Edicion 07 de septiembre 2019
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NO. 1509<br />
SÁBADO 7 / SEPTIEMBRE / <strong>2019</strong>/<br />
FUNDADO EL 24 DE MARZO DE 1990<br />
WILFREDO ARRIOLA,<br />
Poeta y escritor<br />
La muerte es una <strong>de</strong> las<br />
noticias ya sabidas que<br />
a pesar <strong>de</strong> la certeza<br />
que suce<strong>de</strong>rá, cuando<br />
ocurre, estremece<br />
como una terrible novedad. Nos<br />
<strong>de</strong>sbasta. He transcurrido los<br />
últimos 20 años en una funeraria<br />
y he visto las diferentes formas<br />
<strong>de</strong>l dolor. Cada quien lo pena<br />
<strong>de</strong> una manera <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nada y<br />
extraña, y sobre todo muy propia,<br />
en <strong>de</strong>finitiva, su <strong>de</strong>nsidad es por<br />
la cercanía <strong>de</strong>l fallecido. Hay dos<br />
momentos cruciales que afectan<br />
con mayor grado <strong>de</strong> dolor: al<br />
enterarse <strong>de</strong> la noticia —preten<strong>de</strong>r<br />
aceptar que no volverás a ver a<br />
alguien para siempre —. La otra, el<br />
último adiós: el entierro. Agregaría<br />
como caso especial, si la muerte<br />
se ha enturbiado y es necesario<br />
reconocer el cadáver, también son<br />
momentos que hieren con otra<br />
muerte a quien vive. He vivido la<br />
escena muchas veces, presenciar<br />
el acto, enterarme cuando<br />
dicen: —Sí es él, —sí es ella. Y<br />
<strong>de</strong>rrumbarse sin remedio alguno<br />
(física o internamente). Quitarse<br />
esa imagen <strong>de</strong> la pupila crea daños<br />
irreparables.<br />
Por efectos <strong>de</strong> protocolo,<br />
en hospitales y morgues, que es el<br />
lugar don<strong>de</strong> se hace este tipo <strong>de</strong><br />
reconocimientos <strong>de</strong> cadáveres, la<br />
entrada al lugar es exclusiva para<br />
un representante <strong>de</strong>l fallecido, es<br />
<strong>de</strong>cir, en soledad. Bien dicen que<br />
para las cosas más trascen<strong>de</strong>ntales<br />
<strong>de</strong> la vida se está solo, en este<br />
caso no es la excepción. Mirar,<br />
reconocer, aceptar y luego el llanto<br />
(a veces) he visto a pru<strong>de</strong>ntes que<br />
lo han llorado hacia a<strong>de</strong>ntro, y<br />
han sido participes <strong>de</strong> ese feroz<br />
nudo en la garganta y este es el<br />
mejor ejemplo <strong>de</strong> esa metáfora.<br />
La soledad juega para dos bandos,<br />
para bien o para mal. Ver a alguien<br />
querido y mirarle y <strong>de</strong>cirle: sí,<br />
se trata <strong>de</strong> nuestro ser querido,<br />
es <strong>de</strong>shacerse en llanto, como<br />
nos pasa cuando miramos a ese<br />
amigo o familiar al contar una<br />
tragedia, pareciera que nos abriera<br />
las puertas <strong>de</strong>l llanto a la hora <strong>de</strong><br />
verle y sentir el abrazo, como si ese<br />
abrazo fuera una llave que abriera<br />
todo ese llanto contenido. El otro<br />
bando es digerir la pena a solas y ser<br />
fuertes. Seguir proporcionando los<br />
datos necesarios al hospital o a la<br />
entidad don<strong>de</strong> se encuentre, hacer<br />
una llamada luctuosa afirmando<br />
el hecho, posterior a eso, tomarlo<br />
LA MUERTE, ESA NOTICIA<br />
SABIDA QUE SIEMPRE<br />
SORPRENDE<br />
con calma si es que este tipo <strong>de</strong><br />
situaciones se pue<strong>de</strong>n tomar así.<br />
La soledad evita llantos o los<br />
facilita. Cada quien <strong>de</strong> acuerdo a<br />
su grado <strong>de</strong> madurez emocional.<br />
Sin embargo, nadie es maduro<br />
al <strong>de</strong>spedirse <strong>de</strong> un ser querido<br />
a totalidad, algo se rompe y eso<br />
modifica la vida para siempre.<br />
También hay otro tipo<br />
<strong>de</strong> duelo, uno largo y lacerante,<br />
el <strong>de</strong> los <strong>de</strong>saparecidos. No se<br />
tiene la certeza <strong>de</strong> saber adón<strong>de</strong><br />
esta y ese duelo que atraviesan<br />
los <strong>de</strong>más, es <strong>de</strong> manera directa y<br />
aguda. Estos últimos lo viven por<br />
pequeñas cuotas <strong>de</strong> incertidumbre,<br />
en muchas ocasiones <strong>de</strong> por vida.<br />
No se supera se apren<strong>de</strong> a vivir<br />
con ello, una especie <strong>de</strong> vela<br />
cada noche, una vela solitaria y<br />
personal.<br />
En el caso <strong>de</strong> las velas, es<br />
peculiar la asistencia. Nadie invita<br />
a una vela, la asistencia es una<br />
sorpresa. A lo largo <strong>de</strong> tantos años<br />
he visto casos <strong>de</strong> prohibir el paso a<br />
personas en especial, asistiendo a la<br />
petición <strong>de</strong>l difunto. El rencor dura<br />
más tiempo que la vida. También,<br />
he presenciado música en vivo<br />
en la última noche: mariachis,<br />
solistas, tríos, con una lista especial<br />
<strong>de</strong> canciones <strong>de</strong>jada por el difunto.<br />
No solo en la vela, si no también<br />
camino al cementerio. He visto ver<br />
| Crónica |<br />
Fotografías: Suplemento 3000/<br />
sufrir hasta a las propias mascotas,<br />
buscando el olor <strong>de</strong>l amo que ya no<br />
está, perros echados a un costado,<br />
gatos maullando al pie <strong>de</strong>l ataúd.<br />
He presenciado peticiones<br />
extrañas, interesantes, divertidas.<br />
Hasta <strong>de</strong> escuchar cumbias<br />
en una vela hasta limitar el<br />
acceso a personas al entierro,<br />
exclusivamente para amigos y<br />
familiares, todo a voluntad <strong>de</strong>l<br />
difunto. Peticiones <strong>de</strong> una ropa en<br />
particular, <strong>de</strong> cajetillas <strong>de</strong> cigarros<br />
en la solapa <strong>de</strong>l saco, zapatos<br />
nuevos para el eterno viaje, joyas<br />
adornando el cuerpo, maquillaje<br />
rojo, —la eterna juventud que ya no<br />
está —. También hay casos que son<br />
<strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> la familia doliente,<br />
todas son respetables, todas tienen<br />
una historia que contar.<br />
La funeraria adón<strong>de</strong> he<br />
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