Revista 10 noviembre

Animalista
Animalista
Desde hace un par de semanas, en Madrid nos hemos levantado
con una nueva medida del Ayuntamiento: controlar la invasión
de Cotorras Argentinas y de Kramer que tenemos actualmente
en la ciudad. Y por supuesto, cuando hablo de controlar, hablo
de eliminar, porque es lo único que han propuesto.
Con este artículo no voy a entrar a defender a las cotorras, pues
está claro que son una especie invasiva y que, al no ser autóctona,
hay que controlar su población ya que está afectando al ecosistema
y medio ambiente en el que vivimos nosotros y el resto
de seres vivos. Lo que pretendo es dar de una forma resumida,
toda la información posible, veraz y contrastada para que, todo
el que lo lea, pueda posteriormente tomar su propia opinión,
basada en hechos y no en habladurías. Comencemos.
Las Cotorras Argentinas y de Kramer empezaron a importarse
a España a partir de 1986 y no ha sido hasta el año 2013
que se prohibió la venta y tenencia de dichas especies. Pero
ya era muy tarde y, entre la multitud de escapes y abandonos
que hubo durante estos años de sus propietarios y a que eran
animales cazados silvestres y que una vez sueltos, sabían vivir
en libertad, empezó su reproducción y, a día de hoy, contamos
con unos 20.000 ejemplares en Madrid según los datos que
nos han ofrecido, y que según nos cuenta, afectan negativamente
a nuestra flora y fauna. Veamos ahora cuanto es por
culpa en realidad de dichas aves.
Una de estas primeras razones, supongo que para llegar a la
“patatita” de la gente es que el aumento de las cotorras está
afectando a nuestro entrañable gorrión, ese entrañable pajarito
que lleva conviviendo con nosotros más de 10.000 años.
Pero no hay ningún estudio que confirme el hecho de que las
cotorras sean causa directa del declive de los gorriones y sí que
hay muchos estudios, totalmente contrastados y verídicos de
como el gorrión y otras aves comunes están desapareciendo,
no solo de las ciudades, sino también de los campos a los que
no llega la cotorra (en los últimos 20 años han desaparecido
95 millones de pájaros de nuestros cielos, la gran mayoría en
entornos rurales). Y esto es por causa de la acción del ser humano.
En dichos entornos rurales, los cambios en la agricultura,
en la que antes se ponían los campos en barbecho durante
un año, dando posibilidad de cobijo y anidamiento a las aves,
y que ahora, debido a los pesticidas, los campos se reutilizan
una y otra vez, hace que se les deje sin sitios en los que anidar.
No es un problema de España siquiera, sino de toda Europa y
en el que se lleva ya décadas estudiando y dándose la voz de
alarma. Y esto no es algo achacable a las cotorras, ya que éstas
principalmente, viven en grandes ciudades y es ahora cuando,
lentamente, se están extendiendo de las mismas.
En ciudades como Praga, Londres o París el gorrión prácticamente
ha desaparecido. Como en Madrid, que se estima la
desaparición de ejemplares en un 50%. Y la causa es princi-
palmente la contaminación, al hecho de que las casas, cada vez
más modernas, impiden que puedan poner sus nidos. A la mala
alimentación que hace que tengan una peor calidad de vida, ya
que los gorriones son insectívoros y.. los insectos están desapareciendo
de forma alarmante. En resumen, a la acción del hombre.
Y os recuerdo que, tenemos un ayuntamiento que entró
con la idea de eliminar Madrid Central y sigue con la opción
(en contra de todos los expertos) de permitir la entrada de coches
con etiqueta C. Pero la solución a que haya más gorriones
es matar a las cotorras. Que me da la risa.
Otra de las razones que se están esgrimiendo en mayor o menor
medida es el daño que hacen en los árboles en los que hacen sus
nidos, principalmente los cedros. Pero resulta que, desde 2014,
ingenieros forestales exigen al Ayuntamiento de Madrid más
estudios en cuanto a la utilización de agua reciclada en parques
y jardines, ya que se ha comprobado en diferentes estudios que
dicha agua afecta negativamente a especies como, precisamente,
este tipo de árbol. Y a día de hoy, dichos estudios aún no han
resultado concluyentes por lo que, en muchos ayuntamientos se
ha optado por, además de regarles con agua reciclada, hacerlo
también con agua potable para así evitarles más males.
A pesar de todo esto, como decía en un principio, no se puede
dudar que tiene que existir un método de control de dichos
pájaros en nuestra ciudad. Porque efectivamente, no están
acabando con nuestros gorriones, pero sí que son competidores
directos por el poco alimento que puedan encontrar, porque
los nidos no ayudan al crecimiento de los árboles y son un
peligro para las personas, por el gran peso que pueden llegar
a tener (se han encontrado nidos de hasta 200kg de peso en
la Casa de Campo) y porque resultan una gran molestia para
aquellas vecinas y vecinos que tienen que convivir de cerca
con dichos nidos. Todo eso está claro.
Lo que queremos decir es que, existen métodos de control
éticos que, aplicándolos, se puede controlar el crecimiento
y expansión sin tener que matar a ningún animal adulto de
forma cruel. Se están estudiando y realizando en diferentes
pueblos y ayuntamientos el parafinado de huevos que es
mejor método que quitarlos directamente, ya que inmediatamente
volverían a poner. Se puede estudiar la mejor forma
de añadirles piensos esterilizantes incluso están avanzando
los estudios sobre captura, esterilización y suelta.
A pesar de todo esto, el Ayuntamiento de Madrid contempla
sólo un plan que pasa por gasearlas, con la muerte agónica
que esto supondría para ellas y para las otras especies que con
ellas conviven sin problemas, ya que las cotorras comparten
espacios y pondría en peligro fauna autóctona, por lo que la
comunidad científica desaconseja totalmente este método. Y
este es el quid de toda la cuestión: si existen métodos probados
que, de forma ética, sirven para controlar la población de
cotorras sin matarlas, ¿por qué el Ayuntamiento no apuesta
por estas formas de sostenibilidad medioambiental? Pues
digámoslo claramente, porque es más barato gasearlas que
invertir en puestos de trabajo medios de control para ello.
No se puede negar que la sociedad avanza cada vez más, que
tenemos más métodos alternativos, descubrimientos científicos
y tecnológicos que nos solucionan y facilitan la vida. Y
que el interés por el medio ambiente y el entorno vivo que nos
rodea, además de su bienestar es imparable. ¿En serio no somos
capaces de encontrar alternativas a este problema que no
sea matando a seres vivos que además hemos traído nosotros
mismos a este entorno? Busquemos métodos alternativos y
éticos y demostremos que realmente, somos los animales más
inteligentes del planeta.
Fani Schweich
La Revista de Carabanchel
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