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A pesar de que no vive en México, Elisa Carrillo está al tanto
de las precariedades en el ámbito cultural mexicano.
el Premio del Fondo del Patrimonio Petipa en
el Teatro Nacional de esa nación. El premio
distingue por primera vez la labor de diversas
personalidades de la danza por la institución
que resguarda, investiga y promueve el legado
del gran coreógrafo franco-ruso Marius
Petipa, quien nació el 11 de marzo de 1818
y murió el 14 de julio de 1910.
“Este premio lo dedico a la comunidad
dancística de México porque Marius Petipa
fue un gran coreógrafo que inspiró a todo el
mundo. Desde mi fundación, logré que llevaran
algunos ballets a México basados en la
obra de él”, revela.
Y agrega: “Creo que es importante que
en México la comunidad dancística reconozca
que tiene repertorio de Marius Petipa, que
conozcan su trabajo. Pensé que era un buen
momento para dedicarle a la gente este premio,
y a la danza en México”.
“YO NO LO BUSQUÉ”
Al igual que muchas otras niñas, Elisa tuvo su
primer acercamiento con el baile cuando su
mamá decidió inscribirla en una clase de ballet,
“como muchas mamás llevan a sus hijos
porque es algo muy sano”, dice entre risas.
“Ella decía que quería que yo caminara
derechita y que fuera elegante, así fue como
me acerqué a la danza realmente. Entonces,
no tenía un conocimiento de la danza a la
hora que llegué [a la clase]”, dice.
Cuando tenía ocho años, Elisa vio por
primera vez una pieza de ballet titulada La
silfide y el escocés. A partir de ese momento
empezó a tener contacto con la danza clásica,
hasta llamar su atención. “Fue cuando nació
todo”, recuerda.
“Vi la función en el Palacio de Bellas Artes.
Fui feliz de ver a las bailarinas, era todo
un mundo de fantasía ver cómo saltaban y
cómo se paraban en las puntas, fue algo muy
mágico para mí. A los ocho años me llenó
de alegría y supe que quería formar parte de
ese mundo”.
Elisa nació en 1981 y es originaria del
municipio de Texcoco, Estado de México, en
donde vivió hasta los cinco años. Estudió
en la Escuela Nacional de Danza Clásica y
Contemporánea del INBA. Obtuvo su primera
medalla de oro a los 14 años y se hizo merecedora
de una beca del English National
Ballet School, INBA y Fonca para continuar
sus estudios en Londres, Inglaterra.
“De alguna manera, el haber nacido en
Texcoco me dio algo en la sangre que tiene
que ver con la cultura, aunque también es
algo que ya tengo desde que nací. Yo me fui
de Texcoco a los cinco años. Es el lugar donde
nací y siempre lo voy a tener en el corazón
y estoy muy contenta de venir de ese lugar”.
FOTO: ENRICO NAWARTH
NEWSWEEK MÉXICO 36 ENERO, 2020