You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
TIBURÓN BALLENA:
un encuentro con el pez
más grande del mundo
¡TODOS AL AGUA!, indica el guía
mientras señala hacia dónde se debe
nadar. Instantes después de sumergirse,
un par de viajeros tiene el primer encuentro
con uno de los más grandes habitantes del
Mar de Cortés: el tiburón ballena, uno de
los reyes de estas cálidas aguas.
Tras seguir unos minutos el nado del
pez más grande del mundo, nuevamente
abordan el bote. Ya en la embarcación,
los suspiros, risas y exclamaciones de
asombro llegan casi al mismo tiempo.
La curiosidad los hace preguntarse:
¿cuánto mide ese tiburón ballena? El guía
explica que esos animales llegan a medir
hasta 18 metros de largo y pesar más de
30 toneladas.
BALLENA GRIS
En 125 países se ha registrado la
presencia del tiburón ballena. En México
es posible nadar con ellos en el Mar de
Cortés, Golfo de México y Mar Caribe.
El tiburón ballena
también recibe el
nombre de pez dominó
por las manchas blancas
que tiene en su lomo.
La lancha avanza otra vez para ir en
busca de aquel gigante, que ha robado
el aliento de la tripulación. Todos quieren
volver a tenerlo enfrente con la certeza de
que todavía puede sorprenderlos más.
Durante la travesía, los guías
comparten algunas características del pez
y con miradas de fascinación los viajeros
van descubriendo algunos detalles de esa
especie de la que hasta ahora poco se
sabe.
Uno de los datos quizá más
impresionantes son sus más de 27,000
diminutos dientes, pero, a diferencia de los
tiburones, solo se alimenta de plancton,
pequeños organismos que flotan en el
agua.
Por esa razón es que el agua se ve un
poco turbia, principalmente de octubre a
marzo, que es justamente la temporada en
la que hay un mayor número de tiburones
ballena en la zona. Pero como todo cambia
ahora es posible verlos casi en cualquier
época del año.
De pronto la embarcación cambia
de dirección, mientras los tripulantes
se colocan, nuevamente, visor, aletas y
esnórquel. Esperan la indicación para
lanzarse al agua con la ilusión de admirar,
otra vez, esos animales marinos.
Todos aseguran que tuvieron la
sensación de que si estiraban la mano
podían tocarlos y que estaban tan cerca
que pudieron ver, claramente, los puntos
blancos de su lomo.
Después de entrar y salir varias veces
en el agua, se anuncia que el recorrido ha
terminado y que es momento de regresar
al muelle. Un halo de nostalgia invade a
los tripulantes, que no pueden dejar de
comentar su memorable experiencia.
FOTOS: PIXABAY (3)
NEWSWEEK MÉXICO
Especial La Paz 13