentas, las al akipas son las que deciden los precios. No<br />
siempre lo hacen de la mejor manera porque, en muchos casos,<br />
es por la fuerza. La estrategia violenta entra en escena con el<br />
traspaso de los productos a los sacos de la compradora; es casi<br />
una celada oculta bajo palabras en tono de súplica y, una vez<br />
que tienen el producto en sus manos, ofrecen unos billetes que<br />
no reflejan el precio acordado. Los reclamos son acallados con<br />
22 www. p a g i n a s i e te. b o DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 19
“Ser productor de ninguna manera<br />
es fácil, aparte de la carencia de<br />
mercados, es un trabajo que implica<br />
mucho esfuerzo y arroja poco o casi<br />
nada de ganancia…Por eso están<br />
cómo están los campesinos: no salen<br />
de su situación de pobreza. Usted ya<br />
sabe, no hay campesinos ricos”.<br />
enojos y amenazas de devolver el producto que está listo para<br />
transportar. La interpretación de la activista de Agrobolsas,<br />
Katherine Fernández, no se distancia de esta observación.<br />
Según ella, los intermediarios son quienes fijan el precio de los<br />
productos agrícolas y el Ministerio de Desarrollo Rural toma<br />
éstos como precios oficiales para su difusión pública.<br />
Poner a los intermediarios en el banquillo de los acusados<br />
es habitual. Muchos desearían que no existieran, pero lo que<br />
puede parecer paradójico a primera vista es que los agricultores<br />
no tienen necesariamente la misma percepción. El productor<br />
Raúl Tambo, de Quillihuaya, explica que al no existir<br />
puestos de venta fijos para los productores, ellos obligatoriamente<br />
necesitan de las al ak i pa s. Les urge vender cuanto antes<br />
porque deben retornar a sus casas y parcelas. Los cultivos y los<br />
animales son como bebés y demandan cuidado y atención<br />
todos los días. Este es un pequeño gran detalle que no se toma<br />
en cuenta a la hora de abogar por un mercado campesino para<br />
la comercialización directa del productor al consumidor.<br />
Pero hay un problema mayor y es que la agricultura campesina<br />
no es rentable. Veamos los costos de producción del<br />
choclo, uno de los alimentos que allí se suministran. Raúl<br />
siembra anualmente cerca de 2.700 metros cuadrados de<br />
DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 1 9<br />
choclo, con una inversión de 1.500 a 2.000 bolivianos para la<br />
semilla, abono, plaguicidas y mano de obra externa, sin contabilizar<br />
el costo de mano de obra familiar. Anualmente cosecha<br />
en promedio 40 bolsas de choclo y vende entre 100 a 60 bolivianos<br />
la bolsa. “En este caso entro en quiebra”, se lamenta<br />
refiriéndose al precio más bajo. Solo cuando le pagan 100 bolivianos<br />
recupera su inversión. Generar ganancias es deseable<br />
pero la familia de Raúl se acostumbró a entender su éxito<br />
como la recuperación del capital invertido. A esto se suma el<br />
costo de transporte y de descarga: 10 bolivianos por bolsa.<br />
“Este es un precio fijo. Al camionero no le importa si el precio<br />
del choclo ha bajado o si no se vendió”, explica el agricultor<br />
con amargura. En el mejor de los casos su “ga na nc ia”p ue de<br />
alcanzar unos 1.500 bolivianos, lo que apenas recompensa su<br />
esfuerzo familiar.<br />
Benjamín, otro agricultor de la comunidad Bella Vista de<br />
Palca, concluye: “Ser productor de ninguna manera es fácil,<br />
aparte de la carencia de mercados, es un trabajo que implica<br />
mucho esfuerzo y arroja poco o casi nada de ganancia”. Mira<br />
sus manos y con pesar afirma: “… Por eso están cómo están los<br />
campesinos: no salen de su situación de pobreza. Usted ya<br />
sabe, no hay campesinos ricos”.<br />
www. p a g i n a s i e te. b o 23
CRÓNICA<br />
El Remate<br />
Son las cinco de la mañana y el alumbrado público todavía<br />
tirita tozudamente. Para los paceños es temprano pero ya<br />
tarde para las campesinas. Las que terminaron de vender solo<br />
hacen hora para emprender el retorno. Las que no lograron<br />
vender todos sus productos se muestran exasperadas y nerviosas.<br />
Quedarse hasta esa hora con productos es el anuncio<br />
de que llega el regateo y la subasta. A esa hora, las a l ak i pa s que<br />
compran cantidades mayores montan en unos taxis acondicionados<br />
especialmente para transportar cargas y se pierden<br />
por las serpenteantes calles y recovecos de la ciudad con<br />
rumbo a otros mercados como Garita de Lima, Uruguay,<br />
Cementerio y El Tejar. Algunas llegan incluso a las villas:<br />
Fátima, Armonía y Copacabana. Otras hasta otros municipios<br />
como Achocalla y El Alto.<br />
Los precios comienzan a caer y atraen a compradoras<br />
menores. Esta vez son las productoras las que rebajan sus<br />
expectativas. La unidad de lechuga que costaba dos bolivianos<br />
hace unas pocas horas, ahora se ofrece en un boliviano. Es<br />
mejor así, afirman resignadas, porque podría ser peor dentro<br />
de una hora.<br />
Mercedes conoce muy bien que las alaki pas benef iciarias<br />
son las que se pasaron horas esperando el momento de las<br />
rebajas. Relata que las mujeres que están al frente de su puesto<br />
son conocidas y suelen decirles: “si ahora no quieres rebajarme,<br />
más tarde lo harás y al precio que yo quiera”.<br />
****<br />
La Guardia Municipal llega en camioneta.<br />
Tiene la orden de despejar las calles y aceras.<br />
Son casi las seis de la mañana. La ciudad despierta de su<br />
letargo y es el momento de tensión entre las actividades nocturnas<br />
y diurnas. La lucha por el espacio público crece y cobra<br />
ribetes de discriminación y racismo. Una mujer dueña de una<br />
tienda de abarrotes vocifera mientras intenta despejar torpemente<br />
unas c h’i pa s de coliflor, escoba en mano.<br />
—Levántense, ¿hasta qué hora se van a quedar? ¿Quieres<br />
que yo te consiga un cargador? Ustedes no limpian, ni su culo<br />
se limpian.<br />
Nadie interviene. Compradoras, vendedoras y transeúntes<br />
son sordomudos de conveniencia. La mujer maltratada<br />
tampoco replica. Se limita a obedecer y arrastrar sus cargas<br />
unos metros más allá.<br />
—Ya pues, levántense. Ustedes siempre están ahí sentadas.<br />
¿A ver yo iré a tu casa a vender? —recrimina otra mujer entrada<br />
en años al tiempo que supervisa los paquetes de embutidos que<br />
recibe en su tienda. El hombre de cuerpo minúsculo que la<br />
acompaña dice: “nosotros tenemos una federación, estamos<br />
organizados, pagamos, no es así nomás sentarse”.<br />
El conflicto por el control de las aceras se resuelve a favor<br />
de las comerciantes que tienen patentes municipales por el<br />
uso de espacios públicos como puestos de venta. Están protegidas<br />
por las normativas y con apoyo de la guardia municipal.<br />
Hacia las siete de la mañana, las productoras son echadas definitivame<br />
nte.<br />
Virginia y Mercedes saben muy bien que no son bienvenidas<br />
a esa hora. Otras veces fueron víctimas de violencia con<br />
resultados mucho peores. Mercedes recuerda que un día una<br />
de sus compañeras apareció con la cabeza ensangrentada. La<br />
furiosa dueña de un puesto le había propinado un golpe<br />
certero con una escoba. Con encono en su voz afirma: “El las<br />
son malas, nos insultan; al contar con permiso municipal,<br />
desde las cinco de la mañana ya montan sus puestos. Son<br />
mujeres migrantes del altiplano que se ‘ref inaron’, ellas son las<br />
más abusivas”.<br />
Nos vamos, pero volveremos<br />
Hacia las seis y media de la mañana, por la calle Boquerón<br />
avanza una camioneta roja de propiedad del Gobierno Municipal<br />
de La Paz. Transporta media docena de gendarmes<br />
municipales que tienen la orden de despejar las calles y las<br />
ace ras.<br />
—¡Vienen!... ¡viene la batida! ¡joven, cargámelo! ¡apúrate!,<br />
grita atropelladamente un grupo de mujeres.<br />
—¡Batida es, ya vienen los ladrones!, dice otra campesina<br />
insomne. —No hables así —la reprocha otra comunaria.<br />
Nadie está inmóvil. No es momento de protocolos y<br />
buenos modales. Todas se agitan y comienzan a transportar<br />
sus bultos. Las reiteradas intervenciones de los guardias<br />
municipales les han enseñado a no quedarse paralizadas. Hay<br />
24 www. p a g i n a s i e te. b o DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 19
“—Levántense, ¿hasta qué hora se<br />
van a quedar? ¿Quieres que yo te<br />
consiga un cargador? Ustedes no<br />
limpian, ni su culo se limpian”.<br />
Nadie interviene. Compradoras,<br />
vendedoras y transeúntes son<br />
sordomudos de conveniencia.<br />
que actuar para protegerse y, sobre todo, es momento de<br />
sujetar con fuerza las cargas.<br />
Los jóvenes uniformados, Castillo y Callisaya, con voz de<br />
mando instruyen sin mayores explicaciones ni detenimie<br />
nto:<br />
—De una vez señoras, ¡retírense! A esta hora la Boquerón<br />
debe quedar expedita.<br />
El pasajero de un bus que se dirige a la populosa zona norte<br />
interviene, asomado por la ventanilla:<br />
“¡Acaso ustedes no tienen mamá! ¡A ver que a su mamá le<br />
hagan eso! ¡No abusen, no sean desconsiderados! ¿No saben<br />
come r?”.<br />
Los guardias municipales no se perturban. Uno de ellos<br />
ofrece una explicación sabida. Ellas no tienen autorización<br />
para vender en la calle a esa hora; que los vecinos se quejan permanentemente<br />
por la obstrucción de la vía pública; que la<br />
calle Boquerón debe quedar expedita, caso contrario corresponde<br />
el decomiso aunque las vendedoras podrían acomo-<br />
darse en la calle Luis Lara. “Les estamos colaborando”, enfatiza<br />
otro guardia.<br />
Emilio Limachi es el secretario general de la Subcentral<br />
Huancapampa, del municipio de Palca. Explica que la llegada<br />
de los guardias municipales significa rematar los productos a<br />
precio de gallina muerta; incluso llegan a regalar a la gente<br />
para evitar el decomiso. Prefieren bajar los precios a retornar<br />
con productos a la comunidad o quedarse otra noche más en la<br />
ciudad. Ahora el precio de una unidad de lechuga desciende a<br />
cincuenta centavos, la cuarta parte del precio que pedían a las<br />
tres de la madrugada. No faltan compradores, de hecho la<br />
llegada de guardias es también el momento en que aparecen<br />
más a lak ipa s. Esto levanta sospechas entre las vendedoras<br />
porque, al parecer, es una batida combinada entre gendarmes<br />
y compradoras.<br />
Roxana Benítez, una de las autoridades ediles, afirma que<br />
los productores tienen “autor ización”desde las diez de la<br />
noche hasta las siete de la mañana porque es evidente que los<br />
paceños requieren abastecerse de alimentos. Pero enfatiza en<br />
que las calles tienen que estar expeditas en el día para dar paso<br />
a los comerciantes con patentes, a vehículos y peatones.<br />
****<br />
A las ocho de la mañana las calles que fueron refugio de las<br />
vendedoras son un infierno comandado por los minibuseros.<br />
Donde hubo productos agrícolas, el transporte público se abre<br />
paso a bocinazos y los apurados transeúntes avanzan esquivando<br />
los puestos de venta con patentes. Sólo quedan algunas hierbas<br />
verduscas como rastro del mercado clandestino de alimentos. El<br />
paso de las campesinas insomnes ha sido fugaz como las estrellas,<br />
pero lograron suministrar los alimentos que llegarán a la mesa de<br />
los paceños. Si no es el jueves, volverán el martes.<br />
A medida que<br />
amanece, las<br />
vendedoras se<br />
aflig<br />
ligen y los precios<br />
bajan. Aún así, ellas<br />
volverán. Si no es el<br />
jueves es será el martes.<br />
DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 1 9<br />
www. p a g i n a s i e te. b o 25
MUJER COTIDIANA<br />
Pedro Lemebel<br />
La Leva*<br />
(o “la noche fatal<br />
para una chica<br />
de la moda”)<br />
Nuestra revancha ante la<br />
jauría serán las faldas cortas<br />
a lunares, la frente alta y,<br />
como no, Pedro Lemebel en<br />
el bolsillo y el corazón.<br />
AL MIRAR LA l eva<br />
de perros babosos<br />
e ncaramándose<br />
una y otra vez<br />
sobre la perra<br />
cansada, la quiltra<br />
flaca y acezante,<br />
que ya no puede<br />
más, que se acurruca<br />
en un rincón<br />
club<br />
para que la deje<br />
tranquila la jauría<br />
de hocicos y patas<br />
que la montan sin<br />
respiro; al captar esta escena, me acuerdo vagamente de<br />
aquella chica fresca que pasaba cada tarde con su cimbreado<br />
caminar. Era la más bella flor del barrio pobretón, que la veía<br />
pasar con sus minifaldas a lunares fucsia y calipso, cuando los<br />
sesenta contagiaban su moda destapada y fiebres de juventud.<br />
Ella era la única que se aventuraba con los escotes atrevidos y<br />
las espaldas piluchas y esos vestidos cortísimos, como de<br />
muñeca, que le alargaban sus piernas del tobillo con zuecos<br />
hasta el minicalzón.<br />
En aquellas tardes de calor, las viejas sentadas en las<br />
puertas se escandalizaban con su paseo, con su ingenua provocación<br />
a la patota de la esquina, siempre donde mismo,<br />
siempre hilando sus babas de machos burlescos. La patota del<br />
deportivo, siempre dispuesta al chiflido, al “mijita rica”,<br />
al rosario de piropos groseros que la hacían sonrojarse, tropezar<br />
o apurar el paso, temerosa de esa calentura violenta que se<br />
protegía en el grupo. Por eso la chica de la moda no los miraba,<br />
ni siquiera les hacía caso con su porte de reina–rasca, de<br />
conde sa–torreja que copiaba moldes y figurines de revistas<br />
para engalanar su juventud pobladora con trapos coloridos y<br />
zarandajas pop.<br />
Tan creída la tonta, decían las cabras del barrio, picadas<br />
con la chica de la moda que provocaba tanta envidiosa admiración.<br />
Parece puta, murmuraban, riéndose cuando el grupo de<br />
la esquina la tapaba con besos y tallas de grueso calibre. Y<br />
puede haber sido el calor de ese verano el detonante culpable<br />
de todo lo que pasó. Pudo ser un castigo social sobre alguien<br />
que sobresale de su medio, sobre la chica inocente que esa<br />
noche pasó tan tarde, tan oscura la boca de la calle, tenía<br />
sombras de lobo. Y curiosamente no se veía un alma cuando<br />
llegó a la esquina. Cuando extrañada esperó que la barra<br />
malandra le gritara algo, pero no escuchó ningún ruido. Y<br />
26 www. p a g i n a s i e te. b o DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 19
La patota del club<br />
d e p o r t i vo, s i e m p re<br />
dispuesta al chiflido, al<br />
“mijita rica”, al rosario<br />
de piropos groseros que<br />
la hacían sonrojarse,<br />
tropezar o apurar el paso,<br />
temerosa de esa<br />
calentura violenta que se<br />
protegía en el grupo.<br />
FOTO PIXABAY<br />
caminó como siempre bordeando el tierral de la cancha,<br />
cuando no alcanzó a gritar y unos brazos como tentáculos la<br />
agarraron desde las sombras. Y ahí mismo el golpe en la<br />
cabeza, ahí mismo el peso de varios cuerpos revoleándola en el<br />
suelo, rajándole la blusa, desnudándola entre todos, querían<br />
despedazarla con manoseos y agarrones desesperados. Ahí<br />
mismo se turnaban para amordazarla y sujetarle los brazos,<br />
abriéndole las piernas, montándola epilépticos en el apuro del<br />
capote poblacional.<br />
Ahí mismo los tirones de pelo, los arañazos de las piedras<br />
en su espalda, en su vientre toda esa leche sucia inundándola<br />
a mansalva. Y en un momento gritó, pidió auxilio mordiendo<br />
las manos que le tapaban la boca. Pero eran tantos, y era tanta<br />
la violencia sobre su cuerpo tiritando. Eran tantas fauces que<br />
la mordían, la chupaban, como hienas de fiesta; la noche sin<br />
luna fue compinche de su vejación en el eriazo. Y ella sabe que<br />
aulló pidiendo ayuda, está segura de que los vecinos escucharon<br />
mirando detrás de las cortinas, cobardes, cómplices, silenciosos.<br />
Ella sabe que toda la cuadra apagó las luces para no<br />
DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 1 9<br />
comprometerse. Más bien, para ser anónimos espectadores de<br />
un juicio colectivo. Y ella supo también, cuando el último violador<br />
se marchó subiéndose el cierre, que tenía que levantarse<br />
como pudiera, y juntar los pedazos de ropa y taparse la carne<br />
desnuda, violácea de moretones. La chica de la moda supo que<br />
tenía que llegar arrastrándose hasta su casa y entrar sin hacer<br />
ruido para no decir nada. Supo que debía lavarse en el baño,<br />
esconder los trapos humillados de su moda preferida y fingir<br />
que dormía despierta crispada por la pesadilla. La chica de la<br />
moda estaba segura de que nadie serviría de testigo si denunciaba<br />
a los culpables. Sabía que toda la cuadra iba a decir que<br />
no habían escuchado nada. Y que si a la creída de la pobla le<br />
habían dado capote los chiquillos del club, bien merecido se lo<br />
tenía, porque pasaba todas las tardes provocándolos con sus<br />
pedazos de falda. Qué quería, si insolentaba a los hombres con<br />
su coqueteo de maraca putiflor.<br />
Nunca más vi pasar a la chica de la moda bamboleando su<br />
hermosura, y hoy que miro la leva de quiltros babeantes alejándose<br />
tras la perra, pienso que la brutalidad de estas agresiones<br />
se repite impunemente en el calendario social. Cierto<br />
juicio moralizante avala el crimen y la vejación de las mujeres<br />
que alteran la hipocresía barrial con el perfume azuceno de su<br />
emancipado destape.<br />
[*] En Chile, leva significa jauría.<br />
Este texto ha sido tomado del libro de crónicas de Pedro<br />
Lemebel, De perlas y cicatrices, Lom editores, 1998.<br />
www. p a g i n a s i e te. b o 27
LA PAZ MARAVILLOSA<br />
Carlos Moreira Ascarrunz<br />
Agencia La Paz Maravillosa<br />
La Paz, ciudad de contrastes<br />
para la alta moda<br />
Si Santa Cruz es el eje de la industria de la moda,<br />
La Paz tiene la base, la esencia y la identidad.<br />
EN EL AFAMADO restaurante Gustu aprovechamos<br />
el conglomerado de más de 15 experimentados<br />
diseñadores de moda para el showroom<br />
de fin de año en el evento Puro<br />
Diseño, para construir a partir de percepciones<br />
de profesionales una idea sobre la actualidad<br />
de la moda en La Paz. La expectativa es<br />
alta, ya que el calendario paceño reserva cada vez más fechas<br />
para eventos de diseño y glamour. Bolivia Moda, La Paz Moda<br />
y Diseñarte, son sólo algunos ejemplos.<br />
En esta ocasión, marcas como Sonndo, con sello boliviano,<br />
proponen prendas “atrevidas, con estilo y presencia”, al menos<br />
así lo describe uno de sus diseñadores, Fernando Martínez,<br />
mientras expone carteras y otros accesorios en vinil transparente,<br />
siguiendo la actual tendencia de la afamada firma<br />
Chanel de París. “Santa Cruz es el eje principal de esta industria,<br />
pero La Paz tiene la base, la esencia y toda la identidad<br />
para convertirse en un puntal de la industria; es cuestión de<br />
trabajarlo y que surja solo”, asegura el joven diseñador.<br />
Así, la permeabilidad de la moda ha encontrado desde hace<br />
unos años un lugar propicio en La Paz, gracias a su carácter<br />
cosmopolita que a la vez se amolda con tradiciones ancestra-<br />
28 www. p a g i n a s i e te. b o DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 19
les muy marcadas que apuntan al recato, pero hacen relucir el<br />
buen gusto. “En La Paz la gente admira mucho el diseño, les<br />
interesa el diseño de las prendas, la gente es bien cosmopolita<br />
en ese sentido y, además, están muy orgullosos de utilizar ropa<br />
nacional, cosa que antes no pasaba”, asegura Tatiana Tarquino,<br />
coordinadora de Puro Diseño en La Paz y diseñadora de<br />
Tribeca Versátil.<br />
Sin embargo, haciendo un contraste de sus experiencias,<br />
Tarquino también recuerda aquel paseo en transporte público,<br />
desde la zona Norte hasta la zona Sur de La Paz, cuando decidió<br />
analizar la vestimenta de los transeúntes que aparecían. “Sin<br />
importar edad, constitución física, clase social, todas las<br />
mujeres vestían botas, chamarras infladas de fibra, chompas<br />
cafés, azules o negras y un moño con una piraña. En La Paz no<br />
nos gusta que se den la vuelta y te miren”, cuenta.<br />
Paradójicamente, la diseñadora asegura que a la hora de<br />
adquirir una prenda, el paceño hace gala de un “ojo clínico”y<br />
que “en La Paz la gente es muy estilizada. Aunque hay de todo,<br />
los que están metidos en esto tienen ojo clínico y tú sabes que<br />
se van a llevar lo más c o ol , lo más fa s h i on ”.<br />
Por su parte, el coordinador del evento en Santa Cruz,<br />
Carlos Araúz, destaca la calidad del trabajo de las marcas que<br />
participan este año en Puro Diseño, muchas de ellas paceñas.<br />
Hijos de Ramón, Tribeca Versátil, Narcisa, Unsatisfied,<br />
Ribera Alta, Aura, Kimera, Gramo, Asarti, Sonndo, Yapa,<br />
Roberto Araníbar, Eduardo Gumucio, Yass, son algunas de<br />
ellas. “El boliviano ahora aprecia mucho más el diseño de autor<br />
y quizás en La Paz más que en el resto de Bolivia porque al<br />
adquirir una prenda ellos le dan un valor y eso nos encanta”,<br />
afirma de pie entre sus coloridos diseños urbanos inspirados<br />
en ciudades asiáticas como Taipéi, Tokio, Shanghái, Seúl.<br />
Nuevas marcas, eventos de alta producción y un mercado<br />
dinámico. Ese es el paisaje contemporáneo de la moda en La<br />
Paz, un fenómeno que para algunos, ajenos al mundo del<br />
diseño podría pasar desapercibido. Sin embargo, el consenso<br />
de estos talentosos diseñadores nos dice que utilizar una<br />
marca nacional, con trayectoria e innovadores diseños, es<br />
ahora un símbolo de estatus e identidad que antes sólo se<br />
alcanzaba buscando en el mercado internacional.<br />
El contenido de esta página es patrocinado por la Agencia La<br />
Paz Maravillosa del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz.<br />
DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 1 9<br />
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R E T R ATO<br />
Fernando Gonzales Salguero<br />
Fotografía de Cecilia Fernández<br />
Pasión y magia<br />
Dijo que dedicaba el acto a su papá, a<br />
quien le gustaba ver cómo caía la nieve.<br />
Y esa noche, en el escenario del Teatro<br />
Municipal de La Paz, nevó. Entonces, él<br />
elevo su mirada al cielo y fervorosamente<br />
ofreció su arte a quien en vida no<br />
pudo asistir a ninguna de sus presentaciones<br />
como mago. ¿Cómo lo hizo?, no<br />
tiene importancia, Byron en escena<br />
expresó su drama y lo combinó con<br />
magia, creando la ilusión y la emoción<br />
que se apoderó de los que estuvimos<br />
presentes esa noche.<br />
El drama y la magia son artes de la<br />
ilusión. El actor que representa a Merlín<br />
en la historia del Rey Arturo persuade al<br />
público de que tiene poderes extraordinarios<br />
pero también emociones y<br />
pesares, tal como debe hacer un mago.<br />
Y es que Byron no es un hacedor de<br />
trucos, él ofrece ilusiones, él personifica<br />
al mago creando un ambiente donde<br />
todo lo inexplicable puede suceder. Y<br />
para lograrlo recurre a ideas o recuerdos<br />
o cualquier hecho mágico que le<br />
haya sucedido y los combina con sus<br />
conocimientos sobre magia; no en vano<br />
su conferencia, expuesta en varios congresos,<br />
se llama Cómo crear un acto<br />
único y propio.<br />
Han pasado varios años desde que nos<br />
conocimos, primero compartiendo<br />
secretos, luego imaginando y creando<br />
puestas en escena para llevarlas al<br />
teatro. A lo largo de esos años he visto<br />
su crecimiento como artista y su generosidad<br />
para compartir su magia con<br />
quienes tienen inclinación manifiesta<br />
por este arte. La pasión que lo inspira y<br />
motiva se refleja en cada uno de los<br />
actos de su vida.<br />
30 www. p a g i n a s i e te. b o DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 19
El mago<br />
By ron<br />
DOMINGO 6 DE ENERO 01 | 1 9<br />
www. p a g i n a s i e te. b o<br />
31
CARTELER A<br />
Ojo al parche<br />
Adrián Nieve<br />
Ver antes que condenar<br />
Terminó otro año y siguen las listas de cuál fue la mejor<br />
película, quiénes serán los próximos ganadores del<br />
Óscar, y todos esos temas fálicos de quien tiene el<br />
miembro cinematográfico más grande. Lo curioso es que<br />
no siempre son los cineastas quienes protagonizan estas<br />
pujas sino los fanáticos, los críticos, todos aquellos que<br />
han visto en estos productos de arte algo digno por lo<br />
cual matarse a tecladazos en algún post de Facebook.<br />
Por un lado, me alegra que a la gente le apasione el cine lo<br />
suficiente como para discutir sobre ello –obviando el egocentrismo,<br />
claro–tratando de convencer a un conocido, o a un<br />
extraño, de algo. Por otro lado, lo terrible del asunto es que nos<br />
ha llevado a tomar las opiniones de los demás –en especial las<br />
opiniones de los críticos–como agresiones, casi como insultos<br />
a la película que nos gustó tanto. Y ¿podemos culparlos? Pues<br />
no. Y aunque nadie me lo pidió, voy a aprovechar este inicio de<br />
año para decir lo que creo.<br />
Algunos críticos parecen creer que la crítica consiste en<br />
imponer su punto de vista mediante un análisis técnico y simbólico.<br />
Y no. Está bueno que veamos las cosas en diferentes<br />
niveles o capas, pero eso no vale nada si no podemos expresarlo<br />
de manera que nuestra lectura enriquezca la experiencia<br />
del lector al ver la película. En otras palabras: la crítica es para<br />
que la gente quiera ver películas, no para que las condene sin<br />
ve rlas.<br />
Hacer una crítica no consiste en tener la razón, tampoco en<br />
no tenerla. En realidad, una buena crítica trata de mantener un<br />
balance. La crítica es como la hija bastarda de un análisis y una<br />
invitación. Saca a relucir aspectos de la película que resonaron<br />
en ti, pero sin ensalzarlos ni condenarlos; describirlos de tal<br />
forma que quien te lea sienta curiosidad, sienta las ganas de<br />
ver la película y cerciorarse –quizá–de que es tal como dijiste.<br />
Ahí está la contribución deseable del crítico. No es crear<br />
Molinos de viento, no es caer bien Bajo y condenar, condenar,<br />
conde nar…La verdadera contribución es seducir a los lectores<br />
para que salgan de su zona de confort y vean esa película rara,<br />
o para que vuelvan a ver esa película de superhéroes y le pillen<br />
otro sentido. La voz de un crítico debería contribuir a que veas<br />
de otra manera el filme que más odias, o a encontrarle fallas a<br />
tu película favorita, y para eso la idea no es precisamente dedicarse<br />
a destruir. Hay que mirar un poco más allá, dejar de lado<br />
el ego y la necesidad del aplauso. Hay que amar el cine y no el<br />
perfil de Facebook.<br />
Las 12 pelis más notables de 2018<br />
1GAME NIGHT. 2018, John Francis Daley y Jonathan Goldstein.<br />
Comedia. Es agradable ver una comedia predecible<br />
manejándose con innovación visual. El esfuerzo de retratar la<br />
acción se nota y paga bien en esta agradable y sorpresiva película.<br />
2ISLE OF DOGS. 2018, Wes Anderson. Comedia. Más allá<br />
de que los perros sean hermosos, el nivel técnico de esta<br />
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animación es para perder la cabeza. Añádanle esos trucos tan<br />
Wes Anderson y la voz de Bryan Cranston y obtendrán un<br />
tierno y gracioso filme.<br />
3YOU WERE NEVER REALLY HERE. 2018, Lynne<br />
Ramsay. Suspenso, drama. ¿Cómo retratar la violencia?<br />
Esta genial película logra ser muy violenta sin nunca –de<br />
ve rd ad–mostrar la violencia de frente. Tal como sucede en la<br />
vida real. Altamente recomendable y con un gran Joaquin<br />
Phoeni x.<br />
4AV ENGERS: Infinity War. 2018, Joe y Anthony Russo.<br />
Acción. Una escopeta apuntando a 50 cachorros. Algo<br />
así se siente en este filme que logró dejar sin aliento a los fanáticos<br />
del universo cinematográfico Marvel.<br />
5M A N DY. 2018, Panos Cosmatos. Acción, suspenso. La<br />
violencia en un extremo intenso. La sangre, el dolor, la<br />
venganza son palpables, y Nicholas Cage cae como anillo al<br />
dedo en un filme de este estilo. Imposible no sentirse sucio<br />
después de verla. Y eso se siente bien.<br />
6A QUIET PLACE. 2018, John Krasinski. Suspenso,<br />
horror. ¿Cómo suena lo que más temes? Esa pregunta<br />
retumbará en tu cabeza mientras ves este muy bien logrado<br />
filme que muestra que el terror es más que susto repentino y<br />
efectos especiales caros.<br />
7DON ’T WORRY HE WON’T GET FAR ON FOOT. 2018,<br />
Gus van Sant. Comedia. Agarrar una triste historia real y<br />
hacerla graciosa e inspiradora es un gran logro de Gus van<br />
Sant. Parte de ello se debe a un elenco que la rompe a otro nivel.<br />
Grande Joaquin Phoenix, Rooney Mara y Jonnah Hill.<br />
8SUSPIRIA . 2018, Lucca Guadagnino. Horror. Es mejor<br />
olvidar que es un re make de un gran filme de Dario<br />
Argento. Es mejor sumergirse en ella y dejar que el horror y el<br />
s h ock se apoderen de uno. Sólo para disfrutarla mejor.<br />
9EIGHT GRADE. 2018, Bo Burnham. Comedia. Las películas<br />
sobre los dolores de crecer adquieren una refrescante<br />
dimensión en esta experiencia cinematográfica. Hay<br />
que ver para creer. Y con una actuación como la de Elsie Fisher,<br />
eso se hace fácil.<br />
SPI D ER–MAN: INTO THE SPIDER–V E RSE . 2018,<br />
10 Bob Persichetti, Peter Ramsey. Aventura. Ninguna de<br />
las películas del arácnido han explorado los límites visuales de<br />
sus habilidades como lo hace esta divertida y emocionante<br />
animación que hace simple un concepto tan complejo como el<br />
del multiverso.<br />
RE VENGE. 2018, Coralie Fargeat. Suspenso, acción.<br />
11 Qué genial es ver que la usual víctima –en un filme de<br />
ve nganza–se levanta y provoca una matanza digna de videojuego.<br />
Tan divertida como poseedora de un ángulo novedoso en<br />
un género atestado de hombres macho machotes.<br />
LEAVE NO TRACE. 2018, Debra Granik. Drama.<br />
12 Un guión maravilloso y una directora que sabe<br />
aprovechar cada momento para que todo esté al servicio de<br />
la trama, en una historia tan enternecedora como conmove<br />
d o r a .<br />
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Isle of Dogs<br />
Suspiria<br />
Spider-Man: Into o the Spider-v<br />
-verse<br />
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V I Ñ E TA<br />
Guizada Durán<br />
Pro p ó s i to s<br />
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DOMINGO 6 DE ENERO 48|18<br />
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