Periodico Amagi Noviembre
Periódico Mensual de Desarrollo Humano & Sostenibilidad
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7 . DESARROLLO HUMANO
Forner se refiere a los cambios en las
dietas porque la ganadería es una de
las principales causas de la deforestación,
así como la agricultura no
sostenible. Elegir alimentos producidos
de manera amigable con el ambiente y
reducir el consumo de carne, son también
soluciones conocidas para aportar a la lucha
contra el cambio climático, tanto así,
que recientemente más de una decena
de ciudades, entre ellas, Barcelona, Guadalajara,
Lima, y Londres, se comprometieron
a promover una “dieta de salud
planetaria” para el 2030.
Sus respectivos alcaldes acordaron
usar sus poderes de adquisición para
cambiar qué tipo de alimentos compran
las ciudades e introducir políticas que hagan
que los alimentos saludables, deliciosos
y bajos en carbono sean asequibles y
accesibles para todos. También reducirán
la pérdida y el desperdicio de alimentos,
cuya descomposición también emite dióxido
de carbono a la atmósfera.
¿Pero por qué hasta 2030, o
2050, y no ya?
La gran mayoría de los compromisos que
se han hecho hasta ahora con respecto al
cambio climático son a mediano y largo
plazo, fijando metas para años como
el 2030 o 2050, pero eso no significa que
no haya que actuar inmediatamente.
“Si tú quieres cambiar, tenemos que empezar
hoy. Pero obviamente es imposible,
a menos que la humanidad entera decida
de un momento a otro parar todas las
emisiones, eso teóricamente se podría,
pero significaría tener un producto interno
bruto de cero entonces nos moriríamos de
hambre”, dice el experto.
30 años para cambiar enteramente
la forma como hacemos las cosas y
lo que hemos construido durante 100
o 200 años, es acelerado.
Claudio Forner explica que el IPCC tiene
establecido cómo el cambio se puede llevar
a cabo de manera paulatina.
“Es que ni siquiera es paulatina. Si tú te
pones a pensar, 30 años para cambiar
enteramente la forma como hacemos
las cosas y lo que hemos construido durante
100 o 200 años, es acelerado. Sin
embargo, las decisiones para lograrlo
se tienen que tomar hoy. Nosotros no
estamos esperando al 2050 para actuar.
Si no actuamos hoy, no vamos a lograr los
objetivos en el 2050”.
El papel de los países desarrollados
Entre los países que se han comprometido
a la descarbonización de sus economías
para mediados de siglo, no se encuentran
ni Estados Unidos, ni China, ni la
India, los Estados con la cantidad de emisiones
más alta del mundo. Sin embargo,
un país que contribuye menos del 1% al
calentamiento global, como Costa Rica, ya
produce un 99% de su energía eléctrica
de fuentes renovables y se ha comprometido
a lograr emisiones cero para 2050
en todos los sectores. ¿Vale la pena el
esfuerzo de muchos países pequeños,
cuando los más grandes no se unen?
“Cuando tú comparas el paso que han
tomado estos países en comparación a
lo ideal que sería con Estados Unidos y
China a bordo, obviamente no suena tan
ambicioso, pero la alternativa es que nadie
lo haga. Y a mí me parece de lo que
se trata es de crear una masa crítica de
grupos de países que demuestren que sí
es posible y que sobre todo creen como
momentum político, como un norte político
que les diga a otros países tenemos
que hacer esto, tenemos que ir en esta dirección
y sobre todo, que demuestren que
es políticamente posible”, asegura Forner.
El experto de ONU en Cambio Climático
asegura que a veces los políticos a
nivel de país no toman decisiones
necesarias para lograr las emisiones
cero netas porque requieren medidas
que tal vez no sean muy populares,
pero las acciones se están viendo de
varios sectores.
“Tampoco es necesariamente cierto
que los grandes emisores no están haciendo
nada que no sean parte de los
esfuerzos y de hecho, en la Alianza de
Ambición Climática hay varias ciudades
de varias regiones de Estados Unidos
e incluso las regiones que más emiten.
También hay varias ciudades chinas,
hay varias ciudades de Brasil.
Entonces, aunque los Gobiernos federales
o centrales de estos países están
teniendo sus complicaciones políticas, a
nivel de subregión y a nivel sector privado,
hay mucho movimiento”, dice.
¿Cómo sería un país sin emisiones?
¿Qué tendríamos que
sacrificar?
Claudio Forner destaca que reducir
emisiones no significa reducir el
bienestar sino cambiar la manera en
que se logra.
“No es que la gente tenga que dejar de
transportarse o tenga que dejar de comer,
o tenga que dejar de visitar a sus
parientes y a sus seres queridos. De lo
que se trata es de hacerlo de tal manera
que el efecto de las cosas que tú
quieres sea, pues, idealmente cero. El
futuro sin emisiones es un futuro en el
que la energía renovable es la que te
da a ti la posibilidad de conectar tu televisor.
Probablemente tengas que comprarte
un televisor que es un poco más
eficiente, o tratar de apagar las luces
cuando no las necesitas. Es un mundo
en el que el transporte público es eficiente,
presta buen servicio. Los automóviles
corren con energía eléctrica.
Las dietas probablemente habrán
cambiado, pero sobre todo creo que
uno de los grandes problemas es que
tenemos que eliminar los desechos
inútiles de los alimentos. Entonces, el
mensaje no es un futuro en el que en
el que exista menos bienestar, sino que
el bienestar se consigue de tal manera
que los efectos se evitan”.
El Acuerdo de París establece que para
2020 los países deben presentar planes
actualizados para la reducción de emisiones,
conocidos como las Contribuciones a
Nivel Nacional. Unos meses antes de la
Cumbre de Acción Climática que se realizó
en septiembre, el Secretario General le
encargó a Chile que liderara una Coalición
de Estrategias de Mitigación.
El Secretario General de las Naciones Unidas,
António Guterres, en la ceremonia de
apertura de la Cumbre sobre Acción Climática
el 23 de septiembre de 2019. Ese
esfuerzo generó que 59 naciones manifestaran
su intención de presentar un plan
de acción climática mejorado, once de
ellas ya han iniciado un proceso interno
para impulsar la ambición.
“Si tú quieres un bosque, no esperas
que al día siguiente haya un bosque.
Tú empiezas a sembrar semillas y poco
a poco el bosque crece y eso es lo que
se trata. Este es el gran cambio, entonces
hay que verlo de manera positiva y creo
que el hecho de que Latinoamérica esté
a la vanguardia de todo esto es algo muy,
muy positivo”, asegura el experto que
apoyó los esfuerzos de Chile para lograr
la coalición y la ahora Alianza de Ambición
Climática.
Los países están haciendo la transición
a una ruta de crecimiento sostenible con
bajas emisiones de carbono también porque
ven muchos beneficios que van más
allá de reducir el calentamiento global.
Un aire más limpio significa mejor salud y
bienestar psicológico. Hay oportunidades
para la creación de empleo.
La ONU estima que se podrían generar
65 millones de empleos con bajas
emisiones de carbono para 2030.
Por ejemplo, la Organización Internacional
del Trabajo dice que se crearán 2,5
millones de empleos en electricidad basada
en energías renovables, compensando
unos 400.000 empleos perdidos
en combustibles fósiles. Además, se
pueden crear seis millones de puestos
de trabajo haciendo la transición hacia
lo que se conoce como una “economía
circular” que incluye actividades como el
reciclaje y la reparación.
“En última instancia,
esta transición, esta
transformación global,
representa un
mundo nuevo al que
debemos adaptarnos,
que conlleva costos,
pero también enormes
oportunidades”,
concluye Claudio Forner.
Fuente:
Noticias ONU, disponible en: https://news.
un.org/es/story/2019/10/1464591