Revista RANA edicion 2018 - IFMSA Panamá APEMCONI

Hablemos de cómo prevenir el Cáncer
cervicouterino
Alejandra Barahona
CEMUP
SCOPH
Como futuros profesionales de la salud es de vital importancia
que seamos promotores y educadores de la salud. En el
2016 se reportó el tumor maligno de cuello de útero como el
segundo más frecuente en Panamá, y alrededor del mundo
es el cuarto cáncer más común, siendo ésta una enfermedad
prevenible en la actualidad.
La infección por el Virus de Papiloma humano (VPH) es la
más común adquirida durante las relaciones sexuales. El
cáncer cervical es causado por tipos de VPH de alto riesgo,
los más comunes, tipos 16 y 18, responsables del 70% de
todos los casos de cáncer cervical. En la mayoría de las
mujeres y hombres infectados con VPH resolverán espontáneamente.
Sin embargo, puede persistir en mujeres que
lleven a pre-cáncer cervical, el cual, sin ser detectado y
tratado en su estadio precursor, puede progresar a cáncer
en 10 a 20 años. El 90% de éstos, son cáncer de células
escamosas que inician en la zona de transformación del
ectocervix.
Los componentes de una prevención de cáncer cervicouterino
comprensiva son la prevención primaria
para la reducción del riesgo de infección por el VPH,
comprendida por vacunación contra el VPH para las
niñas y niños desde los 9 años, educación sexual
acorde a la edad. La secundaria a través del tamizaje
y tratamiento, y la terciaria con tratamiento del cáncer
invasivo a cualquier edad a través de cirugía ablativa,
radioterapia, y quimioterapia, incluyendo cuidados
paliativos.
Actualmente, existen dos tipos de vacunas, bivalente
y tetravalente, que proveen protección en contra de
las infecciones por VPH de alto riesgo, tipos 16 y 18, y
la tetravalente contiene además VPH tipo 6 y 11, causantes
del 90% de los condilomas.
Recordando que las vacunas no protegen contra
todos los tipos de VPH que pueden causar cáncer
cervicouterino, las mujeres vacunadas contra VPH
seguirán requiriendo realizarse tamizaje para cáncer
cervical. Efectuando una prueba de citología convencional,
PAP, cuyo propósito es detectar condiciones
premalignas e intervenir antes de que se transforme
en cáncer invasivo. Este examen se recomienda
iniciar a los 21 años sin importar el inicio de vida
sexual, y realizar cada 2 a 3 años. Asimismo, hay otras
pruebas de tamizaje.
Finalmente, es vital que como médicos conozcamos
estas estrategias para prevenir, diagnosticar y tratar el
cáncer cervicouterino que empoderen a nuestras
pacientes.
Deben realizarse estrategias efectivas que alcancen y
comprometan a las mujeres a realizarse la vacunación,
tamizaje y adherencia al tratamiento.
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1.Comprehensive cervical cancer control. 2nd ed. Geneva, Switzerland:
World Health Organization; 2014.
2.Toy E, Benton Baker I, Ross J, Jenning J. Case files Obstetrics
and Gynecology. 5th ed. United States of America: Lange; 2016.
3.Ministerio de Salud de Panamá. Boletín estadístico. Panamá,
Panamá; 2016.
4.Hacker N, Gambone J, Hobel C. Hacker & Moore's essentials of
obstetrics and gynecology. 5th ed. 2011.